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Blog de José Juan Taboada

De caza

La seguridad en detrimento de la tradición

Archivado en: Monterías, puestos elevados, seguridad, accidentes de caza

El año pasado ha sido especialmente trágico para el ‘gremio’ de cazadores. Quizá haya sido la temporada en la que mayor número de accidentes y muertes se han producido de las que yo recuerdo. No ha habido semana en la que no haya aparecido alguna noticia que relatase algún percance cinegético grave.

¿Quién de nosotros no puede contar alguna experiencia desagradable acaecida en alguna montería? ¿Cuántos no hemos dicho alguna vez “yo no vuelvo con esta organización” o “anda que no he pasado miedo” o “me han silbado las balas”?

Está visto que unas veces por desconocimiento y otras por dejadez muchos de nuestros compañeros de montería incumplen sistemáticamente las normas básica de actuación y comportamiento en este ‘arte tradicional’ de la caza.

Todos estamos hartos de ver cómo se realizan disparos que no se entierran o que rebotan cual bola en una máquina de ‘pinbal’. Hay quien no respeta las líneas de fuego y no le duelen prendas en que su rifle o escopeta nos apunte unos instantes siguiendo la trayectoria de un jabalí o ciervo antes de su disparo. Eso en el mejor de los casos, pues son muchos los monteros que han perdido la vida por un tiro directo sin necesidad de rebote. Esta situación se ve potenciada por incumplir la recomendación de disparar a ‘bicho pasado’, ya que muchos prefieren aprovechar el momento en el que se paran antes de atravesar un cortafuegos.

Otra de las situaciones comunes de riesgo se produce por moverse del puesto. Hay monteros a los que les resulta imposible no salirse del puesto durante toda una batida o montería. Esto tiene dos consecuencias directas: la primera es que puede provocar que le pegues un tiro a alguien que está donde no debería estar; y la segunda es que, como has dejado de ver al ‘compañero’ en su puesto y no lo tienes localizado, dejes de intentar cazar para evitar que una bala se lo encuentre detrás de un matorral.

Con los puestos elevados todas estas situaciones desaparecerían. Los puestos elevados de caza nos ayudan a mejorar la seguridad en monterías y batidas. Al estar entre dos y tres metros por encima se evita disparar a la misma altura que los cazadores de puestos vecinos. El tiro siempre es hacia abajo, enterrándose en la tierra y reduciéndose así el riesgo de rebote.

Al estar sobre una plataforma, el montero no se mueve de su porque tiene mayor dificultad para estar subiendo y bajando constantemente. En el supuesto de que lo hiciera, la visibilidad de los que se encuentran en los puestos adyacentes es mejor, permitiendo conocer en todo momento el lugar en el que se encuentra el sujeto.

Con el abandono del mundo rural y la desaparición de la ganadería extensiva, estamos asistiendo a la colonización de prados y pastizales por la vegetación autóctona de la zona. Carrascos de encina o roble, escobas, aulagas, brezos, jaras y demás arbustos de nuestros montes crecen y se expanden exponencialmente dificultando la visibilidad de las zonas naturales de paso de la caza. Además, debido a la incomodidad añadida de acceder a los puestos, muchos de ellos se dejan de utilizar o se modifican. Con ello lo que se consigue es que las manchas no queden bien cerradas y los animales superen con comodidad la línea de tiro. En ocasiones se reduce la distancia entre puestos debido a lo cerrado del terreno, aumentado el riesgo de accidentes.

Con la instalación de puestos elevados se mejora la visión donde la vegetación es alta. Se puede instalar un puesto en zonas donde el crecimiento de la vegetación no permite disparar desde el suelo, recuperando así antiguos pasos tradicionalmente muy buenos.

Otra ventaja es la facilidad para identificar a los animales ya que se produce antes y las posibilidades de tiro son mayores. Esto nos ayudará a obtener mejores resultados en nuestras monterías, sobre todo en aquellas en las que hay un cupo limitado de animales a abatir. Desde la plataforma podremos ver al animal con tiempo suficiente para poder decidir si el trofeo se ajusta a nuestro gusto o si está dentro de las especificaciones que debe cumplir para ser abatido.

