Bryan Singer y las habichuelas mágicas
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Bryan Singer era la leche, después de su olvidado debut, la intranscendente Public Acces, dirige Sospechosos habituales. De esta obra maestra sólo tengo que decir que, quien no la haya visto que deje de leer esto y que se vaya corriendo a cualquier tienda y que se la compre y que la vea una y otra vez. Fue una de las mejores pelis de los 90, ganó 22 premios, entre ellos dos Oscar, al mejor guión original y al mejor actor secundario, para un semidesconocido Kevin Spacey.
Con tan sólo 30 años se convirtió en el director norteamericano más prometedor del momento. Por eso decepcionó algo Verano de corrupción, una correcta adaptación de un libro de Stephen King sobre la influencia de un viejo nazi en un adolescente.
En el 2000, cuando la avalancha de superheroes aun estaba empezando, consigue hacer una de las mejores películas de este género. X-Men es espectacular, pura diversión, un 10. Y lo mismo se puede decir de X-Men 2, dirigida por él mismo tres años después. Para muchos, entre los que me incluyo, esta es de las pocas secuelas que supera al original.
La vida esta llena de pequeñas o grandes decisiones que debemos tomar constantemente. Y estas decisiones serán las que marquen nuestro destino. El futuro de Bryan Singer quedó truncado el día que decidió dirigir Superman Retuns en vez de X-Men 3. Cuando ya tienes una saga perfectamente encauzada y funciona de maravilla en taquilla y en críticas, debes concluirla. Aunque Superman fuese su superhéroe favorito, nunca debió de aceptar este proyecto destinado al fracaso por su guión sin garra, ni emoción y por calcar la estética del original sin modernizarlo lo más mínimo.
El pobre Singer nunca se repondría de este batacazo artístico y comercial. Se debió de quedar muerto de envidia cuando ese año vio el sublime renacer de Batman, realizado por el aun más joven Christopher Nolan, que por cierto, le usurpó el puesto de mejor director joven del momento. Ademas, con buen criterio, ha decidido completar su saga sobre el caballero oscuro sin renunciar a dirigir maravillas como Origen.
Y para rematarla en 2008 dirige Valkiria. No es que este tan mal, pero le sobran 30 minutos y no logra los niveles de tensión deseados. Además no ayudó que el protagonista fuese un Tom Cruise en el peor momento de popularidad de su carrera, cuando estaba desmadrado con todo lo de la cienciología. Valkiria no convenció ni a la crítica ni al público, Bryan Singer estaba KO. Para colmo unos meses después Tarantino estrenaba Malditos bastardos, una trepidante aproximación a la Segunda Guerra Mundial, todo lo que nunca fue Valkiria.
Pero el tiempo va pasando y tras cuatro años en blanco, Singer ya tiene nueva peli. Jack el cazagigantes, si si, una adaptación de Jack y las habichuelas mágicas, ese cuento que ya en los 40 tuvo su propia versión Disney protagonizada por Micky, Donad y Goofy.
No se, pero viendo el trailer da la impresión de que Singer se ha rendido ante el engranaje de Hollywood y ha aceptado ser uno más de los cientos de directores de encargo que se pasean por la meca a la espera de que alguien les ofrezca un proyecto decente con el que mantener la cartera llena. Una pena, por que Singer estaba llamado a ser mucho más.
Publicado el 2 de enero de 2012 a las 16:30.
