Archivado en: Escapadas, Pirineos, Bisaurín, Cees Nooteboom
A los pies del Bisaurín, en el Pirineo, volvió esa idea que empezamos a intuir con 16 y 17 años, que cristalizó en la treintena y que últimamente repetimos como un mantra. Como una mantra con la que nos abrigamos si hace un poco de frío en el refugio: un año con muchas noches de saco de dormir será un año más feliz.
(Foto: almuerzo en los llanos de Lizara, este domingo de vendavales y aguanieves).
Con los años, con los viajes, con las lecturas, a esa idea se le ha ido pegando un regustillo socarrat: la conciencia del capricho.
(Foto: porteadores baltíes en el campamento de Paiyu, cordillera del Karakórum, Pakistán).
Creo que es a eso a lo que se refiere Cees Nooteboom, cuando escribe que los viajes dejan un poso de "amarga sabiduría".
Qué aguafiestas, los viajeros y los periodistas.
Qué aguafiestas, el mundo.
Publicado el 18 de octubre de 2010 a las 19:45.







