Cuando observas la Gran Vía madrileña desde Cibeles, al final de Montera, en Callao o subiendo por Plaza España, comprendes el poderío cinematográfico de esta calle, que cumple 100 años de vida. ¿Qué filmes recuerdan sobre este escenario? Si no tienen demasiada memoria histórica, habrá dos que aparecen en letras mayúsculas durante los últimos quince años. Aquí va la primera.
Santiago Segura y compañía no se subieron al letrero de la conocida marca en Gran Vía, pero así lo parece. Como bien sabrán, la escena pertenece a 'El día de la bestia', película dirigida por Álex de la Iglesia en 1995 y que supuso un gran 'taquillazo' por aquel entonces. Poco después, Alejandro Amenábar, que había triunfado con su ópera prima 'Tesis', emocionó al respetable con aquella secuencia en la que veíamos una Gran Vía completamente vacía. ¿Se lo imaginan? Eso es lo que pensaba el personal principal del filme, protagonizado por Eduardo Noriega. A falta del vídeo que ilustre el citado momento cinematográfico, compartamos otro inquietante momento de 'Abre los ojos' (1997).
Cuando hablamos de Sara Baras (San Fernando, 1972), lo hacemos de una de las bailaoras españolas más importantes del mundo pero, sobre todo, nos referimos a un ciclón, una mujer que transmite decenas de sentimientos instantáneos con su baile. El lenguaje corporal de Baras está al alcance de todos los mortales y la asistencia al espectáculo 'Sabores' en el Teatro Nuevo Apolo (Madrid) hace cuatro años fue un argumento suficiente para comprender la grandeza que emana esta artista gaditana.
Sara Baras ha decidido poner el punto y aparte a su carrera profesional el próximo 25 de abril en Cádiz, pero antes actuará en Mallorca y en Madrid. La capital acoge a Baras del 23 de marzo al 11 de abril en el teatro Häagen-Dazs (antiguo Teatro Calderón). La bailora presenta 'Escena' en todos estos lugares. Se trata de un recorrido, algo así como un tributo, por una selección de números que han formado parte de sus nueve espectáculos durante doce años de trabajo. Saras, que estará acompañada sobre las tablas por José Serrano, define 'Esencia' como una obra que muestra la evolución de la compañía y de ella misma durante todo este tiempo. Nuevas coreografías sobre lo coreografiado, una escenografía diferente, un llamativo vestuario y el sobresaliente diseño de luces dotarán a 'Esencia' "del punto de vista de hoy con la esencia que tuvo".
Sara Baras tiene un motivo importante para abandonar, de forma temporal, el baile. Quiere ser madre y los médicos le han dicho que sería imposible compaginar ambos propósitos. La artista graditana lleva más de 30 años bailando y por eso le da pena que llegue este momento, aunque también comprende que así podrá hacer un montón de cosas que no ha podido hacer durante todo este tiempo. Le echaremos de menos, pero estamos seguros de que volverá por sus fueros.
A Miguel Ángel Lamata (Zaragoza, 1967) le cambió la vida, cuando era muy pequeño todavía, una proyección de 'Tiburón', la mítica película de Spielberg en el cine Fleta, y aquella experiencia supuso una premonición en su carrera cinematográfica. Ahora, presenta 'Tensión sexual no resuelta', un título fílmico muy simpático si uno tiene en cuenta la cantidades de situaciones vitales en las que esa atración sexual incontrolable se cruza en el camino de un hombre y una mujer, un hombre y otro hombre, una mujer y otra mujer. Vamos, entre dos seres humanos. O tres. Los que sean.
