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Blog de Javier Memba

El insolidario

La nueva entrega de Blake y Mortimer (y II)

Archivado en: Cuaderno de lecturas, Las aventuras de Blake y Mortimer, sobre "El testamento de William S."

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            (Viene del asiento anterior)

            Así como la textura de los dibujos de Jacobs se perdió inexorablemente en la prolongación de la serie, la densidad de los bocadillos de los discípulos no desmerece, ni en extensión ni en altura intelectual, a los del maestro. En ambos casos son tan enjundiosos y extensos que sólo por ello las aventuras de Blake y Mortimer merecerían ese término de "novela gráfica", que parece referirse a las historietas más elevadas.

 

Tanto es así que el William S. aludido en este nuevo título no es otro que Shakespeare. Sí señor, la eterna especulación sobre la autoría de su obra da pie a Sente a urdir una trama en torno a dos sociedades. Por un lado, están los stratfordianos. Como bien puede deducirse de su nombre, tomado del de Stratford-on-Avon -solar natal de Shakespeare- son los defensores a ultranza de la autoría de todas las obras que se le atribuyen al Bardo. Frente a ellos se yerguen los oxfordianos, quienes lo ponen en duda. A mediados del siglo XIX, la rivalidad entre ambas sociedades llevó a algunos de sus miembros a enfrentarse en duelo. El conflicto tomó tales dimensiones que llevó a un tal Lord Sandfield a donar una cuantiosa cantidad a aquellos que aportasen la prueba definitiva en el plazo de una centuria.

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Publicado el 11 de septiembre de 2017 a las 01:00.

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La nueva entrega de Blake y Mortimer (I)

Archivado en: Cuaderno de lecturas, Las aventuras de Blake y Mortimer, sobre "El testamento de William S."

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            Después de varios meses entregado a los álbumes de los Humanoides Asociados -El Incal de Alejandro Jodorowsky y Moebius, Antes del Incal, también de Jodorowsky como guionista y con Zoran Janjetoc como dibujante-, lecturas a las que también cabría añadir Los tecnopadres, igualmente de Jodorowsky y Janjetoc, mi regreso a la Línea Clara con la última entrega de las aventuras de Blake y Mortimer se me ha hecho tan grata como debió de serlo el regreso a casa del hijo pródigo. Y ha sido tan placentera la vuelta a los dibujos joviales y apacibles de la escuela belga, tras la deriva por el cómic alucinado de la francesa, que me lleva a concluir que mi baremo para medir el cómic es diferente al del resto de las manifestaciones artísticas y culturales, que prefiero malditas, heterodoxas y alucinadas.

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Publicado el 7 de septiembre de 2017 a las 15:15.

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La calle de King Crimson

Archivado en: Miscelánea, Rock, King Crimson

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Esta vez sí. Al cabo, hace un par de semanas, en mi última visita a Formentera, di con la calle que Els Pujols dedica a King Crimson, la banda del gran Robert Fripp. No es otra que el pasaje de la farmacia que va desde el restaurante S' avadarero, en la avenida Miramar, hasta la cafetería Espardell. Una pequeña vía que me era conocida desde mis primeras vacaciones en la isla. Pero que ahora, con el nuevo nombre -en realidad data de 2009- ha cobrado una nueva dimensión.

 

Como vengo a dejar constancia en la imagen que ilustra estas líneas, apenas volví a ella, me faltó tiempo para rendir el tributo correspondiente a la formación que elevó la isla a los altares de mi mitología personal. Supe por primera vez de Formentera en aquellos recitados de las regiones españolas en el colegio, cuando las Islas Baleares eran Mallorca, Menorca, Ibiza, Formentera y Cabrera. Mas la pitiusa menor empezó a contar para mí en el primer corte del Islands (1971), cuarto álbum del Rey Carmesí, vieja denominación de Belcebú con la que fue a llamar a su banda el infatigable Fripp. Formentera Lady, era el inequívoco título de aquella canción. Su letra hablaba de extrañas hierbas, acantilados, atardeceres y una payesa que bailaba para el intérprete del tema.

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Publicado el 22 de agosto de 2017 a las 21:30.

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El mar de Aral

Archivado en: Ficciones

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            "Nunca cometían errores", rezaba el mensaje, sin nombre, pero con fecha (11 de agosto de 1964), que encontraste en una botella. Extraño recipiente para asomar entre la arena del desierto cuando se levantó el camello. Insólito: tenía trazas de ser la llamada de socorro de un náufrago. Por un momento te hizo pensar en cierta teoría, según la cual los desiertos serían mares desecados. Y de ella fuiste a rememorar el título de aquella novela del 63 de Aleksandr Solzhenitsyn: Nunca cometemos errores.