En las ‘cacerías de gestión, más conocidas como ‘descastes’, las plataformas son un excelente aliado para distinguir “sólo hembras”, “machos de menos de x puntas”, “varetos que no sobrepasen las orejas”, etc.

¿Cuántos no hemos tenido la sensación de estar “aireando la mancha” por tener el aire en contra? Desde las plataformas se minimiza o desaparece este contratiempo.

Entiendo que habrá muchos detractores de estos elementos artificiales que nunca han estado presentes en nuestras tradicionales monterías. Comprendo a quienes se oponen a ellos por entender que se desvirtúa la caza al colocar al cazador en una situación ‘privilegiada’ sobre los animales salvajes. También a quien sólo ven en ellas un sobrecoste en la organización y desarrollo de las monterías. A todos les entiendo, sin excepción. Pero… ¿cuántos accidentes se evitarían? ¿Cuántas muertes nos ahorraríamos cada temporada? ¿Cuántos rehaleros dejarían de pasar miedo?

A lo largo de la historia han sido muchas las modificaciones que se han ido introduciendo en las normas de la montería. Algunas de ellas se introdujeron por la evolución de las armas fuego como la aparición de los rifles semiautomáticos. Otras fueron polémicas en su día, como la limitación de balas en los cargadores. Yo no puedo hablar de lo que no he conocido pero los planes cinegéticos obligatorios son ‘relativamente’ recientes, hasta su implantación podía llegar a esquilmarse una zona.

Todo cambio llega aparejada su polémica e incomprensión por parte de algunos sectores, pues no todos priorizamos lo mismo. Para unos es más importante “mantener la tradición” y para otros es más importante “mejorar la seguridad”.

Los puestos elevados son comúnmente utilizados en toda Europa e incluso en determinadas modalidades de caza en África y en Argentina para dominar amplias extensiones de terreno, tanto en zonas de monte como en zonas de pradera. Aquí en España ya se están empezando a utilizar principalmente para esperas y aguardos. Dentro de poco los iremos viendo también en monterías.

Publicado el 20 de julio de 2011 a las 12:00.

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Comentarios - 6

1 | Félix Sánchez (Web) - 20/7/2011 - 20:47

Muy interesante

2 | Mago - 21/7/2011 - 09:41

Yo no puedo estar de acuerdo contigo. Yo creo que el incremento de los accidentes de caza vienen de la formación del cazador. Yo aprendía a cazar corriendo por los campos tras mi padre, con el morral golpeandome los talones. El uso del arma era casi natural, desde pequeñajo y hablo con 4 años oía aquello de que las armas las carga el diablo, que fuera de la mano descargada, etc.. Cuando llegó el momento de empezar a cazar iba con mi padre y doblabamos el puesto, en ese momento llevaba años viendo a mi padre como se comportaba en el puesto, y preguntando porqué esto y porqué aquello. Cuando me tocó a mí disparar la primera vez fue algo natural, lo había visto mil veces, tanto en ojeo como en montería. En la actualidad muchos cazadores o tiradores llegan a ésto porque mola, porque está de moda, por la drenalina y mil motivos más, pasan por el Corte Inglés, se visten de verde, aprueban un examen que nada tiene que ver con la caza y después de pagar 3.000 euros se ponen en un puesto. ¿Crees que van a dejar pasar una pieza sin intentar abatirla? al menos se la foguea.. y claro.. el gatillo suelto es lo que tiene, accidentes. A mí me enseñaron a salir con tres cartuchos y no me daban otros tres si no enseñaba una pieza. Ahora, todo son tiros largos, que dejan los animales heridos para morir en el monte sin aprovechamiento. Apretar el gatillo es gratis, lo caro es salir al campo, y así nos va.
Yo a mis hijos les he dicho que ni sueñen con cazar, que esto ya no es lo que era, porque sin doblar un puesto no me siento capacitado para enseñarles lo que han de hacer en la montería o en el ojeo, como se han de comportar, y no lo han vivido desde pequeños. No lo han vivido porque con 4 años, y tal y como se ha puesto la cosa de matarifes tampoco me he atrevido a llevarlos de caza, la posibilidad de accidente se ha multiplicado, pero no es por los montes cerrados (o eso creo yo).

