El lugar donde no puedes vivir
Archivado en: Montaña, Iñaki Ochoa de Olza
Palabras de Iñaki Ochoa de Olza, en una entrevista de Ángela Benavides, publicada en la revista Campo Base en marzo de 2004:
"Yo sólo tengo una ventaja sobre el K2; que yo me muevo; el K2, no. Por lo demás, me gana en todo: es más grande, muchísimo más fuerte, te borra de un soplido. Lo único que puedo hacer es esperar el momento de llegar a su cumbre y, si esa oportunidad no se da, siempre puedo bajar, volver a casa a recuperarme y prepararme para la próxima. Si cada año tengo que pasar dos, tres o seis meses acechando al K2, no pasa nada, no tengo prisa. Es como esa ola mágica de la que hablan los surfistas y que esperan toda su vida. Y si muero sin conseguirlo, bueno, tampoco tendrá mayor importancia. Lo que sé es que, si subo, será de acuerdo a mi estilo y dentro de mis márgenes de seguridad. Ya me he dado la vuelta muchas veces. Una más no va a ser problema.
(...)
Yo no sé explicar por qué subo montañas, no encuentro una razón lógica... pero me obligué a pensar en ello, en qué encuentro allí que no tengo en casa. Allí las cosas son muy sencillas. Tus necesidades, tus deseos, son de lo más simple: comer, beber, escalar, sobrevivir. En cambio aquí, en el día a día, todo es muy complicado, todo se basa en futuribles. Allí se vive el momento presente, no te agobias pensando en el trabajo, la familia, que me deja la novia, que tengo que pagar la hipoteca, cambiar de coche... Ese cambio de prioridades te da perspectiva. Vuelves de la montaña como renacido, con una nueva oportunidad de encarar las cosas de otra manera. Además, vivir un tiempo en la alta montaña te hace encontrar casi cierto encanto en el asfalto y en las comodidades de la ciudad. Claro que el efecto dura poco.
(...)
"Yo no subo ochomiles porque vendan más, sino porque en ellos experimento sensaciones que no percibo en montañas más bajas. Es la aventura máxima. Existe una frontera que no está realmente en cota 8.000 sino más bien a 7.800 metros. A partir de ahí, entras en tu límite como ser humano, un lugar en el que simplemente no puedes vivir, y eso es lo que lo hace único. Es una experiencia irrepetible".
Publicado el 17 de mayo de 2010 a las 11:30.







