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Mentiras y engaños

¡Otra de gambas!

Se veía venir y vino la borrasca Isabel. Así que en vez de opinar sobre ocurrencias, como lo del cementerio de aviones en La Virgen del Camino, la imparable expansión del avispón asiático por la provincia o la mucha "estupidez de rebaño" que ya vamos alcanzando con esto de la pandemia, hoy toca hablar de "Madri", "Madrij" o "Madrit" o como quiera que cada uno quiera pronunciarlo, porque de momento la tan cacareada libertad, no permite escribirlo de otra forma que no sea, MADRID.

Archivado en: Nicolás Pérez Hidalgo, Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, Podemos, Ciudadanos

Nicolás Pérez Hidalgo
07/5/2021 - 02:20

Y es que incluso quien no haya estado nunca en ella, conoce hasta el más castizo de sus barrios y a todos sus personajes públicos. Al menos de oído. Porque en estos meses no ha habido otra cosa a todas horas en los medios. Parecía que no había ni más España, ni más problemas que los de la Comunidad de Madrid.
Algunos no quisieron dar mucha importancia a eso de tener a la gente metida en sus casas y limitada en sus movimientos poniendo como excusa la pandemia. Y se equivocaron de medio a medio. Al tiempo que la capital de España se convertía en el oasis salvador de la juventud europea, que podía pagarse una pcr para montarse en el avión y venir a mamarse como piojos en los "museos madrileños", los aplausos de antaño se fueron convirtiendo en votos de castigo al opresor. Si algún sosaina pensaba que la gente votaba comparando programas, confrontando ideas y analizando datos, estaba y sigue estando muy equivocado. Ya pueden empezar los politólogos a formar a futuros graduados en el arte del engaño y la guapura, en la rebeldía y en el arte de vender el poder hacer lo que a uno le dé la gana.
El martes 4 de mayode 2021, se inició el camino sin retorno al bipartidismo y al turnismo entre psoe y pp manipulados, eso sí, por los poderes económicos de turno. Solo falta otra cita electoral para que naranjas, morados y verdes, se diluyan como un azucarillo en el café. Nadie compra ya la guapura centrista, ni la política de izquierdas nacida en las universidades, ni el volver a dictaduras de mediados del siglo XX. Así que con este panorama, el futuro candidato a lo que sea deberá empezar la campaña prometiendo "barra libre" y ¡otra de gambas!

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