¡¡Rico,rico!!
Noticia gastronómica: En Malasia, un total de 2.300 lagartos de una especie en peligro de extinción fueron liberados por las autoridades de y salvados de terminar deconstruidos o esferificados en el restaurante de algún Ferran Adriá oriental.
Porque comerse un lagarto es una guarrería, pero comerse un lagarto de una especie en peligro de extinción es un CRIMEN COMO LA COPA DE UN PINO, amiguete.
Y si no, que se lo digan a aquel pastor al que clavaron una multa de 12.000 pavos por zamparse un lagarto a la plancha, por mucho que el repitiese, perplejo y puteado económicamente, que no hacia nada que no hubiesen hecho antes mil veces su padre, su abuelo, y mogollón de pastores desde que el pastor es pastor y el lagarto lagarto.
Por cierto; no sabía que Raymond Burr había hecho de Godzilla.
Un bolo entre "Perry Mason" y "Ironside", imagino...
Publicado el 2 de febrero de 2009 a las 09:45.