Camino de baldosas amarillas

Oliver Reed fue ante todo un gran actor y también un ilustre borracho. Por eso mismo no hay que dejar que sus divertidos excesos y sus maldades oculten lo gran actor que fue. Su energía, su potencia en la pantalla y fuera de ella eran abrumadoras. Su físico, salvaje y violento, era único. Su mirada, de pícaro elemento, era increible, super penetrante y dificilmente olvidable.

Su filmografía es pura anarquía, al igual que su vida. Hizo de todo y sin control, desde cantidad de pelis de serie B hasta grandes obras de culto. Participó en todo tipo de géneros, fue hombre-lobo, pirata, chico Cronenberg, chico Hammer, asesino, mosquetero (Athos), incluso Bill Sikes de Oliver! y un largo etc.

Fue en 1969 cuando comenzó su colaboración con el gran Ken Russell, en mi opinión uno de los mejores y más infravalorados directores ingleses de todos los tiempos. Y no pudo empezar de mejor manera, con Mujeres enamoradas, la peli más premiada de su director. Basada en el libro de D. H. Lawrence, fue muy polémica al mostrar los primeros desnudos frontales masculinos de la historia del cine (no porno claro) donde Reed era uno de ellos, en una escena inolvidable en la que pelea desnudo con su amigo Alan Bates.
Otra increíble colaboración con Russell fue en Los demonios. Esta peli es una obra maestra no apta para todos los estómagos donde religión y violencia se funden de la manera más radical. Volverían a trabajar juntos en otras tres ocasiones destacando la mítica Tommy la primera opera-rock de la historia al servicio de The Who.

En medio de tanta película, Oliver Reed se dedicaba a beber de la manera más compulsiva y salvaje jamas vista (bueno, quizá le igualase Richard Harris, otro ilustre británico borracho). Su dieta alcohólica era tan excesiva que no sería asimilable para ningún ser humano con un físico normal. El suyo no lo era, era como un gran animal, como un gran oso salvaje capaz de engullirlo todo.

Poco a poco su intensa vida personal, sus anécdotas alcohólicas y sus diabluras empezaron a eclipsar su carrera como actor. Asustaba a productores y directores por lo que los grandes proyectos le empezaba a escasear. De hecho estuvo a punto de ser el primer James Bond en 007 contra el Dr No pero lo rechazaron por su pésima reputación.
Durante el rodaje en España de Los tres mosqueteros estaba alojado en el Ritz de Madrid. Durante una comida en el restaurante del hotel iba tan borracho que vio una enorme pecera y sin dudarlo se desnudó y se bañó con los peces. Imaginaros la reacción de clientes y empleados, obviamente le echaron.

Le gustaba recordar que el día antes de su segunda boda se bebió 106 pintas de cerveza y claro, llegó en un estado más que lamentable a la ceremonia.
Amigo de todo tipo de borrachos, indigentes y trastornados. Era el tipo de gente con el que le gustaba estar y con quien mejor se lo pasaban y no de otros colegas de profesión o artistas de cualquier tipo. Exceptuando a Keith Moon, batería de The Who y posiblemente el músico ingles más borracho de la historia, también era un compulsivo drogadicto lo que lo llevó a la tumba muy prematuramente.

Sus anécdotas son interminables. Steve McQueen alucinó cuando Reed lo sacó de marcha por Londres, la noche acabó cuando Reed le vomitó encima al pobre McQueen.
Shelley Winters lo odió por unos comentarios bastante machistas que este hizo en un programa de televisión en el que coincidieron. Winters acabó tirándole un jarra llena de hielos por encima.
También fue famosa la vez que sin saber muy bien porque apareció en la cinta de equipajes del aeropuerto de Dublín durmiendo una gran borrachera.
Su vida estaba en los pubs. Llegó a decir que la gente más interesante que conoció a lo largo de su vida fue en los pubs.

Los 90 no fue una buena década para Reed, la mayoría de las películas en las que participó eran realmente malas. Pero el nuevo milenio pintaba bien al ser contratado para participar en la superproducción de Ridley Scott Gladiator. Una gran pena que cuando su carrera empezaba a resucitar, el moría. Pero lo hizo como más le gustaba, bebiendo en un pub de Malta durante el rodaje de esta película. Se fue a la tumba tras tragarse tres botellas de ron, ocho de cerveza e incontables whiskies. Sin duda murió de la mejor manera posible, murió feliz. Ademas el pub donde murió pasó a llamarse Ollie´s Last Pub.

Siempre pasó de los convencionalismos, del glamour superficial propio de sus colegas de profesión. El siempre quiso ser libre, hacer lo que le diese la gana tanto en su vida como en su profesión. Es una pena que ya no haya actores tan auténticos como él.

Publicado el 31 de marzo de 2010 a las 15:00.