3 | José Juan - 21/7/2011 - 21:09

Mago, estoy completamente de acuerdo en todo lo que dices, lo comparto al 100%. Si bien es cierto que muchas organizaciones aprovechan los montes cerrados para colocar más puestos y más juntos entre ellos.
En esto de la caza deberían cambiar muchas cosas, no es normal que no haya ningún tipo de control ni de formación obligatoria para practicar un arte en el que se utilizan armas de fuego. Por lo pronto tolerancia cero con el alcohol. Me he ido de monterías porque el del puesto de al lado tenía una castaña de campeonato.

4 | Oscar Hdez. (Web) - 21/7/2011 - 22:58

los accidentes de caza vienen en su mayoría por egoismo del cazador o de la victima, del que dispara por no hacerlo a una pieza perfectametne identificada y el que lo recibe por que ¿que narices hacía allí?, estos casos se dan por egoismo, ayudado también por que un tio que le han cobrado de coj**es , se ha metido 500 kms en el coche, lleva 4 horas si ver nada, ve un bicho a 250 mts y le da igual si va a cumplir en el puesto de al lado, si está tirando hacia lso ojeadores, si vienen perros o le da igual todo, yo después de ver en una montería como a un compañero, un tio a 150 mts, disparó a un jabalí a 30 mts de ami amigo que le entraba a mi colega no a él, y todavía le discutía la pieza cuando mi amigo lo abatió, tengo claro que no vuelvo a cazar en una montería en al que cualqeuira con dinero pueda entrar a cazar, paso de cogorzas que se emten media botella de orujo y se hacen un corro en el bar contando tiros de francotiradores y entradas a cuchillo de las de tarzán, cazo con mis compañeros, si matamso bien y si no también, pero siempre, siempre cazamos seguros
un saludo

5 | José Juan - 25/7/2011 - 20:00

Pues yo como tu Óscar, cada día aguanto menos las monterías abiertar a todo el mundo en las que antes del sorteo de los puestos ya hay quien se ha metido al cuerpo tres o cuatro 'chupitazos' y está más pendiente de comprar pan y vino para almorzar en el puesto que del desarrollo de los preliminares de la montería.
Así es como nos vamos a cargar la caza. En lugar de preocuparnos por 'ecolojetas', 'anticaza' y 'animalistas' deberíamos poner orden en 'nuestra casa'.

6 | mago - 27/7/2011 - 10:36

Lo del alcohol y la caza... merecería todo un capítulo. Por parte de los propios organizadores de la montería se debería controlar. Si no se puede conducir después de tomar dos chupitos, ¿como se puede ir a un puesto con un arma en la mano?
Pues estoy harto de ver como después del desayuno se ofrecen aguardientes, coñac y otros espirituosos a los participantes. Antes del manejo de las armas, ni siquiera vino!!

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José Juan Taboada

José Juan Taboada

Nací en Salamanca en 1970 y me crié en Extremadura en el seno de una familia en la que nadie en absoluto cazaba. Pese a ello, me inculcaron el amor y respeto por la naturaleza y el mundo rural del que procedo. Viví en Villanueva de la Serena (Badajoz) hasta el verano de 1988, momento en el que me trasladaron a Valladolid. En la actualidad soy director de Castilla y León y de Valladolid del Grupo de Comunicación Gente.

Amante de la caza, pero sobre todo del tiro certero en justa lid. Me gusta cazar solamente lo que me voy a comer, en compañía o en soledad. Un día de caza es un día agradable de paseo por el monte, el páramo o la ribera, o bien un día que comienza con unas migas para, tras unas horas de quietud y silencio en el puesto, terminar con una fraternal comida con un buen guiso casero. Magnífico día si hay abate pero, si no ha sido así, la jornada no habrá desmerecido porque eso habrá querido decir que los animales han sido más listos o rápidos que uno mismo.

El blog pretende ser una zona de intercambio de conocimientos cinegéticos, así como de opiniones relacionadas con el mundo de la caza, abarcando todas las modalidades: caza menor, caza mayor, con galgos, cetrería, con arco y caza internacional, sin olvidar todo el mundo que rodea a esta actividad considerada deporte para algunos y entretenimiento para otros. Intentamos crear un espacio para conocer también los últimos avances en productos y materiales relacionados con las artes cinegéticas.

 

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