La película, que se ha estrenado el jueves 18 de marzo, podría definirse como una comedia de enredo provocadora. Así consta en la sinopsis oficial, la misma que uno corrobora. De hecho, la primera escena se enciende con un beso entre féminas que acaba en cama con dos cuerpos dándolo todo. Asegura Lamata que TSNR es un filme inspirado en algunas de las experiencias que vivió cuando trabajaba de profesor en Zaragoza. Se ahorra los detalles. ¿Cuántas similitudes habrá entre Juanjo (Fele Martínez) y el susodicho director? Secreto de estado. 'Tensión sexual no resuelta' desplega un arsenal cómico románticamente incorrecto partiendo de un reparto muy televisivo y con la única misión de entretener al personal. No busquen ningún significado filosófico en la trama, moralejas profundas ni un sentido común inherente a la historia. Son cosas que pasan, aunque magnificadas y embrutecidas hasta que el asunto se escapa de las manos.
Veamos. Celeste (Salomé Jiménez) conoce a Jazz Romero (Norma Ruiz), una escritora famosa cuyo libro, del mismo título que la película, se ha convertido en un 'best-seller'. Ambas se lían, en todos los sentidos de la palabra, y la segunda le come el coco a la primera, que deja a su novio, Juanjo, y emprende la búsqueda del orgasmo hasta que se encuentra a Nardo (Miguel Ángel Muñoz). Juanjo, hundido, contrata los servicios de un alumno suyo, Fede (Samuel Miró), para espiar a su ex y conocer los motivos de esta separación sentimental, mientras otra alumna, Rebeca (Amaia Salamanca), le tira los trastos sin cesar. La ansiada investigación provocará un lío muy divertido, con situaciones esperpénticas donde también aparecen Joaquín Reyes, Santiago Segura, Adam Jezierski y una Pilar Rubio que ejerce de 'pseudonarradora'. Como ven, numerosos rostros televisivos componen 'TSNR', pero la mayoría se salen de los papeles que les han hecho populares y aportan su granito de arena a esta comedia coral que, según Lamata, ha sido un Máster en Administración de Escenas Eróticas.
Dicen que el amor saca lo peor de nosotros mismos y que quizá en ese justo momento es cuando la verdad del citado sentimiento salga a luz. Más allá de esta conclusión al guión fílmico, hacía falta una 'Tensión sexual no resuelta' dentro del cine español. Abundan las risas y a uno se le pone el cuerpo tonto cuando abandona la sala después de ver este filme no recomendable para mentes conservadoras.
En lo que respecta a Michael Jackson, siempre existe la desconfianza provocada por la gallina de los huevos de oro. La creación de un espectáculo musical dedicado al denominado 'Rey del Pop', con el sambenito de que sea un proyecto español, cuando han pasado solamente nueve meses después de su muerte puede provocar una rara incertidumbre, que los fans de MJ observan desde la distancia por la admiración profesada. Si el principal propósito de 'Forever King of Pop' consiste en hacer caja con lo justo, no se nota. Se ha hecho con el corazón y con bastante materia gris.
Esta creación de Summum Music, con Carlos Javier López y Jesús Sánchez como cerebros principales de la operación, está empezando a rodar (su estreno tuvo lugar el pasado sábado 13 de marzo) y eso se advierte en la puesta en escena, marcada por constantes problemas técnicos. Pese a determinados errores, las voces que recuerdan a Michael Jackson, los bailes de sus dobles y el numeroso grupo de baile que realiza las coreografías dan la talla artística, creando momentos mágicos como la recreación de 'Thriller', el espíritu escénico transmitido en 'Man in the mirror' o un potente 'Heal the world'. Evidentemente, con la inestimable colaboración de una banda fabulosa.
La sensación inicial al observar una serie de plataformas de metal sobre el escenario y esa pantalla de vídeo en el centro cuando uno entra en el teatro, sin un telón que esconda todo esto, chirría ante dos ojos habituados al mundo del espectáculo. La pobre escenografía de 'Forever King of Pop' produce un desencanto inicial, así como el 'sello Disney' exhibido por los narradores, cuya propuesta carece de un hilo argumental definido, a excepción de las loas constantes a MJ en recuerdo de su figura. Samuel Gómez, magnífico, y Carolina Serrato, también cantan y arrancan la sesión musical con aquellas primeras joyas entonadas por Michael en la época de 'The Jackson Five'.
