Ehta contra todos
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El pasado 31 de diciembre, Eta hizo reventar una furgoneta con 100 kilos de explosivo contra el edificio bilbaíno donde tiene su sede Euskal Irrati Telebista y donde abren sus oficinas otros medios como Deia, Antena 3, Onda Cero, Europa FM y El Mundo. Después de este bombazo contra el trabajo de los periodistas vascos, conviene leer las palabras de algunos de ellos.
Por ejemplo, las de Javier Vizcaíno, director del programa "Más que palabras" de Radio Euskadi, que trabaja en el edificio atacado (como su colaboradora Josune Imizkoz, que fue una de las alumnas más brillantes que tuve en Pamplona). Dice Vizcaíno en el blog del programa:
"Ya, ya sé que todos los medios os enseñarán los cristales rotos y los cascotes, pero yo prefiero que veáis lo que permanece intacto. Tres horas después del susto, la mayor parte de los trabajadores de EITB estábamos en nuestra redacción -en general, bastante bien parada- cerrando entrevistas, editando audios, comentando contenidos... O sea, lo de todos y cada uno de los días (...). Mi mensaje: lo destruido es una nimiedad al lado de lo que permanece en pie. Y aquí ya no hablo sólo de lo material, sino de lo personal. Esa parte ha salido, si cabe, más reforzada aún. Creo que todo lo que ha conseguido ETA, daños materiales y susto de nuestra familia y amigos aparte, es que una compañera que iba a dejar de fumar aplace su decisión. Lo demás no se mueve. Seguimos tan dispuestos como siempre a no dejarnos salvar por un puñado de mentecatos (...) Sé que seguirán insistiendo, con su tozudez paleta de chulo de la clase sin medio gramo de cerebro, y no descarto que, en una de esas, tengamos que lamentar algo más que unas toneladas de escombros. Pero eso no me detiene, ni me acojona, ni me hace pensarme dos veces decir en voz alta lo que tengo claro. Ni, por supuesto, me hace mirar para otro lado. Y sé que no soy el único".
Iñaki Makazaga, otro antiguo alumno culoinquieto, que últimamente ha rastreado historias muy interesantes en América Central y del Sur, recuerda en su blog algunos detalles de cuando trabajaba en El Mundo:
"Durante los meses que trabajé en EL MUNDO me animaron a adoptar diferentes medidas de seguridad. Un día la subdirectora nos llamó uno a uno a su despacho a todos los redactores. La Ertzaintza había encontrado a una pareja realizando grabaciones y tomando fotos a cada una de las personas que cruzábamos la puerta de entrada del edificio. El director, como la redactora jefa y subdirectora ya contaban con sus propios guarda espaldas. Ahora nos ofrecían ayuda en caso de que "notáramos algo raro" como que una persona nos siguiera por la calle o nos reconociera como periodistas de EL MUNDO o simplemente coincidiéramos demasiadas veces con el mismo rostro.
Yo no me tomé en serio el suceso. Ni siquiera pregunté nada. Sabía que mi firma poco podría interesar a nadie. Sin embargo, me hizo pensar en todas aquellas personas que en Euskadi se ven obligadas a tomarse en serio estos sucesos. Pasaron los meses y abandoné ese medio. En ese tiempo evité firmar alguna que otra información utilizando las siglas de EL MUNDO, E.M., cuando me encargaban escribir un pieza sobre el último Zutabe o sobre información que hacía referencia de modo directo a ETA. Así es la libertad de expresión en Euskadi".
El amigo Jukebox es uno de mis periodistas favoritos de El Diario Vasco, un medio que ha sufrido todo tipo de ataques terroristas, incluidos asesinatos, y escribe estas líneas en su blog:
"En cualquier conflicto bélico, el objetivo de cada uno de los bandos es que cada vez haya menos enemigos en el campo de batalla. En el caso de ETA, este principio opera justo al revés: por infinitas razones, los enemigos se le multiplican y cuando ya todos lo son, simplemente se van acumulando las acusaciones en su contra.
Así, el asesinato de Inaxio Uría, aún pendiente de explicación, podría deberse a su condición de empresario, a su condición de empresario de la Y vasca, a su condición de empresario próximo al nacionalismo vasco, a no pagar el impuesto revolucionario, a las cuatro o a ninguna de las cuatro.
También en el caso del atentado del miércoles contra el edificio bilbaíno, todas las empresas con sede en el mismo -EITB, El Mundo, Antena 3, Onda Cero o la Hacienda Foral de Vizcaya- podrían ser el objetivo de la bomba. O sólo una de ellas. O ninguna. A día de hoy, ETA puede disparar a ciegas contra cualquiera y a posteriori siempre encontrará en la biografía o en la cotidianeidad de la víctima alguna circunstancia que le hagan merecedora de los balazos".
Y la Asociación de Periodistas Vascos anunció que seguirán informando a pesar de Eta.
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Como veo las dificultades que tienen algunos para condenar sin tapujos estas salvajadas, les brindo un pequeño motivo extra que quizá les convenza para repudiar a la banda: ¡ese obsoleto "Euskadi" que luce en el nombre! Al igual que hicieron con la selección vasca de fútbol, los guardianes del correcto pensamiento patriótico deberían boicotear a nuestra veterana y ya palpablemente rancia organización mientras no adopte el adecuado "Euskal Herria" en su nombre. Las siglas correctas, las que no manipulan la realidad nacional, no deberían ser otras que Ehta (y después habría que aggiornar esa "T" de "ta", apócope de conjunción anclado en el periodo prearánzazu68).
Publicado el 2 de enero de 2009 a las 21:00.