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Demasiada violencia, poca esperanza

Los bomberos de Castilla y León, los héroes que el jueves salvaron a Regi, un niño de cuatro años que ha dado la vuelta al mundo, han tenido que abandonar el rescate de una adolescente. Los saqueadores se lo impidieron. La violencia, los saqueos, los asesinatos abren la herida en Puerto Príncipe y la ayuda no llega.

Archivado en: haiti, terremoto, seismo, ayuda humanitaria, ONU

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gentedigital.es/Patricia Costa
18/1/2010 - 11:00

Hoy me despierto con mal sabor de boca, el mismo sabor que en estos momentos tendrán los bomberos de Castilla y León, los héroes que el jueves rescataron a Regi y que nos robaron una sonrisa al llenarnos de esperanza en medio de una noticia y de una ciudad con olor a muerte, Puerto Príncipe. Un niño de cuatro años había sobrevivido al terremoto agarrado a su abuelo bajo los escombros.

Ellos, los héroes, estuvieron a punto de salvar una nueva vida ayer, tantas horas después de la tragedia. Se trataba de una adolescente de unos 14 o 15 años, atrapada bajo los bloques de un hotel en ruinas.

Habían trabajado mucho, más de dos horas según cuentan los enviados especiales de los diferentes medios españoles. Pero, finalmente, no ganó ni el sudor de estos voluntarios ni la valentía de la criatura, ni sus seis días de agonía. Cuando poco faltaba para sacarla de allí, llegó un grupo de hombres armados y, a golpe de disparo, les dieron a escoger. "¿Ella o vosotros?" ¿Puede haber algo peor que abandonar a una niña a la que le has prometido la vida? ¿Puede haber algo peor que trabajar buscando esperanza y que te la arrebaten justo cuando das con ella?

Mi mal sabor de boca aumenta a medida que repaso las noticias que llegan de Haití. Algo ha cambiado en las últimas horas. Por si fuese insuficiente el sufrimiento que se respira en Puerto Príncipe, ahora llegan los asesinatos, los saqueos, la violencia. La gente tiene hambre, sed, está enferma, necesita ayuda, y ésta no llega. Aterriza en el aeropuerto, pero no alcanza su objetivo, las víctimas.

 

Fran Sevilla, testigo de los disturbios


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Quinta noche de desesperación en Haití


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Es entonces cuando leo otra historia, la de Yuri, una joven de 15 años que ha sido rescatada por unos rusos, pero luego abandonada en uno de esos hospitales de la calle. Cuenta Antonio Jiménez, enviado especial de El País que, "un día después del rescate, la chica se encontraba tendida sobre una manta sucia, en un hospital improvisado sin médicos ni medicinas, emplazado en un lodazal, rodeada de basura. Una gallina marrón asquerosa picotea cerca de su cabeza. A su lado languidece otra superviviente del terremoto de pelos alborotados y mirada de loca que perderá el pie derecho porque la herida se le ha gangrenado por falta de un antibiótico que en España casi se regala. La muchacha rescatada por Yuri enseña a quien le visita el vientre rojo de sangre y luego se tapa con una sábana sucia, torciendo la cara en un gesto de dolor. No hay calmantes". Y yo me pregunto, ¿de qué sirven entonces los rescates en Puerto Príncipe?

 

TVE visita un hospital haitiano


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Sigo descubriendo crónicas. Mi sabor de boca mejora durante unos instantes. Este domingo tres haitianos han sido rescatados en el Caribbean Market. Son Ariel, una cría de siete años, Lamy, un hombre de 34 y María, de 50. Les han encontrado porque alguien envió un 'sms' diciendo que estaba atrapado en ese supermercado de cinco plantas, y han sobrevivido porque han podido comer.

Ya he leído bastante, cuando, echando un último vistazo, descubro las siguientes portadas. El País nos muestra a una mujer apaleada por unos saqueadores. Uno de ellos, incluso, sigue golpeándola en plena agonía.

Otro periódico, The Times, ha escogido para su portada la fotografía de un policía haitiano, armado, y nos habla de que las víctimas han tomado la justicia por su mano.

Vistas y leídas todas estas historias, me pregunto, ¿cómo terminará todo en Puerto Príncipe? ¿Existe alguna solución a este caos? ¿Se están haciendo bien las cosas? ¿Se está abandonando en hospitales sin recursos a los rescatados?

Y, lo más importante, ¿qué pasa con los niños que en estos momentos deambulan por la ciudad? Me alegra saber que diferentes instituciones y ONG's como Save the children se preparan para ayudarles, para realizar el rescate más complicado y conseguir que, algún día, puedan borrar de su mente el horror vivido, los familiares perdidos. La citada ONG estima que hay dos millones de niños y niñas afectados, y que los riesgos para su salud se incrementan a medida que pasan los días.

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