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Blog de Mauro Enrique Martín

Balón dividido

El trabajo previo al inicio de temporada

Archivado en: deporte, planificar, temporada, entrenador, pretemporada

La libre de Van Gaal, un ejemplo de planificación diariaVamos terminando el verano, el sol poco a poco comenzará a esconderse antes y la rutina volverá a cada una de las casas, será entonces cuando llegue el inicio de una nueva  temporada deportiva. Pero hasta ese momento, los entrenadores tenemos que ser conscientes que nuestro trabajo no comienza en el primer entrenamiento, sino que es en estos días/semanas previas cuando debemos planificar lo que vamos a realizar desde el día uno hasta el último de la temporada.

De ahí que me gustaría dar unos consejos o pasos a seguir en los momentos previos al inicio de la temporada y que facilitarán nuestro trabajo durante el transcurso de la misma:

  1. Analizar lo que tenemos: ¿cuál va a ser nuestro equipo?, ¿a qué entidad pertenece?, ¿qué objetivos principales vamos a tener?, ¿qué posibilidades nos ofrecen?, etc.
  2. Buscar a nuestros compañeros de viaje: bien un cuerpo técnico, unos ayudantes, o cualquier persona que pueda ayudarnos a trabajar durante el año teniendo clara cuál será su aportación al grupo.
  3. Planificar la temporada: Elaborar un documento que contenga todo lo relativo a nuestro equipo (¿dónde juega?, ¿por qué juega?), nuestros jugadores (¿quién va a jugar?, análisis individual y colectivo), los recursos de los que disponemos (¿cuándo podemos entrenar?, ¿con qué material contamos?), objetivos que nos marcamos (¿qué queremos lograr?, tanto de resultado como formativos), trabajo a desempeñar para lograr los objetivos (contenidos físicos, técnicos, tácticos, psicológicos, etc.), división de la temporada en periodos (pretemporada, competición, postemporada; o bien; microciclos, mesociclos, macrociclos).
  4. Establecer unas normas: Elaborar un documento con el reglamento interno del equipo que ha de estar aprobado por la entidad y que será expuesta a los deportistas y otras personas del entorno para que sea aceptado, dejando siempre claras que esas son las condiciones para el buen funcionamiento del grupo y si alguien no está de acuerdo buscar una solución.
  5. Convocar a los deportistas: Establecer una forma de contacto con los candidatos a participar en el grupo durante la temporada (teléfono, e-mail, redes sociales, etc.), fijando un día y una hora para iniciar el trabajo.
  6. Convocar reuniones: Definir qué reuniones vamos a tener con jugadores, directivos y padres antes del inicio de la temporada o durante sus primeros días.
  7. Fijar cual será nuestra actitud: Establecer una mentalidad con la que iniciar la temporada, para llegar el primer día teniendo claras las ideas y sabiendo cual ha de ser nuestro comportamiento para que se puedan conseguir los objetivos previstos, es decir, la forma de ganarnos el respeto de nuestros jugadores.

Estos son solo algunos consejos básicos que sin lugar a duda nos pueden ayudar a que la temporada sea más llevadera. Con el paso del tiempo, este trabajo ha de ser revisado y si todo permanece estable y el grupo se dirige por el cauce establecido, es muy probable que la temporada sea satisfactoria y disfrutemos de un gran año.

Por el contrario, cuando puede darse la posibilidad de olvidar este trabajo o bien que no se hayan cumplido algunas de las pautas establecidas, será entonces cuando la frustración inunde nuestras sensaciones y pensaremos "a ver si se acaba esto", un pensamiento que todos los que llevamos varias temporadas en el deporte hemos tenido alguna vez.

De ahí que considere tan importante el trabajo de planificación que ha de realizarse en estos días, aprovechando la ocasión para animar a todos los entrenadores de todas las modalidades deportivas a pararse durante unos días a reflexionar sobre las pautas que van a marcar convirtiendo lo que serán unos largos y duros meses de trabajo en algo gratificante y satisfactoria. Porqué por encima del buen sabor de boca de la victoria está el del trabajo bien hecho.

Publicado el 17 de agosto de 2011 a las 13:00.

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Entrenador de formación o de competición

Archivado en: deporte, formacion, entrenador, cantera, competicion

Una charla a entrenadores de formación en SegoviaSon muchos los meses que llevamos disfrutando en Segovia de las jornadas de formación para entrenadores de baloncesto, unas jornadas en las que aparte de los fundamentos específicos del deporte en cuestión, se ven muchas pinceladas aplicables a todas las modalidades deportivas principalmente relacionadas con aspectos psicológicos, pedagógicos y formativos.

