Moby d'Ikea
Si nuestros gobernantes leyeran los grandes clásicos, encontrarían ideas siempre actuales. Por ejemplo, soluciones para el desempleo:
"Queequeg me hizo entender en su jerga que en su país, a falta de sofás y sillones, el rey, los jefes y los demás personajes importantes solían cebar a algunos pobres para que les sirvieran de otomanas, y para amueblar cómodamente una casa no había más que comprar ocho o diez de estos holgazanes y repartirlos por alcobas y aposentos. Cosa, además, comodísima para las excursiones, mucho más que nuestras sillas de campo plegables, ya que el jefe no necesita más que llamar a un criado para que le sirva de asiento bajo algún árbol frondoso o, tal vez, en algún lugar pantanoso y húmedo".
Herman Melville, Moby Dick.
Publicado el 9 de diciembre de 2010 a las 16:30.