Otros tiempos para la caza
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Cada día somos más los que opinamos sobre la conveniencia de revisar los periodos hábiles de caza porque vemos cómo está cambiando la biología y la etología de la fauna cinegética. Las causas son muchas. Probablemente, sólo sea consecuencia de la adaptación de las especies al clima y al medio, tal y como han venido haciendo a lo largo de la evolución. Lo que está claro es que el clima se está modificando. Los fríos y las nieves no son tan intensos en el tiempo y provocan que determinadas especies permanezcan más en los altos que en los llanos. El clima se ha suavizado tanto que los ciclos reproductivos han sufrido ‘desajustes’ respecto al calendario cinegético.
Pero sin duda, lo que más ha influido en el cambio del comportamiento animal ha sido el hombre y su relación con el medio ambiente. El paulatino abandono del campo ha traído como consecuencia directa el asilvestramiento de muchas zonas de cultivo. Gracias a ello, el monte ha vuelto a colonizar aquellos espacios que se le arrebataron hace siglos.
Otra consecuencia directa del abandono del campo ha sido su mecanización, o viceversa. Con la aparición de la maquinaria agrícola y las políticas agrarias de concentración parcelaria se extendieron los latifundios en las zonas llanas, motivo por el que se podían labrar cantidades ingentes de hectáreas en muy poco tiempo y con muy poca mano de obra.
Todos los que practicamos la caza en la media veda vemos cómo año tras año el día 15 de agosto no sólo están cosechados nuestros cotos, sino que también está empacada y apilada la paja. Es más, en muchos cotos, en los que aún está permitido, nos encontramos con el rastrojo quemado. Esto es lo que vemos, lo que no vemos son las codornices. A éstas ni las vemos, ni las oímos, ni nuestros perros las huelen, ni rastrean, ni marcan, ni muestran. Cierto es que la culpa no sólo es de la rapidez en la recolección, sino también del empobrecimiento en la variedad de especies cultivadas, que también ha incidido negativamente en este pequeño ave.
La agricultura ha avanzado tanto que ha dejado atrás y ha olvidado el aprovechamiento cinegético de nuestros campos. La consecuencia directa es que la codorniz ha modificado sus hábitos y ya no permanece en la meseta castellana como antaño. ¡A la fuerza ahorcan! En muchos lugares cría antes para poder emprender el cambio de lugar antes de que lleguen las cosechadoras y les dejen sin refugio.
El caso del jabalí es un ejemplo más. En los últimos años vengo observando que durante el último mes de montería muchas de las cochinas que se abanten se encuentran en un periodo avanzado de gestación con los fetos de los jabatos perfectamente definidos. Vamos, que o acortamos el periodo hábil de caza o acabaremos con camadas gestantes de jabalí a diestro y siniestro.
Del corzo también se ha escrito mucho debido a su particular gestación, así que no voy a incidir más sobre el tema.
¡Qué decir del conejo! Tan apreciado en muchos lugares de España como denostado en otros debido a su proliferación y a los daños causados como consecuencia de su superpoblación.
Hace pocos días se publicó en el Boletín Oficial de la Junta de Andalucía la Resolución por la cual se determinan las zonas declaradas ‘en emergencia cinegética’ y se establecen las medidas de control excepcionales a llevar a cabo para controlar el conejo. Los daños agrícolas, aunque se han ‘normalizado‘ en zonas andaluzas, siguen siendo muy graves en lugares concretos, a pesar de la alta presión cinegética a la que se somete el conejo. Las provincias afectadas por la emergencia cinegética consecuencia de los daños de conejos son Cádiz, Córdoba, Jaén, Málaga y Sevilla.
Los cotos ubicados en estos términos municipales que tengan debidamente reconocidos los daños causados por conejos en sus respectivos Planes Técnicos de Caza podrán seguir cazando los conejos una vez finalice el periodo de caza habitual para la especie. En concreto, se podrán emplear armas de fuego desde el 5 de septiembre al 8 de octubre y desde el 28 de noviembre hasta el 29 de abril. Los perros también se podrán emplear en estos periodos de veda, en concreto, desde el 15 de agosto hasta el 12 de febrero.
Habrá límite de cazadores, en concreto, máximo de 15 por cada 250 has. de terreno acotado. También se podrán capturar los conejos en vivo, con hurones y redes, o bien con capturaderos. Como novedad se recoge el uso de aves de cetrería como medio de captura.
Al igual que en Andalucía, en Castilla y León vemos cómo se conceden los conocidos ‘descastes de conejos’ prácticamente durante todo el año. Cuando no es por daños a la agricultura es por daños en jardines y parques. Cuando no es por daños en las líneas del AVE lo es por el exceso de ejemplares en medianas e isletas de autovías y autopistas. Al final resulta que la norma que regula el periodo de caza tiene más excepciones que restricciones. ¿Por qué? Porque no se adapta a los ciclos de la especie.
Si hace unos años la inclusión en la gestión cinegética de los cotos de los ‘Planes de Caza’ supuso un cambio radical, que sirvió para compaginar la conservación y el respeto a la fauna con la caza, ahora debemos dar un paso más allá y realizar estudios serios sobre los hábitos y ciclos reproductivos de las especies para ajustar tanto los periodos hábiles de caza como las labores agrícolas.
Revisión de estilo hecha por VERBA BONA
Publicado el 26 de julio de 2011 a las 09:45.