Marty Feldman, ese curioso personaje
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La verdad que no se muy bien porque he decidido hacer un post sobre este extraño actor. Quizá por su inolvidable papel de Igor en El jóvencito Frankenstein. Quizá por su innegable simpatía. Quizá por su exitosa y desconocida carrera como guionista cómico. Pero yo creo que lo he hecho por su físico, por su rostro y por sus expresiones. Pocos actores han conseguido impactar al espectador con su sola presencia. Marty Feldman fue uno de ellos, con sólo mirarlo provocaba la carcajada, pero si se lo propusiese también podría provocar terror.
Pero no, Marty Feldman nació y vivió para la comedia. Quiso explotar su físico todo lo posible. Exageraba sus gestos al máximo, era consciente de que la gente se moría de risa con tan sólo una mueca suya. Pero su humor iba mucho más allá de lo puramente físico, fue un intelectual de la comedia.
Nació en Londres en 1934, a los 15 años abandonó el colegio, ya sabía que quería hacer reir a la gente. Al principio se metió en la radio donde guionizó varios programas cómicos. Fue entonces cuando un Monty Python (John Cleese) se fijo en él y lo contrató para participar en un programa televisivo. Fue un éxito y se convirtió en un actor y guionista habitual. Allí conoció y colaboró con Graham Chapman, Eric Idle (otros dos ilustres Monty Python) y Rowan Atkinson que años más tarde se convertía en Mr Been. Llegó a tener su propio programa de sketches muy popular y a los pocos años cruzó el charco para probar suerte en USA donde repitió éxitos televisivos.
Aunque ya había participado en un par de films, sería en 1974 cuando se convirtió en una super estrella al coprotagonizar, junto a Gene Wilder, El jovencito Frankenstain. Esta gran comedia de Mel Brooks fue un triunfo de taquilla y sin duda, Igor fue la estrella de la función.
De repente Marty Feldman tenía millones de fans en todo el mundo. También de detractores, que sólo lo consideraban una extraña figura sin ningún mérito interpretativo.
Aunque padecía una extraña enfermedad tiroidea, Feldman moría de un infartó en México mientras rodaba su última película y con tan sólo con 49 años. Fue una pena, ya que estaba en lo más alto. Empezaba a ser un actor muy solicitado y le había pillado en gusto a la dirección.
Pocos fueron tan pintorescos como él, muy pocos llamaron tanto la atención. Feldman fue único, un capricho de la genética.
Publicado el 14 de junio de 2010 a las 16:30.