Klaus "Satan" Kinski
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Comprender la mentalidad o la personalidad de Klaus Kinski es realmente complicado, yo creo que hasta para el propio Klaus Kinski lo era. También lo fue para su "enemigo intimo" Werner Herzog, pero a pesar de todo fue el que mejor lo entendió y eso quedó plasmado en su magnifico documental Mi enemigo intimo.
Escribir sobre el actor alemán es muy complicado, pues era una persona tan ... extraña, maligna, desagradable, provocativa, desquiciada, violenta, etc. No se puede decir casi nada bueno de su personalidad, bueno, menos Jess Franco, al que fascinaba su manera de ser y de comportarse. A Werner Herzog también le fascinaba y lo necesitaba, pero su relación fue tremendamente visceral y violenta. Para entenderla a la perfección vuelvo a recomendar ese gran documental. Es buenísimo el momento en el que Werner Herzog trata de convencer a unos indios amazónicos para que no lo maten durante el rodaje de Fizcarraldo.
Hay tanto que contar sobre Kinski y es tan complicado que sin duda lo mejor es ver sus interpretaciones para conocerlo un poco más. Como este fragmento de su gira teatral Jesus Tour que consistía básicamente en afirmar que era Jesucristo y en insultar a su público. El resultado fue realmente aterrador.
Pudo trabajar con grandes directores como Visconti, Fellini o Truffaut, pero pasó, el prefería hacer pelis con Jess Franco o Terence Hill. Es más, ignoró la llamada de Steven Spielberg para un papel en una peliculilla de aventuras titulada En busca del arca perdida.
Odiaba su trabajo, lo dijo infinidad de veces, actuaba para comer. Odiaba sociabilizarse con la gente, además padecía una extraña enfermedad llamada coprolalia, el que la padece no puede evitar insultar de la manera más grosera a todo con el que se cruza. Odiaba a casi todos sus colegas actores, directores y a su público. También odiaba asistir a festivales y promocionar sus películas. Y sobretodo odiaba a Werner Herzog del que dijo la mayor cantidad de insultos jamas oída de un actor a su director. Aunque sin embargo no podía dejar de trabajar con él (hicieron juntos cinco películas) quizá porque era consciente que el director alemán fue el que supo sacar lo mejor de él. Sus interpretaciones en Fizcarraldo o en Aguirre la cólera de Dios son magistrales, lo mejor de su carrera.
Lo curioso es que de alguien que radiaba tanto odio, tanta fealdad y tanta locura, saliese un ángel como Nastassja Kinski. Aunque creo que la relación con su padre fue (como no podía ser de otra manera) muy tormentosa, como lo fue con sus cuatro ex mujeres y con todas las mujeres de su vida.
Como colofón a su excéntrica carrera diseño una serie de 16 horas sobre Paganini, titulada Kinski: Paganini, ya que el mismo protagonizaría, escribiría y dirigiría. Pero los productores al ver el primer capítulo la cancelaron y lo estrenaron como una película cuyo resultado crítico y taquillero fue desastroso (aunque el trailer tiene muy buena pinta). Esto deprimió a Kinski y provocó su retirada del séptimo arte. Se instaló en su casa de California a escribir sus memorias y allí murió en 1991 a los 65 años.
Kinski siempre será parte de la historia del cine por sus grandes interpretaciones, por sus increíbles excentricidades y por su rostro, un rostro que ya forma parte del subconsciente cinéfilo colectivo.
Publicado el 7 de septiembre de 2010 a las 16:00.