Subirás, subirás, pero nunca bajarás
Archivado en: Escapadas, Pagasarri, Ganekogorta
El sábado empecé a caminar muy temprano en el mismísimo San Mamés.
Subí al monte Pagasarri (673 m), una especie de Sinaí bilbaíno (disen que vas a subir / que vas a subir / al Pagasarri / subirás en aeroplano / bajarás en goitibera...).
Seguí subiendo y subiendo hasta el Ganekogorta (998 m), uno de los cinco montes bocineros y génesis del montañismo vasco: en 1870 ya andaba por allí un grupo de briosos excursionistas bilbaínos, los históricos ganekogortos; y en la medianoche del 30 de septiembre de 1914, en su cima se reunieron los socios montañeros del Club Deportivo Bilbao para anunciar el primer concurso de cumbres.
Empecé a bajar hacia Llodio, me despisté (o sea: me equivoqué de pista) y hubiera seguido directo hasta Okendo si no hubiera preguntado a un cazador que, vaya por dónde, en su todoterreno lucía el escudo del Athletic y que me reorientó.
(Foto: bajando del Ganekogorta hacia Llodio).
Desde Llodio, me fui en tren y metro hasta Getxo. Allí me junté con una selecta troupe periodística y fotográfica bilbaína. La anfitriona Lucía Martínez Odriozola nos sirvió bandejas de pulpo, txangurro, setas y pastel hasta hartarnos (de izquierda a derecha: Lucía, Maite Asensio, Gabriel Caneda, Zigor Aldama, June Fernández y mi silla). A los cafés llegó Santi Yániz. La sobremesa duró hasta las nueve y pico, cuando tuve que salir corriendo para llegar al último bus de vuelta a casa.
Y a pesar de todo, a pesar de San Mamés, del Pagasarri, de los ganekogortos, del cazador, del txangurro y de los amigos, anoche solté unas risitas, je, cuando me enteré del penalti escandaloso, jejejé.
Se ve que esta mezquindad es antigua y ya irremediablemente enraizada. Je. Jejejé.
Publicado el 25 de octubre de 2010 a las 17:45.