Spielberg y Scorsese se ponen ñoños
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Pues sí, los años pasan y la gente se ablanda, aquí tenemos dos claros ejemplos. Steven Spielberg y Martin Scorsese son de la misma quinta, nacieron en 1946 y en 1942 respectivamente, ambos revolucionaron en el cine norteamericano de los setenta, aunque por caminos distintos. Spielberg siempre fue algo sensiblero, pero su cine estaba lleno de acción, drama, tensión o terror. Scorsese era el rey de los bajos fondos, de la violencia más sórdida y del drama más intimista.
En el caso de Spielberg, no sorprende tanto ver que sus dos próximas películas sean Las aventuras de Tintin: El secreto del unicornio y War Horse. La primera va a ser un trilogía dirigida a cuatro manos con Peter Jackson, Spielberg sólo dirige la primera. No se hasta que punto fue buena idea embarcarse en este macro proyecto infantil de dudosa categoría artística y un riesgo taquillero. Se ve que es un desesperado intento de hacer un nuevo Indiana Jones, de volver a la aventura clásica usando la tecnología más moderna. Ya veremos.
En cuanto a War Horse... no se que decir, el otro día vi el trailer y parece una ñoñería total. El típico drama sentimentaloide con animal de por medio. Recuerda al Disney de la época más cutre, a aquellas cintas que el estudio de Mickey Mouse sacaba directas a video en los 80 y que siempre había perros en peligro, gatos perdidos o caballos ciegos.
Parece que Spielberg está bloqueado, tiene tantos proyectos en mente que se traba y no sabe por cual decantarse y cuando lo hace opta por el menos recomendable. Eso explica que desde 2005, año en el que dirigió la sublime Munich sólo haya estrenado la bochornosa Indiana Jones y el reino de la calavera de cristal.
Después de estos dos estrenos consecutivos está preparando su ansiado biopic sobre Abraham Lincoln. Y luego vendrá Robopocalypse, su regreso a la ciencia ficción, una especie de nuevo Terminator donde los robots se revelan contra la humanidad causando el apocalipsis.
Hace tiempo que Scorsese se convirtió en un director de superproducciones y abandonó los pequeños films intimistas. A veces con más acierto (Gangs of New York), otras con menos (El aviador), pero casi siempre se ha mantenido fiel a su estilo y temática adulta.
Ahora nos sorprende con un film único en su filmografía. Hugo Cabret también parece un peli del Disney más infantil. Tiene una estética de película navideña que no puede con ella. Si al ver el trailer no supiese quien era su director, Scorsese sería el último en quien pensaría.
Además es en 3D, algo totalmente impropio de su autor. Acercarse a este formato, que empieza a estar pasado de moda y usarlo en esta peli, donde parece totalmente innecesario, es sin duda un simple método para recaudar más dinero.
Pero bueno, quizá sea una gran película y bajo esa apariencia de superficialidad nos encontremos ante una gran obra conmovedora y entrañable. Además, sus dos próximos proyectos seguro que recuperan al Scorsese más auténtico. Son, Silence, una historia sobre dos jesuitas en el Japón del siglo XVII y Sinatra, que le viene como anillo al dedo.
Publicado el 28 de julio de 2011 a las 12:30.
