Un laboratorio de navegación ecológica
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El barco Le Manguier zarpó de Bastia (Córcega) el 26 de abril y espera llegar dentro de cinco meses a Tokio "por la ruta de los hielos". Hace un par de días atracaron en Pasajes de San Juan, donde nos permitieron echar un vistazo al barco, y después seguirán por Bretaña, las islas Británicas, Escandinavia, el norte de Siberia y el estrecho de Bering, hasta Japón.
(Foto: El barco Le Manguier en Bastia, Córcega).
Le Manguier es un barco muy peculiar. En su vida anterior fue remolcador de la Marina francesa, y en 2003, cuando ya tenía 35 años, fue comprado por un grupo de marinos que lo reciclaron y lo transformaron en barco ecológico. El corso Philippe Hercher, capitán de la expedición, explicó en Pasajes que el tráfico marítimo es especialmente contaminante y que quieren probar sistemas más limpios: "Le Manguier es un laboratorio de navegación ecológica".
El invento más peculiar es un sistema de navegación mixto: el barco va a motor, pero también lleva unas velas que se despliegan cuando lo ordena un programa informático, que a su vez está conectado a un anemómetro. Si los vientos son favorables, el sistema despliega las velas. Según Hercher, así se puede ahorrar hasta un 20 o un 30% de combustible. Los consumos de los barcos son altísimos, así que ese recorte es muy sustancioso. (Le Manguier, por ejemplo, consume 30 litros de gasoil por hora a una velocidad de 9 nudos, unos 16 km/h: echadle unos 188 litros cada 100 kilómetros, cuando vuestro coche gastará treinta veces menos).
El barco también lleva paneles fotovoltaicos, sistemas eólicos y un captador solar, para alimentar los grupos electrógenos sin usar combustible. Las aguas sucias se filtran antes de devolverlas al océano. Y el casco está cubierto por una pintura ecológica: habitualmente se emplea una pintura muy tóxica para evitar que las algas y los moluscos se adhieran a los cascos, porque frenan el avance y sobre todo afectan a la estructura, pero Le Manguier prueba otro tipo de pintura menos agresiva.
Hercher y sus tripulantes quieren experimentar estos sistemas con la esperanza de que en el futuro se puedan comercializar. El objetivo: que dentro de unos años los pesqueros sean más rentables y limpios.
La ruta también es significativa: han escogido navegar desde Europa hasta Japón por el océano Ártico para recalcar que este itinerario permanecía cerrado por el hielo casi todos los veranos y que ahora parece cada vez más accesible. La apertura de esta vía puede significar una gran ventaja para el transporte y el comercio (los propios chinos andan interesados en esa ruta septentrional para enviar sus mercancías a Europa), pero detrás se esconde el rapidídisimo deshielo del Ártico, un fenómeno muy preocupante causado por el ser humano.
Si andáis cerca de Pasajes, estáis a tiempo de echarle un vistazo al barco. Con un poco de suerte, quizá Agathe os deje ver su camarote y sus trabajos escolares: es una niña de 6 años, que junto a su hermana Léonie, de 2, también navegarán estos seis meses por el Ártico.
Si no andáis cerca, podéis asomaros a la página web y al blog de la expedición.
El jueves o el viernes, depende del tiempo, Le Manguier zarpará hacia Bretaña. Allí participarán en los encuentros de la Semana del Golfo de Mor Bihan.
Josu y yo también viajaremos a esos encuentros de embarcaciones tradicionales, la semana próxima, acompañando a la gente de la asociación Albaola. Los de Albaola llevan a Bretaña la réplica de una trainera del siglo XIX, para hacer algunas navegaciones, y montarán una pequeña estación ballenera vasca. Nosotros nos asomaremos y lo contaremos.
Publicado el 13 de mayo de 2009 a las 07:15.