Noticias de Burgos

El pasado viernes, desde esta misma tribuna, y sin que por un instante pudiera imaginar lo que iba a acontecer horas después en Gamonal, decía que solo con diálogo y colaboración con los colectivos afectados, vecinos y comerciantes principalmente, sería posible la normal ejecución de las obras del bulevar.

Esa misma noche, un grupo de radicales -solo así puede llamarse a quienes escondidos tras el gorro y pasamontañas emplean la violencia para mostrar su rechazo o disconformidad- irrumpía en las movilizaciones vecinales contaminando las protestas ciudadanas contra una actuación urbanística que se empezó a gestar hace ya dos años, pero que no ha sido hasta hace unos meses cuando ha suscitado las mayores críticas. Fue entrar las máquinas y liarse.

Quemar contenedores y casetas de obra, arrancar bancos y elementos del mobiliario urbano, romper marquesinas y cabinas telefónicas, y lanzar piedras contra sucursales de ahorro y vehículos policiales son en democracia y en un Estado de Derecho actuaciones intolerables que han proyectado al mundo una imagen de Burgos que nada tiene que ver con la urbe en que vivimos.

Los altercados e incidentes de violencia callejera ocurridos estos últimos días en Gamonal no obedecen solo al rechazo a la construcción del bulevar. Hay algo más. La crisis nos golpea con fuerza desde hace años y ha provocado un mayor distanciamiento y desconfianza de los ciudadanos respecto de la clase política. Siempre hay una gota que colma el vaso y hace que éste rebose. La paciencia de los ciudadanos se agota, pero lejos de actos violentos, hay muchas otras formas de trasladar el mensaje a los gobernantes de turno.

El alcalde, paralizando temporalmente las obras y dando inicio a un periodo de diálogo, tiende la mano a los vecinos y comerciantes de Gamonal y grupos políticos para buscar el mayor consenso respecto a un proyecto que vuelve a los despachos porque, como dijo el regidor, “es mucho más importante la convivencia entre todos los ciudadanos que 50 obras juntas”. Por el bien común, ahora más que nunca es imprescindible dialogar.

Publicado el 17 de enero de 2014 a las 01:00.

               

Hace poco más de un año, desde esta misma tribuna, nos hacíamos eco de la inauguración de la primera fase del Bulevar Ferroviario, entre la calle del Carmen y Las Casillas. Su puesta en servicio  para el tránsito de peatones y vehículos marcó un hito en la historia urbanística de la ciudad, como también lo fue años antes, en diciembre de 2008, la entrada en funcionamiento de la variante ferroviaria y la nueva estación de Renfe y lo ha sido la inauguración, el jueves día 12, del tramo del bulevar comprendido entre la glorieta de Fuente del Prior y Juan Ramón Jiménez, que conecta el centro y la zona oeste de Burgos con los barrios de Gamonal y Capiscol.

El cambio y la transformación que ha supuesto en el trazado urbano de Burgos el Bulevar Ferroviario, dando paso a un nuevo desarrollo urbanístico, lleva pareja una mejora de la calidad de vida de los vecinos y sitúa a Burgos como ejemplo “de un urbanismo de altísima calidad”, según señaló el alcalde de la ciudad, Javier Lacalle, en el acto inaugural.

Este nuevo eje cívico que ocupa los antiguos railes  del ferrocarril constituye una nueva vía de comunicación que facilita los tránsitos al cruzar la ciudad de este a oeste y ‘coser’ los barrios en sentido norte-sur y las diversas zonas de la capital separadas durante más de un siglo por las vías. El Bulevar del Ferrocarril, en su trazado más urbano, es ya una realidad, pero aún quedan retos por delante en relación con la que ya es considerada como una de las obras públicas con mayor capacidad de transformación y de cohesión de la ciudad: el aparcamiento subterráneo en las huertas del Hospital de la Concepción; dar una utilidad al edificio de la antigua estación ferroviaria; y acometer la prolongación del tramo del Bulevar desde Cellophane hasta el Hospital del Rey.

Publicado el 13 de abril de 2012 a las 14:00.

               

El Plan Director de Gamonal-Capiscol, que incluirá, entre otras actuaciones, la transformación de la calle Vitoria -en el tramo comprendido entre la Avda. de la Constitución y la calle Esteban Sáez Alvarado- y la construcción de al menos un aparcamiento, está llamado a ser uno de los proyectos ‘estrella’ de la actual legislatura municipal. El otro, ya sabemos que es el nuevo pabellón de usos múltiples ‘Burgos Arena’.

Cierto es que Gamonal necesita con urgencia una intervención urbanística que contribuya a mejorar la calidad de vida de sus vecinos, pero no es menos cierto que cualquier actuación que se pretenda acometer deberá contar con el mayor consenso vecinal posible para evitar que se vuelvan a producir incidentes como los de hace varios años en la Avda. Eladio Perlado. Por eso, de entrada, parece acertada la decisión del Gobierno municipal de contar con un jurado que aporte sus opiniones y sus criterios a la hora de elegir el proyecto que finalmente se vaya a acometer. Esperemos, no obstante, que sus aportaciones sean realmente tenidas en cuenta y la formación de este jurado no sea un mero gesto de cara a la galería.

Si la información entre los vecinos y comerciantes de la zona fluye desde el principio con absoluta transparencia será más fácil consensuar una solución que sea del agrado de todos.
A Gamonal le ha llegado su hora. Aunque todavía no hay plazos definitivos ni presupuesto, es intención del Ayuntamiento que las obras se puedan adjudicar a finales de 2012 para proceder a su ejecución en 2013 y 2014. En cuanto a la financiación de las mismas, el equipo de Gobierno municipal afirma estar “en condiciones financieras adecuadas para acometer este proyecto”.

Publicado el 9 de septiembre de 2011 a las 00:15.

               

Tras recibir el manifiesto que me envían los equipos de Pastoral Obrera de las parroquias de Gamonal al hilo de la crisis que estamos viviendo, me detengo unos minutos en su lectura y me surgen varias reflexiones.

La primera, que es cierto que la crisis tiene rostros, nombres y apellidos.

La segunda, que mucha gente habla de la crisis en abstracto, sin detenerse en cómo afecta a las personas en su día a día.

La tercera, que en estos tiempos de bonanza se ha vivido por encima de las posibilidades y se ha actuado sin previsión para cuando viniera la época de vacas flacas.

La cuarta, que se hace necesario un cambio de actitud apostando por una sociedad más solidaria y un consumo más responsable. No podemos mirar hacia otro lado.

Y la quinta, que el ser humano tiene que recuperar la confianza en sí mismo y en sus posibilidades.

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“La caridad no es cosa que esté disponible en todo momento para cualquiera. Existir entre los demás es una situación bastante sorprendente”.
La propia muerte. Péter Nádas

Publicado el 30 de marzo de 2009 a las 21:15.