Si hay algo en lo que todos los ponentes han estado de acuerdo, es que tenemos que tener muy en cuenta la categoría que estamos entrenado y las posibilidades que tiene nuestro equipo, eso sí, siempre desde el punto de vista formativo. Tenemos que enseñar a nuestros jugadores los aspectos técnicos correspondientes a cada una de las categorías teniendo paciencia; no ha de importarnos perder balones, perder partidos, etc., porque debemos confiar en que nuestro trabajo se verá recompensando a medio/largo plazo. Además otro aspecto importante es conseguir buen ambiente en el grupo, que la gente permanezca unida y que además disfruten de cada entrenamiento, bien es cierto que las dinámicas ganadoras facilitan este trabajo, pero es ahí donde influimos nosotros planteando a nuestros jugadores objetivos que han de alejarse de lo meramente competitivo y centrarse más en las pautas que vamos marcando en el día a día.

Pero también existe otro tipo de entrenador que vemos frecuentemente en todas las competiciones de cantera, y se trata del que busca competir indistintamente de los recursos que utilice, es más, en ocasiones ese afán de competir no significa ganar, sino ir a perder por el mínimo posible, o lo que puede considerarse peor aún, utilizar los partidos como un trámite que han de pasar y prácticamente tirar ese tiempo de competición.

Con esto no quiero decir que no se pueda o deba competir, lógicamente si estamos en una competición debemos de utilizarlo para potenciar nuestro trabajo, pero a lo que me refiero es a que debemos competir con los recursos que necesitan aprender nuestros jugadores teniendo en cuenta factores de edad, sexo, condición física, aptitudes, etc.

Desgraciadamente cada fin de semana veo niños y niñas en edades de formación abusando de recursos tácticos lógicos en competiciones profesionales o categorías fuera de la formación, eso a la larga perjudica a la progresión del deportistas y en la mayoría de los casos acaba llevando al abandono del deporte, ya que todos aquellos que si han recibido la formación más adecuada en edades de crecimiento llegarán a un nivel que a determinada edad es prácticamente imposible de alcanzar por aquellos que se han limitado a competir.

Por ello, aprovecho para hacer un llamamiento a todos aquellos entrenadores de categorías de base para que traten de enseñar a sus pequeños deportistas lo mejor para ellos y para su futuro (y no hablo de llegar a profesional, sino de poder seguir disfrutando del deporte como hobbie durante muchos años), ya que la formación básica es necesaria, y esto no es una cosa que esté diciendo yo, sino que todos y cada uno de los entrenadores que conozco de  nivel lo afirman, al igual que reconocemos haber cometido en nuestros inicios los errores que aquí se están mencionando.

Publicado el 27 de marzo de 2011 a las 20:15.

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La unión hace la fuerza

Archivado en: deporte, union, fuerza, estamentos, entrenadores, arbitros, jugadores, directivos,

Entrenador, árbitro y jugador durante un partidoTodo aquello en este mundo que está formado por diferentes estamentos, departamentos o áreas necesita de una conexión entre ellos cuya interacción cuanto mejor sea tendrá como resultado un mejor funcionamiento y por lo tanto una mejora en los objetivos.

Sin embargo, cualquier modalidad deportiva, debería verse con la misma perspectiva, por desgracia, son pocas las veces que se ve colaboración entre sus estamentos, que más bien se dedican a jugar al tira-soga para conseguir obtener beneficios a costa de las pérdidas de los otros. Por lo tanto vamos a ver los diferentes estamentos o grupos que conforman por lo general un deporte:

  1. En primer lugar tenemos los directivos, aquellas personas que se rigen por motivos económicos o bien por la consecución de títulos. Ellos son los encargados de dar forma a una estructura piramidal que tendrá como objetivo ir conformando un organigrama de personal por debajo de ellos y con el fin de que consigan sus objetivos.
  2. Los entrenadores, tanto personales como específicos o de grupo, todos ellos tienen la función de ser los maestros en la materia, los que han de enseñar sus conocimientos y exprimir al máximo a sus deportistas para conseguir los objetivos que se les exige desde arriba.
  3. En la base de esa pirámide, prácticamente se encuentran los jugadores, son los trabajadores más rasos que tienen como función esforzarse al máximo siguiendo las pautas marcadas por sus entrenadores.
  4. También son importantes los aficionados, en algunos casos padres y familiares de los estamentos anteriores. Al final ellos pueden ser la principal fuente de financiación (no por sus recursos económicos, sino porque atraen a dichos recursos).
  5. A los patrocinadores también hay que considerarlos uno de los pilares que sustentan nuestra pirámide, ya que gracias a ellos podremos crecer, invertir y mejorar en nuestro deporte.
  6. Uno de los estamentos más maltratado pero tan importante como el resto, es el de los árbitros, cuyas decisiones influyen en el trabajo de los deportistas pero que a su vez también tienen repercusión con otros estamentos.
  7. Los medios de comunicación (y no tiene porque ser solo en grandes clubes o asociaciones) influyen en nuestra imagen de cara al resto de estamentos. Desde una buena comunicación en internet (página web, redes sociales, foros, etc), hasta apariciones en mass media tienen gran relevancia en la valoración del trabajo que se realiza.

Son más los estamentos que influyen, aunque probablemente en menor medida. Sin embargo ahora tenemos que ver como es la relación entre todos ellos.

Por lo general los jugadores si no rinden echan la culpa a los árbitros que aparte también suelen ser increpados por aficionados y medios de comunicación, pero a pesar de los árbitros, cuando los objetivos no se cumplen o las victorias no llegan, la culpa se traslada a los directivos que solucionan la papeleta culpando al entrenador, todo ello acaba por ofrecer una mala imagen a través de los medios de comunicación, lo cual termina molestando a patrocinadores y por consiguiente a la pérdida de capital económico.

Sin embargo, si nos podemos a analizar las situaciones que se ven cuando las cosas salen bien, es cuando la interacción entre todos estos estamentos es la ideal, cuando los directivos confían en unos entrenadores que sacan el máximo rendimiento a sus jugadores y que por lo tanto consiguen buenos resultados y no se menciona a los árbitros, lo que conlleva a tener contentos a los aficionados y que gracias a los medios de comunicación se promulga una buena imagen que al final tiene contentos a patrocinadores y supone una mayor inversión de capital.

De ahí que la conclusión de este post, sea que debemos de trabajar unidos para cosechar los mejores resultados y así tener una mayor eficacia en el cumplimiento de nuestros objetivos.

Publicado el 24 de febrero de 2011 a las 15:00.

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Más sabe el diablo por viejo…

Archivado en: deporte, formación, formadores, entrenadores, aprendizaje

Una de las figuras más respetadas a lo largo de la historia en nuestra sociedad es la del profesor, aquella persona que enseña unos conocimientos que controla a la perfección y sobre la que ha recibido una formación específica. Sin embargo, en el mundo del deporte cada vez se asocia menos la figura del entrenador a la de un profesor, y eso es debido a varias razones que vamos a analizar:

En primer lugar, la edad a la que se comienza a entrenar suele ser muy prematura, un adolescente que lleva jugando apenas unos años cree que está preparado para enseñar a niños lo que él ha aprendido en su corta experiencia, sin embargo esa experiencia no suele ser suficiente.

En segundo lugar y relacionado con la temprana edad a la que se empieza a entrenar está que el hecho de convertirse en entrenador, a día de hoy, supone recibir unos ingresos económicos de forma sencilla que facilitan cubrir los gastos de ocio, incurriendo en el error de anteponer lo económico a lo formativo.

En tercer lugar nos encontramos con la falta de titulaciones entre los que enseñan determinados deportes, los cursos de entrenadores se ven más como un "saca-cuartos" de las federaciones deportivas que cómo la enseñanza de unas pautas comunes para poder transmitir conocimientos. De ahí que sean pocas las personas que se animen a realizar cursos de entrenador o asistir a clinics y conferencias.

También existe el punto de vista de que no se debería pagar por recibir esa formación, algo totalmente erróneo porque esa inversión económica que se realiza, muy posiblemente en un par de meses se vea cubierta y a la larga también recompensada. Además en el mundo del deporte no vemos el proceso formativo como algo necesario, esto es totalmente ilógico si lo comparamos con otros campos de la formación, ¿Cuánto cuesta nuestra formación académica a lo largo de nuestra vida? Esta pregunta es prácticamente imposible de contestar.

Con el paso de los años, la propia experiencia nos va transmitiendo conocimientos todo ello llega gracias a la interacción con deportistas y gente de su entorno, la corrección de errores, las charlas con otros compañeros entrenadores, etc. Pero bien es cierto que con el paso del tiempo si has acudido a actividades formativas tu experiencia habrá ampliado horizontes.