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Publicado el 6 de agosto de 2017 a las 07:30.

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Más cuentos de Horacio Quiroga (y II)

Archivado en: Cuaderno de lecturas, Más cuentos de Horacio Quiroga

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(viene del asiento anterior)

Si a El síncope blanco le sumamos El llamado, puede hablarse de la hospitalaria como otra constante en la narrativa de Quiroga, quien precisamente puso fin a sus días en la cama del hospital donde se le había diagnosticado un cáncer. De momento, este segundo cuento clínico nos es contado por un tipo que acude a uno de estos establecimientos a visitar a un médico. El facultativo le invita a escuchar el relato de una mujer en compañía de unos "espiritistas" que se disponen a hacerlo.

Internada desde cuatro días antes, está aquejada de una obsesión que le hace perder el juicio. Se trata al cabo de una viuda que prometió en su lecho de muerte a su marido no escatimar esfuerzos para el porvenir de su hija. Su entrega a la pequeña era total, hasta que ésta quedó sumida en una extraña enfermedad. Entonces una voz -esa clásica voz que en una primera lectura se cree una de esas que dicen escuchar los dementes- le advierte de que la niña morirá en un accidente doméstico.

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Publicado el 28 de julio de 2017 a las 09:15.

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Más cuentos de Horacio Quiroga (I)

Archivado en: Cuaderno de lecturas, Más cuentos de Horacio Quiroga

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Pocas cosas me seducen tanto como un buen cuento de miedo. Entre los más preciados tengo los de Horacio Quiroga. Ocupan un lugar tan elevado en mi mitología personal que este autor uruguayo, que quiso ser un poeta decadente y acabo siendo uno de los mayores fatalistas que yo he tenido oportunidad de leer, es mi favorito de toda la historia de la literatura latinoamericana en su conjunto. Más aún, le tengo en tanta estima como a dos de sus maestros: Maupassant y Poe, en quienes -según asegura el propio Quiroga en el Decálogo del perfecto cuentista que abre esta selección de sus narraciones- hay que creer como "en Dios mismo".

Ahora bien, las mejores piezas de esta propuesta de Valdemar, reunida en 1999 bajo el título de El síncope blanco y otros cuentos de locura y terror, ya me eran conocidas. De hecho, fue tras su primera lectura cuando elevé a Quiroga a mis altares. La gallina degollada, donde se nos cuenta la desgracia de los Manzini, un matrimonio que engendra una prole de disminuidos psíquicos, es toda una obra maestra del espanto verosímil. Los descendientes de la desdichada pareja ni siquiera son capaces de evitar los obstáculos cuando se les pone a caminar. Sin embargo, sí imitan aquello que ven. Así, cuando una de las criadas de la casa corta el cuello a una gallina para la comida, los infelices se quedan con la copla. Horas después degüellan a su hermana, la única hija en la plenitud de sus facultades que han sido capaces de alumbrar sus padres.

***

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Publicado el 24 de julio de 2017 a las 17:15.

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Un clásico de la distopía contemporárena

Archivado en: Cuaderno de lecturas, El cuento de la criada, de Margaret Atwood

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(publicado originalmente en Zenda)

La reciente concesión a Margaret Atwood del Premio Frank Kafka, uno de los más prestigiosos del panorama internacional, que con anterioridad había distinguido a Claudio Magris, Harold Pinter o Eduardo Mendoza, entre otros autores sobresalientes, no necesariamente kafkianos, pero sí de reconocido aplauso internacional, sólo es uno más de los muchos reconocimientos a los que asiste en los últimos meses la canadiense. Celebrada en la nueva narrativa televisiva con su adaptación de El cuento de la criada en HBO, en uno de los encuentros de la Feria del Libro de Madrid, la editora española de esta novela de Atwood, Sigrid Kraus, se refirió a cómo la serie que ha inspirado ha disparado las ventas del libro de forma sorprendente.

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Publicado el 3 de julio de 2017 a las 08:30.

