Las ciudades de Oskar
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El amigo Oskar Alegría es un cazador de historias, un amante de los relatos escritas con los pies y uno de los viajeros más peculiares que conozco. Así a botepronto me vienen a la memoria dos viajes suyos. Uno, el que hizo a las islas Feroe, muy jovencito y en solitario, para llegar al pueblo pesquero entre acantilados que años antes le había seducido en la foto de un libro de texto. Y dos, el viaje en el que emuló (nunca mejor dicho) las andanzas de Stevenson a través de Francia con una burra. Caminando con su burra por la ruta que siguió el escritor escocés, Oskar pasó junto a una huerta en la que trabajaba un hombre. El agricultor francés vio a la extraña pareja de refilón, y sin soltar la azada, de espaldas, dijo a media voz: "Ah, Stevenson, Stevenson...".
En los últimos tiempos Oskar ha desarrollado un proyecto precioso: Las ciudades visibles. Después de una temporada de mucho trabajo, se tomó un año en barbecho y vivió unos cuantos meses en media docena de ciudades de todo el planeta. Las pateó de arriba abajo y en cada caso escogió un motivo particular para fotografiarlas, con una mirada sagaz, sorprendente, tierna y muy divertida. Copio de su página: "En Londres, el viajero se encierra durante una semana en las cabinas de teléfono para retratar la ciudad a través de sus cristales más tópicos. En Tokio elige fotografiar las sombras para rescatar el escaso Japón que queda en aquella megalópolis. Un paseo por Berlín nos lleva a atravesar la capital alemana buscando siempre el color que más se utilizaba en los graffiti sobre el muro: el verde. París es un paseo por sus fotos antiguas. Buenos Aires es un poema. Y en Roma, la ciudad es recorrida a través de sus números, desde el monumental dedo alzado en la estatua de Constantino como número 1 al 99 de un portal levemente iluminado en la noche del Trastevere". (Entre otras mil cosas, me encanta cómo fotografió Oskar un número 11 y un 14 en Roma).
Os recomiendo que dediquéis unos minutos a pasear por las series urbanas de Oskar y que prestéis atención a las imágenes: primero cazan al espectador con un golpe de ingenio, pero a menudo, tras una segunda mirada, suelen aparecer detalles que dicen muchas cosas.
Publicado el 19 de marzo de 2009 a las 09:00.