Reporteros con fronteras
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El pasado viernes nos juntamos a comer esta cuadrilla de bilbaínos en el restaurante donostiarra Aita Mari. Había bilbaínos de Bilbao, bilbaínas de Suecia, Singapur y China, y yo mismo, bilbaíno suburbial, lo quiera aceptar o no.
En la foto están Unai Aranzadi (recientemente expulsado de Zimbabue), Zigor Aldama (expulsado de Birmania en 2007) e Iñaki Mendizabal (estuvo a punto de ser expulsado de Berriatua, su pueblo natal, por escribir una crónica sobre arrastre de piedra en la que dudaba de si eran más animales los bueyes o los berriatuarras que los azuzaban). A ellos y a los demás quisieron expulsarnos de varias terrazas, heladerías y bares donostiarras por la escandalera constante, las fanfarronadas, los chistes de pésimo gusto, las tarjetas de crédito sin fondos y las proclamas apocalípticas sobre el fin del reporterismo en los medios hegemónicos, que espantaban a los clientes y hacían llorar a los niños.
(De izquierda a derecha: Pedro, que trabaja en Salvamento Marítimo; Lucía Martínez Odriozola, salvada por Pedro y presidenta de la Asociación de Periodistas Vascos; Zigor Aldama, Iñaki Mendizabal, cuchillo en boca, y Saioa Larrea, arquitecta y cimiento de Iñaki. Cambiamos de lado: Huiling, de Singapur; Tao, de Shanghai; Unai Aranzadi y su dulce sueca Anna, que trabaja con refugiados, incluido el propio Unai, y mi puesto vacío).
Publicado el 7 de enero de 2009 a las 00:15.