El primer número de Fran Jackson como imitador corporal de Michael (varios cantantes leen sus labios desde una de las plataformas) calienta el ambiente y supone el punto de partida hacia un recopilatorio soberbio, que incluye todos los grandes éxitos de Michael Jackson. Mampuele, otro de los dobles de 'Jako', también luce un parecido físico fascinante al del artista homenajeado y no despunta tanto como Fran, pero su timbre vocal evoca a MJ. En el tramo final de 'Forever King of Pop', un coro gospel le otorga un punto de calidad extraordinaria a diversos temas populares.
A la salida del teatro Lope de Vega (Madrid) la noche del miércoles 17, donde el espectáculo estará hasta el 25 de abril, había una satisfacción generalizada entre los espectadores por lo que habían visto y sentido durante los 150 minutos que dura la función. Una señora mayor manifestaba su emoción sin reparos. La música de Jackson le transmite alegría, por lo que bailó y cantó sin parar en su butaca. Un matrimonio, que acudió al teatro con sus hijos, recordaba el memorable concierto de Michael Jackson en Nueva York durante 2001. Estuvieron allí y, aunque las comparaciones son odiosas, aseguran que 'Forever King of Pop' les recordó a aquella noche memorable. El trabajo de Yolanda Torosio en las coreografías tiene mucho que ver en este aspecto.
La calidad artística de quienes se suben al escenario compensa con creces el decepcionante envoltorio escénico y audiovisual de este singular concierto dedicado a Michael Jackson. Dependiendo del día, la función les costará en 17 y 45 euros, unos precios habituales para un evento de estas características. Mediten, pero si son fans de 'Jako', les recomiendo una visita al Lope de Vega. Aunque ya no se encuentre entre nosotros, su espíritu sigue muy, muy vivo.
Cuando aterriza el avión, encendemos el móvil. Veo varios llamadas perdidas, una de un teléfono fijo que desconozco. Realizo la pertinente comprobación y escucho una voz que me resulta muy familiar, la de Yolanda Íscar. Tiene novedades. ¡Su segunda novela está a puntito de salir! La presentación oficial tendrá lugar el próximo jueves 25 de marzo en la bilblioteca Ana María Matute de Valdemoro (Madrid), donde reside actualmente pese a su origen madrileño.
Con anterioridad, Yolanda había publicado 'Única verdad', una obra literaria de agradable lectura, repleta de sensibilidad y cuya prosa demuestra la capacidad narrativa de Íscar. Este primer libro ha tenido una difusión escasa en cuanto a número de lectores, pero quienes han tenido la oportunidad de leer las más de 500 páginas que incluye la novela le han otorgado una valoración muy positiva.
Yolanda ha conocido en primera persona las dificultades que posee un autor novel para llamar la atención de las grandes editoriales y ahora vuelve a la carga con 'El enigma de las palabras', bajo el sello de Ediciones Atlantis. Seguiremos muy cerca la salida a la luz de esta novela, hemos concertado con ella una entrevista y en las próximas semanas la publicaremos en nuestra butaca numerada. Desde aquí, toda la suerte del mundo. ¡Estamos deseando leer 'El enigma de las palabras'!
Con la muerte nace el mito, se multiplican por mil los reconocimientos, los loas. Eso sí, cuando alguien ha estado seis décadas labrándose una carrera literaria descomunal, como uno de los nombres mayúsculos de las letras españoles durante el siglo XX, sucede que el mito crece en vida y simplemente se convierte en recuerdo, no en realidad, cuando el corazón deja de latir.