Por el contrario, la experiencia tiene una gran desventaja y es que se adquiere con el paso de los años, al igual que el transcurso de la vida y por lo tanto son muchas las personas que han de abandonar su carrera como entrenadores por una carrera laborar que les permita vivir el día a día, sin embargo, esas experiencias y conocimientos que han recibido con el tiempo podrán seguir siendo una fuente formativa cuando se habla con alguien del tema, o se recuerdan viejos tiempos hablando con los más jóvenes.

Por todo esto lo que me gustaría desde aquí es animar a todas aquellas personas que se encuentran inmersas enseñando a niños (y no tan niños) a practicar determinado deporte, que no dejen de lado su formación como tales, que no caigan en el error de tener una mentalidad de "si yo sé de sobra lo que hay que enseñar" (y créanme que lo veo cada día) por una mentalidad más profesional de "cuanto más aprenda mejor seré como entrenador y mejores serán mis jugadores", esta es la filosofía que nos han transmitido en los últimos años dos de los entrenadores más laureados en nuestros país, tanto Vicente del Bosque tras el campeonato del mundo como Pepu Hernández al conseguir el mundobasket hicieron declaraciones de "he aprendido más de estos jugadores, que ellos de mí", esta es una filosofía muy profesional y que si se está de acuerdo con ella las posibilidades de crecer como entrenador son mayores, porque el saber no ocupa lugar y como bien dice el título del post, más sabe el diablo por viejo que por diablo.

Publicado el 19 de noviembre de 2010 a las 14:15.

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Decálogo del buen entrenador

Archivado en: decalogo, buen, entrenador,

Un entrenador con niños de 6 añosEl inicio del curso escolar viene dado de la mano con una serie de actividades extraescolares que en un gran porcentaje se traducen en la práctica de algún deporte. Entonces colegios y clubes buscan entrenadores que puedan cubrir esa demanda de niños que pretenden practicar un deporte, pero por desgracia son pocos los entrenadores preparados para trabajar con niños, y todos los que estamos dentro del mundo del deporte vemos actuaciones que no ayudan a la formación de los participantes. Por ello, y si a alguien le sirve de ayuda, me gustaría crear este decálogo de normas que todo entrenador debería tener en cuenta y que algunas de ellas pueden considerarse más importantes que cualquier titulación o competición y que por suerte o por desgracia se aprenden con el paso de los años.

1. Los niños tienen derecho a jugar y divertirse. Éste es el primer punto de la declaración de derechos de la infancia aprobado por la Organización de Naciones Unidas en 1959 y que sigue en vigor. No podemos olvidar que "jugamos partidos", entrenamos haciendo "juegos", y en ocasiones a los deportes se los llama también "juegos" (como los "juegos olímpicos"). Por lo tanto queda patente que jugar va inmerso en el deporte, y como para la RAE jugar significa "hacer algo con alegría y con el solo fin de entretenerse o divertirse", tenemos que buscar que nuestros juegos sirvan para que sus participantes se diviertan.

2. El entrenador es un educador. Como ya he mencionado antes, el deporte sirve como actividad extraescolar pero integrada dentro de muchos planes de estudio. Un entrenador ha de ser consciente de que antes que enseñar un deporte está ahí para educar y ayudar a los niños a crecer como personas aprendiendo de su entorno. En un post anterior citaba la capacidad de aprendizaje de los niños por imitación, y de ahí que cuando se dirige un grupo haya que medir con creces las palabras, los gestos, las formas, etc.

3. Ser conscientes de las limitaciones de los niños. Ellos no tienen culpa de sus defectos y limitaciones motoras o psicológicas que les impida un mejor aprendizaje y desarrollo atlético. El primer objetivo que tenemos que plantearnos cuando trabajamos con un grupo de niños, especialmente con los más pequeños, es desarrollar la psicomotricidad de nuestros deportistas, ya que un buen trabajo desde que son pequeños servirá para que su cuerpo pueda aprender más rápidamente otros aspectos planteados en el futuro.

4. Hacerse respetar mientras se es querido. Los niños pasan muchas horas durante el curso con sus entrenadores, de ahí que ello deba traducirse en un cariño que demuestre que el entrenador es una persona cercana y sobretodo de confianza, que sus consejos e indicaciones sean fielmente creídas por sus alumnos para ser llevadas a la práctica. Pero a la vez hay que ser respetado, que los niños sepan que el entrenador es quien dirige y que sus directrices son las más correctas debiendo seguirlas por el bien personal y del grupo.