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Otra nueva lectura de Balzac

Archivado en: Cuaderno de lecturas, El contrato de matrimonio, de Honoré de Balzac

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            Si no fuera porque la Eugenia Grandet de la novela homónima y las enamoradas de Lucien en las dos obras que el poeta protagoniza -la Coralie de Las ilusiones perdidas (1843) y la Ester de Esplendores y miserias de las cortesanas (1847)- son mujeres tan buenas como suelen serlo las enamoradas con el destinatario de su cariño, tras la lectura de El contrato de matrimonio (1835), habida cuenta de los manejos de la viuda Evangelista y su hija, podría afirmarse que Balzac fue un misógino redomado. Ahora bien, me atreveré a escribir con total seguridad que, entre los personajes femeninos de La comedia humana que aún no he tenido oportunidad de descubrir, no faltarán otras herederas tan buenas como Eugenia o viudas tan admirables como la de Jeanrenaud de La interdicción (1836). Pero por el momento no he tenido oportunidad de leer las obras donde se narran sus peripecias.

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Publicado el 19 de junio de 2017 a las 23:30.

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Nuevas lecturas de Balzac

Archivado en: Cuaderno de lecturas, La misa del ateo, de Honoré de Balzac

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La lectura de La misa del ateo (1836) en una edición en que aparece impresa tras El coronel Chabert (1832), me ha devuelto a mis inicios en La comedia humana. El coronel... precisamente fue la primera novela de Balzac que tuve oportunidad de leer en mayo de 1996. Reencontrarla ahora, veintiún años después, me ha dado que pensar. En realidad, di cuenta de ella en una edición diferente a esta que traigo a colación, de la que me desprendí al hacerme con esta que atesoro actualmente, seguida por La misa..., La interdicción (1836) y El contrato de matrimonio (1835). Me acuerdo naturalmente del pie de imprenta y de la editorial -cuyo nombre omito deliberadamente- de mi primer Coronel, que regalé a una de mis cuñadas al hacerme con este otro.

 

Aunque en esta de ahora no hay noticia del traductor ni por el forro, la versión, sino actual, tampoco se me antoja pretérita. Es decir, no hay pronombres enclíticos ni esas aféresis de antaño. Dado el orden de las distintas obras, prácticamente el correspondiente a la edición original francesa de Charles Furne, la canónica, esta mía se me figura pirateada de alguna edición española buena. Desde luego, la editorial que llevó a la imprenta el texto en 1995, Olympia Ediciones -sello del que no figura ningún dato ni en el libro ni en Internet-, tiene toda la pinta de ser una de esas firmas que se montan -"constituyen" sería mucho decir- para poner a la venta ediciones de saldo en esas librerías dedicadas a los restos de ediciones que, pese al rodillo digital, aún siguen existiendo.

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Publicado el 7 de junio de 2017 a las 18:45.

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Escribir sobre películas

Archivado en: Inéditos cine, escribir sobre películas

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(publicado originalmente en Zenda)

Miente quien diga que es cinéfilo y pretenda no ser un letraherido. Miente porque la cinefilia -que, en líneas generales, son esas mil palabras que explican el valor de la imagen- tiene en la escritura su máxima expresión. Miente porque en el cine, todo lo que no es literatura es fontanería, mera mecánica al servicio de algo tan literario como cualquier otra narración; ensayo o periodismo en el caso del cine documental. Dicha narración es la que entretiene o divierte a los simples espectadores y subyuga al cinéfilo hasta llevarle a esa quimera que es su obsesión. Dicha narración es el cine propiamente dicho, lo demás, hasta el mismo tomavistas que causa tanta fascinación, es un instrumento al servicio de la historia. Sí señor, hasta la cámara, después de todo, también es fontanería.

 

En efecto, la cinefilia es quimera porque consiste en satisfacer un apetito que, de hecho, es insaciable: la necesidad imperante de ver películas con el objeto de descifrar cuanto concierne a su realización. Particularmente, antes de hacer de tan grata tarea mi destino, cuando sólo veía tres o cuatro cintas a la semana y no era más que un espectador aplicado, creo que me hice cinéfilo coleccionando los fascículos de la enciclopedia El cine de Ediciones Buru Lan. Todas las publicaciones de aquella casa donostiarra, especializada en esplendidas traducciones de clásicos del cómic estadounidense, me procuraron dicha en grado sumo. Aquellas entregas semanales me brindaron mucho más.

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Publicado el 19 de mayo de 2017 a las 09:00.

