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La Constitución española supera la crisis de los treinta

Desde que se ratificara en referéndum popular, la Carta Magna de 1978 ha regido la vida democrática del país sin sufrir alteraciones en su texto, aunque hay voces que piden reformas.

Archivado en: Constitución

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gentedigital.es/E. B. C.
03/12/2010 - 12:48

El otoño de 1978 vaticinaba aires de cambio que, el 6 de diciembre, con la ratificación popular de la Constitución se confirmaron. La Carta Magna llegó a la vida política abriendo un nuevo frente y dejando en el Estado aires de democracia, tras cuatro décadas de dictadura. Con la rúbrica, fruto del consenso de todas las fuerzas políticas, España ponía en marcha un futuro hacia un "Estado de Derecho", como enuncia el texto constitucional.

De este momento histórico ya han pasado más de tres décadas y la Carta Magna cumple ahora treinta y dos años. Con su andadura en la treintena el texto se erige como la segunda Constitución de más larga vida en la Historia de España, solo superada por el texto aprobado en 1876.

EL CAMBIO DE DOS PALABRAS
Y el paso del tiempo no ha suscitado apenas cambios en este texto. Sólo en 1992, la aprobación del Tratado de Maastricht añadía dos palabras que no salieron de la pluma de los padres de la Constitución. "...y pasivo". Con esta modificación en el Artículo 13.2, "se aseguraba el derecho a los ciudadanos comunitarios de votar y ser elegidos en las elecciones", explica Ignacio Torres, catedrático de Derecho Constitucional de la Universidad Complutense de Madrid.

Pero en su trigésimo segundo aniversario, la Constitución, que ha visto morir a dos de sus fundadores, sufre algunos achaques de vejez. Al menos así lo consideran ocho de cada diez españoles, un 84% de la población, que es partidario de reformar la norma fundamental del Estado, según refleja la Encuesta de Clima Social de Metroscopia del 2009. Una tesis que respalda Torres, quien pese a creer que el texto "es relativamente reciente" necesita de "algunos arreglos para tapar goteras" y dar respuesta a problemas de actualidad y transcendencia.

LOS ARTÍCULOS, ¿OBSOLETOS?
Pero las voces de cambio chocan con la falta de consenso político, único motor de reformas en la Constitución. Entre los artículos susceptibles de modificación, está el número 57.1, que hace referencia a la sucesión de la Monarquía, el que mayor acuerdo presenta. Sin embargo, otros son protagonista de grandes desencuentros entre las fuerzas políticas como el modelo autonómico; el reparto de competencias: la inclusión de las lenguas oficiales como el catalán, el euskera y el gallego en el texto; o la relación del Estado con la Iglesia Católica. Voces expertas como el catedrático de Derecho Constitucional, Antonio Rovira, apuntan más medidas dignas de cambio como la reforma del Senado para "mejorar el cumplimiento de su misión" o la supresión de la pena de muerte en tiempos de guerra, "porque contradice el Convenio Europeo de Protección de los Derechos Humanos".

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