Nos agarramos a un copo
La nevada sorprendió al hayedo, que ya desplegaba todo el verdor eléctrico de la primavera: regalos de mayo.
-En este camino -me dijo ayer Josu-, aún se ven las marcas amarillas que pintó Juan Laredo hace cuarenta años, para balizar los primeros itinerarios de esquí de fondo en Aralar.
Conocí a Juan Laredo en una cena: un hombre que ya habrá superado los 70 años, fibroso, muy vivo, siempre con gorra y mochila, risueño, amable, muy cariñoso. Sé pocas cosas de él, pero siempre me las han contado con admiración: fue uno de los pioneros del esquí vasco, ya hace cincuenta años completaba grandes travesías en los Pirineos y los Alpes, ganaba competiciones en la nieve, también era un gran montañero, piragüista, espeleólogo, maratoniano, fotógrafo, escritor de divulgación del esquí...
Josu y yo caminábamos por la nieve, que a veces alcanza hasta cuarenta centímetros de grosor, y de pronto vimos una figura que se movía muy rápido ladera abajo.
-¡¡¡Juan!!! -gritó Josu- ¡Que está prohibido esquiar en mayo!
Juan Laredo giró los esquís, se deslizó hasta nosotros, se echó a reir, le dio la mano a Josu y le estampó dos besos.
-Llevo cincuenta años esquiando en Aralar pero nunca en mayo -dijo.
Unos segundos después llegó Olatz, que acompañaba a Juan, y nos contaron sus planes de subir el Aneto para bajarlo con los esquís.
-Hay que aprovechar, hay que aprovechar, que los años pasan volando. ¡Nosotros nos agarramos a un copo!
(Foto: Juan charla con Josu, que atravesó Groenlandia, Laponia y parte de Alaska esquiando: dos tipos que marcan huella).
Publicado el 10 de mayo de 2010 a las 09:15.