Periodismo sin afán de lucro
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Últimamente me quejo demasiado de los problemas que estoy teniendo para publicar ciertos reportajes en ciertos medios y prometo dejar de hacerlo. Pero, antes de callarme ya, me parece interesante que conozcáis las andanzas que han tenido algunos textos, para que veáis cómo está el patio.
El caso que más me escoció fue el de "Mineritos", el reportaje sobre los niños mineros de Bolivia. Los diarios con los que yo ingenuamente contaba no quisieron pagarlo, ni aunque fuera medio regalado. Están en su derecho y están en crisis: vale. Lo malo es que me marearon durante dos meses con un sí-pero-no-pero-sí-pero-no muy poco respetuoso y con anécdotas bastante chuscas, que acabó sin ninguna explicación: simplemente dejaron de contestar a los mails. Después, gracias al empeño de un par de amigos periodistas, iba a publicarse en cierto gran diario. Hasta que en el último momento un jefe lo rechazó alegando que el tema de los niños mineros era "demasiado duro" para sacarlo un plácido domingo.
Saqué una conclusión muy valiosa. Los medios que se interesaron de verdad por la historia de los mineritos bolivianos fueron Berria, que lo publicó en euskera; Zazpika, el dominical del diario Gara, que lo hubiera sacado en castellano de no ser porque acababan de publicar un tema muy parecido; y la revista Nuestro Tiempo, editada por la Universidad de Navarra, que lo publicó en castellano. Es decir: medios del ámbito euskaltzale-abertzale por una parte y del Opus Dei por otra. Para mí la conclusión es clara: esos medios son islotes de ideología en un océano de business. Ninguno pretende ser un negocio. (Luego también se publicó en FronteraD: el mismo caso).
Los mejores reportajes que estoy leyendo últimamente se publican en nuevos medios digitales que renuncian explícitamente al afán de lucro y se marcan como único objetivo hacer buen periodismo. Tanto Periodismo Humano como FronteraD, impulsados por periodistas de casta como Bauluz y Armada respectivamente, están sacando unos reportajes excepcionales, unas historias que apenas veo en los grandes medios, tan dependientes del negocio, de las conveniencias empresariales, de los intereses cortijeros, de las peleas por el poder.
(Sigo mañana con el dueño de un medio que rechazó la entrevista a Gregorio Iriarte, el cura navarro que ha sacrificado su vida y se ha jugado el pellejo docenas de veces por ayudar a los más pobres, los más aplastados, los más débiles de Bolivia. El dueño dice que en su publicación sólo aparecen "personas de cuya virtud no se pueda dudar". El motivo es político, por supuesto).
Publicado el 3 de mayo de 2010 a las 10:45.