5. Gritar no sirve para mejorar. El entrenador debe demostrar educación como ya citamos en el punto segundo, no debe utilizar frases mal sonantes ni perder los nervios. La irritación que puede provocar que los niños estén desconcentrados, indisciplinados o simplemente porque las cosas no están saliendo bien, han de solucionarse mediante recursos más didácticos como incrementar la participación activa o aumentar la esencia lúdica de las tareas orientadas. Los gritos solo llevan a un mal estar generalizado que además eleva esa irritación.

6. Los tres pasos a seguir: explicación, demostración y corrección. El primer paso siempre ha de ser una explicación breve y concisa de lo que se va ha hacer y que pueda quedar clara. Acto seguido una pequeña demostración (que no tiene porque ser a velocidad real, sino que ralentizada suele quedar más clara) que demuestre lo que se pretende. Tras este paso podríamos incluir el de la repetición de los dos anteriores todas las veces que sea necesario mediante diferentes formas o recursos para que quede claro. Y por último la corrección, decirle a un niño que algo está mal hecho sin una explicación de porqué, es como decirle que los dedos no se meten en un enchufe, solo centrará su atención en lo que está mal sin saber porqué, incitándolo a repetirlo. Por lo tanto aconsejo que en lugar de indicar lo que está mal, se indique como debería haberse resuelto la misma situación de forma más eficaz.

 7. No precipitar las enseñanzas. Este es uno de los errores más comunes entre los entrenadores de formación. Se entrena para ganar olvidando que las pequeñas cosas y más simples que han de aprenderse a determinada edad ayudarán para que el objetivo de ganar sea más fácil en edades superiores en las que sí sea lo principal. Los manuales que en muchos clubes desarrollan los directores deportivos cobran gran sentido cuando son seguidos de inicio a fin. Por ello hay que ir paso a paso, la precipitación de entrenadores y padres puede llevar a estropear un futuro jugador.

8. Promover la autoevaluación y la autocrítica. Que los propios niños analicen sus comportamientos y sus acciones, que vean si está bien o si está mal y que sean ellos mismos los que busquen soluciones a los problemas. Ello les irá ayudando a resolver situaciones durante el juego.

9. Querer crecer como entrenador. Y con esto no me refiero a subir de categoría, sino a seguir aprendiendo y mejorando para poder enseñar más y mejor a tus jugadores. Que los errores se conviertan en un foco de referencia para el aprendizaje.

10. Aprovechar la competición. Todos hemos pecado alguna vez de buscar la victoria por encima de todo, olvidando que tenemos personas en el banquillo con toda la ilusión del mundo pero que por alguna razón rinden por debajo de otros compañeros. La competición ha de ser aprovechada como una puesta en práctica más real de lo entrenador durante la semana, que todos los niños sean capaces de demostrar lo aprendido mientras a su vez se divierten. Hay que buscar objetivos en cada competición y en cada partido, y los resultados deberían quedar de un lado buscando otros más eficaces de cara al futuro, como puede ser robar X balones, que todos toquen el balón X veces, que todos anoten, y sobre todo, que cada uno de los componentes esté contento cuando termina un partido.

 Estas son solo algunas premisas importantes a la hora de dirigir un grupo, hay muchas más que me dejo en el tintero pero que ahora podéis ampliar con vuestros comentarios. Os dejo un video de motivación ante una situación difícil bien salvada por el entrenador.

Publicado el 10 de marzo de 2010 a las 20:00.

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Mauro Enrique Martín

Mauro Enrique Martín

Se podría definir a Mauro Enrique Martín como "una persona del deporte" y es que de las veinticuatro horas que tiene un día dedica veinticinco al deporte". Este entrenador superior de baloncesto, licenciado en Publicidad y RR.PP. y con un master de periodismo deportivo se confiesa practicante de varias modalidades deportivas como fútbol sala, balonmano y voleibol, siendo seguidor de prácticamente todos los deportes. Actualmente es el máximo representante del baloncesto en Segovia, y colabora en formación tanto de entrenadores como de jugadores en la Federación de Castilla y León.

A través del blog, este entrenador, árbitro y aficionado pretende dar una visión general de los valores y las connotaciones intrínsecas del deporte buscando las opiniones y experiencias de todos con el fin de poder trasladarlo a las pistas, canchas y pabellones.

 

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