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Javier Memba

Javier Memba

            Periodista con más de cuarenta años de experiencia –su primer texto apareció en la revista Ozono en 1978-, Javier Memba (Madrid, 1959) fue colaborador habitual del diario EL MUNDO entre junio de 1990 y febrero de 2020. Actualmente lo es en Zenda Libros. Estudioso del cine antiguo, en todos los medios donde ha publicado sus cientos de piezas ha demostrado un decidido interés por cuanto concierne a la gran pantalla. Puede y debe decirse que el setenta por ciento de su actividad literaria viene a dar cuenta de su actividad cinéfila. Ha dado a la estampa La nouvelle vague (2003 y 2009), El cine de terror de la Universal (2004 y 2006), La década de oro de la ciencia-ficción (2005) –edición corregida y aumentada tres años después en La edad de oro de la ciencia ficción-, La serie B (2006), La Hammer (2007) e Historia del cine universal (2008).

 

            Asimismo ha sido guionista de cine, radio y televisión. Como novelista se dio a conocer en títulos como Homenaje a Kid Valencia (1989), Disciplina (1991) o Good-bye, señorita Julia (1993) y ha reunido algunos de sus artículos en Mi adorada Nicole y otras perversiones (2007). Vinilos rock español (2009) fue una evocación nostálgica del rock y de quienes le amaron en España mientras éste se grabó en vinilo. Cuanto sabemos de Bosco Rincón (2010) supuso su regreso a la narrativa tras quince años de ausencia. La nueva era del cine de ciencia-ficción (2011), junto a La edad de oro de la ciencia-ficción, constituye una historia completa del género, aunque ambos textos son de lectura independiente. No halagaron opiniones (2014) fue un recorrido por la literatura maldita, heterodoxa y alucinada. Por su parte, David Lynch, el onirismo de la modernidad (2017), fue un estudio de la filmografía de este cineasta. El cine negro español (2020) es su última publicación hasta la fecha.  

 


 

          

 

Miniatura no disponible

 

Javier Memba en 2009

 

Javier Memba en 1988

 

Javier Memba en 1987

 

1996

 

 

Javier Memba en la librería Shakespeare & Co. de París

 

 

 

 

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Enlaces

-La linterna mágica

-Unas palabras sobre Vida en sombras

-Unas palabras sobre La torre de los siete jorobados

-50 años de la Nouvelle Vague en Días de cine

-David Lynch, el onirismo de la modernidad en Radio 3

-Unas palabras sobre Casablanca en Telemadrid

-Unas palabras sobre Tintín en Cuatro TV

 

 

ALGUNOS ARTÍCULOS:

Malditos, heterodoxos y alucinados de la gran pantalla

Nuevos momentos estelares de la humanidad

Chicas yeyés

Chicas de ayer

Prólogo al nº 4 de la revista "Flamme" de la Universidad de Limoges

Destinos literarios

Sobre La naranja mecánica

Mi tributo al gran Chris Marker

El otro Borau

Bohemia del 89

Unos apuntes sobre las distopías

Elogio de Richard Matheson

En memoria de Bernadette Lafont

Homenaje al gran Jean-Pierre Melville

Los amores de Édith

Unos apuntes sobre La reina Margot

Tributo a Yasujiro Ozu con motivo del 50 aniversario de su fallecimiento

Muere Henry Miller

Unos apuntes sobre dos cintas actuales

Las legendarias chicas de los Stones

Unos apuntes sobre el "peplum"

El cine soviético del deshielo

El operador que nos devolvió el blanco y negro

Más real que Homeland

El cine de la Gran Guerra

Del porno a la pantalla comercial

Formentera cinema

Edward Hopper en estado puro

El cine de terror de los años 70

Mi tributo a Lauren Bacall

Mi tributo a Jean Renoir

Una entrevista a Lee Child

Una entrevista a William McLivanney 

Novelistas japonesas

Treinta años de Malevaje

Las grandes rediciones del cómic franco-belga

El estigma de La campana del infierno

Una reedición de Dalton Trumbo

75 años de un canto a la esperanza

Un siglo de El nacimiento de una nación

60 años de Semilla de maldad

Sobre las adaptaciones de Vicente Aranda

Regreso al futuro, treinta años después 

La otra cabeza de Murnau

Un tributo a las actrices de mi adolescencia

Cineastas españoles en Francia

El primer surrealista

La traba como materia literaria

La ilustración infantil de los años 70

Una exposición sobre la UFA

La musa de John Ford

Los icebergs de Jorge Fin

Un recorrido por los cineastas/novelistas -y viceversa-

Ettore Scola

Mi tributo a Jacques Rivette

Una película a la altura de la novela en que se basa

Mi tributo a James Cagney en el trigésimo aniversario de su fallecimiento

Recordando a Audrey Hepburn

El rey de los mamporros

Una guía clásica de la ciencia ficción

Musas de grandes canciones

Memorias de la España del tebeo

70 años de la revista Tintín

Ediciones JC regresa a sus orígenes

Seis claves para entender a Hergé

La chica del "Drácula" español

La primera princesa de la lejana galaxia

El primer Tintín coloreado

Paloma Chamorro: el fin de "La edad de oro"