Aunque falleció hace pocas horas, a Miguel Delibes (Valladolid, 1920) se le ha parado el corazón varias veces. De hecho, el ritmo cardíaco del vallisoletano perdió fuerza cuando falleció Ángeles de Castro, su equilibrio, la mejor mitad de sí mismo, como ha reconocido el autor. Ángeles se despidió de Delibes en 1974. Ella fue su gran inspiración y ayuda cuando, de forma azarosa, Miguel descubrió la escritura. El lenguaje, las metáforas y los adjetivos le cautivaron durante unas lecturas del Manuel de Derecho Mercantil, obra de Joaquín Garrigues. De caricaturista a redactor de 'El Norte de Castilla' a principios de los 40, una formación autodidacta le llevó a crear una primera maravilla: 'La sombra del ciprés es alargada' (1947). Un relato sobre la pérdida y la posibilidad de la felicidad. Así, ganó el Premio Nadal.
Aquella obra fue el punto de partida a una biblioteca propia y extensa, que cerró con la publicación de 'El Hereje' (1998), un alegato a la libertad de conciencia. Ética y estética se han dado la mano en todos los aspectos de la vida de Delibes, como ha confesado Miguel muchas veces. "Mi vida de escritorno sería como es si no se apoyase en un fondo moral inalterable", ha mencionado constantemente. Por ello,la profundidad y el puntullismo en su tratamiento lingüístico han convivido con el ideario independiente del vallisoletano, quien tenía un referente claro e inevitable en sus textos.
"El artista no sabe quién le empuja, cuál es su referencia, por qué escribe o por qué pinta, por qué razón dejaría de hacerlo. En mi caso estaba bastante claro. Yo escribía para ella (Ángeles). Y cuando faltó su juicio, me faltó la referencia. Dejé de hacerlo, dejé de escribir, y esta situación duró años. En ese tiempo pensé a veces que todo se había terminado", le decía Delibes a Juan Cruz en septiembre de 2007. Así se ha sentido también el novelista y periodista desde que fue operado tras el diagnóstico de un cáncer de colon. Desde el 21 de mayo del 98, Delibes nunca ha sido el mismo.
No cesan las condolencias en la Red al conocerse su muerte. Le faltó un Nobel, pero ahora prepara las maletas para encontrase con Ángeles con un equipaje fabuloso: la gratitud de sus lectores y de quienes han encontrado en la obra de Delibes un sentido existencial o un argumento para acercarse a la felicidad. Uno de ellos ha sido Nacho Gato, quien le recuerda así en Facebook. "Recuerdo 'Cinco horas con mario' como uno de esos libros que me hizo pasar, con gran fascino, de la novela juvenil a la adulta. Lo eí con 15 o 16 años, creo que no entendí todo pero intuía que había algo increíblemente oculto y peligroso en esa obra, de prosa tan sencilla. Luego, ha sido la vida la que ha ido llenando ...de significados aquellas formas huecas que intuí entre sus páginas. Más tarde, me enteré de que mi abuelo materno tuvo una efímera correspondencia, como escritor amateur, con Delibes. Para terminar, soriano de adopción desde los 5 años, aprendí a amar y odiar de algún modo el carácter castellano que tan bien describe y representa Delibes. Por todo eso, de algún modo siento que se me va un ser querido y lejano. Adiós, Delibes". Adiós, Don Miguel.
'Garbo: El Espía' se llevó el Goya al mejor documental durante la pasada gala de estos premios. Una de las personas que ha provocado el nacimiento del filme, basado en una figura tan interesante como la de Juan Puyol, se llama Sandra Hermida. Allí estaba. Se acercó al micrófono y realizó su dedicatoria con la profesionalidad que le distingue.
El gran público conoce y reconoce a actores o directores, pero existen numerosas especialidades laborales en el sector fílmico cuyos rostros no adquieren una mínima popularidad, pero sin su trabajo las películas o los proyectos cinematográficos jamás se llevarían a cabo. Simplemente, piensen en la cantidad de nombres que aparecen durante los créditos de un filme. Sandra Hermida pertenece al citado gremio dentro del propio gremio audiovisual español.
