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CONFLICTO EN EL SÁHARA

Fatimetu: "Mi madre, desde Tinduf, sólo me pide calma"

Durante los últimos días, todos, o casi todos, hemos estado pendientes del conflicto del Sáhara,
y del número de muertos y heridos en campamentos como Gdeim Izik, situado a las afueras de El Aaiún. Pero, especialmente preocupados, han vivido esta semana los saharauis residentes en nuestro país. Entre ellos Fatimetu, una joven de 21 años que desde los 16 vive en Alcorcón, acogida por el activista Carlos de la Mota y su familia.

Archivado en: sahara, marruecos, conflicto, guerra, el aaiun, tinduf, alcorcon

Fatimetu, en su última visita al campamento, en verano

gentedigital.es/P. Costa
13/11/2010 - 12:19

Hasta el pasado martes, Fatimetu no consiguió hablar con sus parientes, un tío materno y nueve
primos que se encuentran en El Aaiún. "No podía controlar las lágrimas, y ahora que los he localizado, tengo mucha más pena, porque me cuentan que la situación está empeorando, y que
lo del lunes fue horrible", explica la joven, que se prepara como auxiliar de Enfermería.

"También he hablado con mi madre, que está en el campamento de Tinduf. Me dice que no pasa nada, que mantenga la calma. Pero tengo mucho miedo de lo que ocurra en adelante", confiesa.

1979, PRIMER VIAJE

Carlos de la Mota, padre adoptivo de Fatimetu, recuerda el primer viaje a España de niños saharuis, en 1979, siendo él militante del Partido Comunista."Fue impactante ver a cien niños que venían del desierto, desvaídos, pero muy abiertos. Ese primer viaje lo organizó Carrillo para denunciar lo ocurrido en 1975. El partido se acababa de legalizar, y venían a explicar su situación en Tinduf", aclara. Ya en 1994 , llegaron a Alcorcón los primeros 25 niños del Sáhara, y desde 1997 los trae la asociación 'Alcorcón por el pueblo saharaui' (que preside la mujer de Carlos), con la ayuda del Ayuntamiento.

"Fatimetu vino en 1997, con 8 años. Tenía falta de crecimiento y una lesión en el riñón de la que tuvo que operarse. Le valía la ropa de una niña de 5 años. Volvió en 2004, le encontraron otra cosa, y cuando tenía unos 15 o 16, viajamos a Tinduf y hablamos con sus padres para acogerla", comenta. "Cuando llegan, se sorprenden al ver un grifo, un interruptor de la luz, árboles, llaves, picaportes..., porque allá sólo tienen jaimas o casas de adobe. Lo peor de todo es que, desde 1979, sus condiciones de vida no han cambiado", añade Carlos, que vive en Alcorcón desde hace
35 años. "Marruecos es para todos ellos el enemigo, pero yo les digo que la culpa es del Gobierno marroquí, no del pueblo".

Estos días, Carlos intenta transmitir esperanza a su hija de acogida, "aunque sé que es difícil, porque ya son 35 años de sufrimiento. Espero que ahora intervenga la ONU, que le llame la atención a Marruecos, y que España no mire para otro lado", opina. Mientras, Fatimetu, todavía asustada, sueña en volver algún día junto a su familia, cuando la situación cambie. "De momento, prefiero prepararme y ayudarles desde aquí".

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