Tragedia en Baltistán (2): más relatos de Ortzi
Archivado en: Pakistán, Karakórum, Félix Baltistán Fundazioa
Ortzi Akizu sigue enviando mensajes desde los pueblos arrasados por las riadas en Baltistán. Con las carreteras destruidas y sin apenas gasolina para los todoterrenos, se mueve por el valle de Hushé en bici, recorriendo distancias de cuatro horas, y encima sin comer nada en todo el día porque están en pleno Ramadán.
En Talis, el pueblo en el quela riada de barro mató a quince personas y dejó a docenas sin casas, la emergencia está controlada pero ahora viene lo peor: llegará el invierno, siempre terrible en esta región montañosa, y los habitantes no tienen casas ni comida. Escribe Ortzi:
"La situación de Talis ya se ha estabilizado. La carretera ya se está abriendo, han construido un puente donde estaba el viejo (que según ellos aguanta un jeep), los niños juegan inocentes ante los escombros, las tiendas de campaña ya están asignadas a las familias, y viejos arcones de madera (para guardar semillas de trigo y arroz) yacen junto a cada una. Se están "desmontando" y vaciando de lodo las "casas" o lo que queda de ellas, se ha construido un canal nuevo de regadío provisional, se ha habilitado un tubo de plástico para poder llevar agua potable al las casas, las familias ya tienen que comer durante más o menos tres semanas...
Pero esta estabilidad tras el shock de la catástrofe, es sólo un rellano que nos da ese alivio necesario para superar las muertes y así poder retomar la reconstrucción sonrientes. Pero en realidad la comida, tiendas de campaña y las medicinas que se han provisto tienen fecha de caducidad. Y el invierno llegará, pero esta vez la gente no ha recogido la cosecha para hacer frente a los -20ºC que les espera.
Lo más duro está por llegar, y quizás ese sea el momento donde más ayuda necesiten del exterior. Ya que el trabajo en auzolan [trabajo comunitario] que se ha realizado hasta ahora ha sido impresionante, pero a la hora de compartir las cosechas, también los pueblos vecinos a Talis, han perdido mucho, y donde comen dos no comen tres".
Un grupo de turistas madrileños echó un cable en el pueblo de Qumra, donde la riada dejó 38 muertos:
"A causa de la falta de gasolina y las carreteras cortadas, los quince madrileños estaban obligados a estar en Skardú [la capital de Baltistán]. Les comentamos la grave situación de una aldea que visitamos el día anterior, donde había 38 muertos. El pueblo se llama Qumra, y tuve la ocasión subir hasta el lugar de la catástrofe para realizar el informe de petición de ayuda a la Asociacion de ONG Europeas. La situación era horrible: cementerio improvisado, gente desenterrando de los escombros a sus familiares para volverlos a enterrar, olor a trigo podrido, vacas muertas, albaricoques fermentados, casas destrozadas, animales enterrados vivos en lodo en los sótanos de las casas...
El grupo de madrileños puso un bote, con el cual compraron arroz, lentejas, harina, leche... y subieron al puebo andando. El pueblo de Qumra les estaba eternamente agradecido. Y ellos volvieron en shock al hotel, pero con una alegría por poder haber podido contribuir en algo".
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Las crónicas completas de Ortzi pueden leerse en la página de Felix Baltistan Fundazioa. Como sabéis, esta organización lleva diez años trabajando mano a mano con los baltíes y ahora ha abierto tres cuentas corrientes para atender la emergencia:
BBK: 2095 0038 51 9103522251
Kutxa: 2101 0038 51 0011074747
Caja Laboral: 3035 0044 85 0440018830
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Leire Escalada entrevista a Ortzi Akizu para El Diario Vasco: "Un río de lodo entró en Talis, llevándose las casas por delante".
Publicado el 19 de agosto de 2010 a las 11:30.