Archivado en: Ley Antitabaco
Este año no sólo ha supuesto menos nuevos propósitos -que no son nuevos, porque se suceden cada 31 de diciembre- o más kilos por los excesos derivados de la época navideña, sino también el primer año sin malos humos de la historia. La Ley Antitabaco nació con pocos amigos. De frente tiene a hosteleros, principales perjudicados por su entrada en vigor, consumidores indignados por lo que entienden no tiene en cuenta sus derechos. En la última semana, la Asociación de Trabajadores Autónomos reclamó, como ha sucedido en otros países, la retirada de la prohibición de fumar en bares, cafeterías y restaurantes, en un momento poco propicio dada la situación económica. Del otro lado, para los no fumadores, tomarse un café cobra, sin humos, una nueva dimensión. Por primera vez, llegar a casa después de una comida con la ropa intacta en lo que a olor se refiere es como poco agradable. Otro de los hábitos que los más espabilados han puesto en marcha aprovechando la coyuntura, que parece comienza a convertirse en una nueva moda, al menos en las grandes ciudades es irse sin pagar con la excusa de salir a fumar. Vamos, el ‘sinpa’ de toda la vida. Y para los hosteleros supone la gota que colma el vaso, después, no lo olvidemos, de en ocasiones tener que reformar su local para permitir a los fumadores disfrutar de su espacio, para posteriormente derribarlo o aprovecharlo para otros fines. Otra iniciativa que al parecer comienza a proliferar en las discotecas de moda son los ‘guardacopas’, o sujetos que cuidan tu consumición mientras el cliente sale a la calle a encender un pitillo. A nuevas necesidades, nuevos servicios. La medida ya está generando más ruido en las calles -para perjuicio de los vecinos- y más terrazas con calefacción (al parecer han tenido un récord de ventas en las últimas semanas tras la entrada en vigor de la nueva normativa). El fin de la Ley Antitabaco, perfecto; las formas y el momento parecen inadecuados. Todo sea por la salud.
Publicado el 17 de enero de 2011 a las 14:15.