A sus 37 años, esta madrileña ha conseguido su segundo Goya. El primero lo logró como directora de producción de 'El Orfanato', la película de José Antonio Bayona. El segundo lo ha obtenido por su implicación en el filme dirigido por Edmund Roch. Desde hace seis años lleva las riendas de Colosé Producciones junto a Javier Soto y su filmografía como directora de producción incluye títulos como 'El alquimista impaciente', 'La noche de los girasoles', 'Retorno a Hansala' o 'Spanish Movie'. Asimismo, entre sus próximos estrenos se encuentra 'Biutiful', el filme de Iñárritu con Javier Bardem.
¿Y qué hace una directora de producción? En primer lugar, señalemos que el productor se encarga de buscar el presupuesto monetario para realizar el proyecto. Entonces, Sandra Hermida entra en acción. "El director de producción se ocupa de coordinar la manera de llevar a imágenes el guión. Es el que sugiere el equipo técnico, negocia las condiciones, hace el trabajo logístico, de localización, etcétera. Pero la motivación del equipo es lo que más influye en que luego funcione", explica Sandra en una entrevista publicada por el País. Aquí, Susana Pérez de Pablos narra un almuerzo con Hermida.
El teléfono y el ordenador son dos prolongaciones corporales, dos órganos externos pero adaptados al funcionamiento vital de Sandra Hermida, una mujer eléctrica, viva en el sentido más expresivo de la palabra. Cuando era una adolescente tuvo muy claro a qué deseaba dedicarse y ha trabajado duro para ello. "Quería hacer las películas que a mí me gustaría ver". Y nosotros verlas.
Eduard Punset (Barcelona, 1946) está considerado como uno de los divulgadores científicos más reconocidos por la comunidad nacional e internacional. Su trabajo informativo a través del programa 'Redes' (ahora se emite los miércoles a las 7 de la tarde en La 2 con repetición cada domingo a las 9 de la noche) y las diferentes publicaciones literarias que ha publicado en los últimos años han creado una amplia comunidad de fieles a sus explicaciones, reflexiones y opiniones sobre el comportamiento de los humanos, así como a su relación con el entorno.
Por ello, miles de personas aguardan con interés la salida al mercado de 'El viaje al poder de la mente' (Ediciones Destino), que estará a la venta en las librerias desde el 16 de marzo. Después de sus viajes al amor y a la felicidad, ahora Punset asegura que "el de la mente es el único poder que existe". Así se lo comentaba a la periodista Ana Tagarro durante una extensa entrevista concedida a la revista XL Semanal sobre su novedoso libro.
A lo largo de 'El viaje al poder de la mente' nos revela conclusiones llamativas que ha encontrado durante numerosas investigaciones. Por ejemplo, Punset explica que existen más posibilidades de acertar en nuestras intenciones preponderando la intuición por encima del raciocinio, define a la humanidad como portadora de un optimismo atávico o argumenta la concepción sexual del cerebro en aspectos como el entretenimiento y el tiempo. Asimismo, habla de la opinión como el resultado del 'efecto marco', de prejuicios, sin dejar de lado la relación entre la imaginación del futuro y los recuerdos del pasado. Ahora, resulta que ambos procesos activan las mismas zonas cerebrales.
Eduard Punset posee una habilidad mágica para transmitir conocimientos o aspectos científicos con un tono coloquial y fácil de entender para casi todos los públicos. La atención que pone uno a la hora de escucharle o leerle ayuda a eliminar el 'casi'. Nada escapa al interés de Punset. Ni siquiera la 'generación ni-ni'. "Los ni-ni podrían estar olvidando algo que la neurología acaba de comprobar. Cuando un cerebro ni estudia ni trabaja no sólo disminuye el hipocampo, sino que se producen menos neuronas, las conexiones neuronales son más reducidas e inciertas. Cuando no se hace nada, el cuerpo se agarrota. Sin actividad, no hay innovación ni conexiones sociales ni movimiento", comenta en su blog. Tomen nota si se sienten señalados. O lean a Punset.
Pagaría por ver la cara de los lectores del diario 'Los Angeles Times' el pasado viernes 5 de marzo cuando agarraron entre sus manos un ejemplar del rotativo californiano. Se encontraron en la portada con el 'careto' de Johny Deep, ese hombre capaz de convertirse en diablo o ángel dependiendo de la ocasión, en el papel de 'el sombrerero loco', su personaje en la próxima película del director estadounidense Tim Burton.
¿Saben de qué título estamos hablando? Burton ha recreado para su último filme aquel cuento de Lewis Carroll llamado 'Alicia en el País de las Maravillas', una ficción fascinante y surrealista muy adecuada al mundo interior o cinematográfico de Burton. Rodada en 3D, la obra audiovisual se ha estrenado en Estados Unidos y otros 40 países con una recaudación alucinante al término del primer fin de semana: 210 millones de dólares. Más de la mitad se han generado en las salas estadounidenses y el esperado filme, que en España todavía no se ha estrenado, cuenta con la satisfacción de haber superado los 77 logrados por 'Avatar', el título más taquillero de todos los tiempos, en el territorio de las barras y las estrellas.
¿Han visto la película? ¿Qué les ha parecido? ¿Cuáles son sus expectativas? Los cinéfilos que residan en España y sean fervorosos seguidorses de Tim Burton tendrán que esperar hasta el 16 de abril para ver la película. Una espera que se hace más corta leyendo toda la actualidad de 'Alicia en el País de las maravillas' en su página oficial de Facebook o revisando una y otra vez el tráiler del nuevo acierto cometido por Burton.
La solemnidad preside la entrada del Teatro de la Abadía, un centro eclesiástico reconvertido en teatro desde 1995 y que celebra a lo largo de esta temporada 2009-2010 sus quince años de vida. Lo hace con diversos montajes, uno de los cuales se ha programado desde el 1 de febrero hasta el 21 de marzo con un perspicaz texto de Eduardo de Filippo dirigido por Carles Alfaro: 'El arte de la comedia'.
Actores que salieron de aquella primera promoción como Pedro Casablanc y otros que han actuado con anterioridad en este singular espacio como José Luis Alcobendas o Enric Benavent integran el reparto de esta obra, que el mencionado actor, director y dramaturgo napolitano estrenó en 1964. Ha transcurrido casi medio siglo desde aquella creación, pero como sucede con las grandes obras artísticas, su significado continúa vigente a los ojos de quienes ocupan las butacas del teatro. De hecho, una adaptación al siglo XXI simplemente necesaría modificaciones puntuales.
La relación entre realidad y ficción se postula como una de las constantes en el ámbito teatral. Este dilema supone uno de las moralejas incluidas en una función, que también pone sobre la mesa el confuso entendimiento entre el teatro, como poderosa fuente de cultura, y el poder gubernamental. 'El arte de la comedia' comienza con un monólogo de Oreste Campese (Enric Benavent), que baja las escaleras hacia las faldas del escenario con un dibujo interpretativo que rinde tributo al oficio, a la profesión, un rasgo habitual durante la representación e intrínseco a 'El arte de la comedia'. Campese es el director de un modesto teatro y visita al nuevo gobernador de la localidad para pedirle ayuda.
Un incendio ha destruído el local de la compañía que comanda Campese y éste, inmerso en un diálogo sublime con el gobernador (Pedro Casablanc), le solicita su presencia en una de las representaciones como estrategia solidaria. El desencuentro entre ambos supone el punto de partida a una doble vía interpretativa a la hora de valorar los acontecimientos. ¿Acuden el médico, el párroco o la maestra al despacho del personaje interpretado por Casablanc como tales o son los cómicos de un Campese resentido por el rechazo recibido?
Con la inestimable complicidad de José Luis Alcobendas, secretario del gobernador, la obra adquiere velocidad y un grato dramatismo cómico, hasta el punto de infundir en el espectador las mismas dudas que posee el gobernador. La credibilidad de la situación otorga al espectáculo un mérito sobresaliente, a la altura de este texto universal.
Blog sobre cine, teatro, literatura y arte realizado por Jorge Carral. Aquí, publicaremos críticas, noticias y entrevistas relacionadas con estos tres ámbitos artísticos.