Una entrevista a la fotógrafa Vanessa Winship

Una recuperación del Instituto Murnau

Heroínas de la revolución sexual

Muere George A. Romero

Un mito del cine francés

Semblanza de Basilio Martín Patino

Malevaje en la Gran Vía

Entrevista a Benjamin Black

Un circunloquio sobre la provocación

Una nueva aventura de Yeruldelgger

Una dama del crimen se despide

Recordando a Peggy Cummins

Un tributo a las yeyés francesas

La última reina del Technicolor

Recordando a John Gavin

Las referencias de La forma del agua

El Madrid de 1988

La nueva ola checa

Un apunte sobre Nelson Pereira dos Santos

Una simbiosis perfecta

Un maestro del neorrealismo tardío

El inovidable Yellowstone Kelly

Que Dios bendiga a John Ford

Muere Darío Villalba

Los recuerdos sentimentales de Enrique Herreros

Mi tributo a Harlan Ellison

La inglesa que presidió el cine español

La última rubia de Hitchcock

Unos apuntes sobre Neil Simon

Recordando Musicolandia

Una novelista italiana

Recordando a Scott Wilson

Cämilla Lackberg inaugura Getafe Negro

Una conversación entre Läckberg y Silva

El guionista de Dos hombres y un destino

Noir español y hermoso

Noir italiano

Mi tributo al gran Nicholas Roeg

De la Escuela de Barcelona al fantaterror patrio

Recordando a Rosenda Monteros

Unas palabras sobre Andrés Sorel

Farewell to Julia Adams

Corto Maltés vuelve a los quioscos

Un editor veterano

Una entrevista a Wendy Guerra

Continúa el misterio de Leonardo

Los cantos de Maldoror

Un encuentro con Clara Sánchez

Recuerdos de la Feria del Libro

Viajes a la Luna en la ficción

Los pecados de Los cinco

La última copa de Jack Kerouac

Astérix cumple 60 años

Getafe Negro 2019

Un actriz entrañable

Ochenta años de "El sueño eterno"

Sam Spade cumple 90 años

Un western en la España vaciada

Romy Schneider: el triste destino de Sissi

La nínfula maldita

Jean Vigo: el Rimbaud del cine francés

El último vuelo de Lois Lane

Claudio Guerin Hill

Dennis Hopper: El alucinado del Hollywood finisecular

Jean Seberg: la difamada por el FBI

Wener Herzog y la cólera de Dios

Gordad, el gran maese de la heterodoxia cinematográfica

Frances Farmer, la esquizofrénica que halló un inquietante sosiego

El hombre al que gustaba odiar

El gran amor de John Wayne

Iván Zulueta, arrebatado por una imagen efímera

Agnès Varda, entre el feminismo y la memoria

La reina olvidada del noir de los 40

Judy Garland al final del camino de adoquines amarillos

Jonas Mekas, el catalizador del cine independiente estadounidense

El gran Edgar G. Ulmer

La última flapper; la primera it girl

El estigmatizado por Stalin

La controvertida Egeria del Führer

El gran Tod Browning

Una chica de ayer

El niño que perdió su tren eléctrico

La primera chica de Éric Rohmer

El último cadáver bonito

La exnovia de James Dean que no quiso cumplir 40 años

Don Luis Buñuel, "ateo gracias a Dios"

La estrella cuyo fulgor se extinguió en sus depresiones

El gran cara de palo

Sylvia Kristel más allá de Emmanuelle

Roscoe Arbuckle, cuando se acabaron las risas

Laura Antonelli, la reina del softcore que perdió la razón

Nicholas Ray, que nunca volvió a casa

El vuelo más bajo de la princesa Leia Organa

Eloy de la Iglesia y el cine quinqui

Entiérralo con sus botas, su cartuchera y su revólver

La chica sin suerte

Bela Lugosi y la sombría majestuosidad de Drácula

La estrella de triste suerte

La desmesura de Jacques Rivette

Françoise Dorléac

Klaus el loco

Una hippie de los 70

Jean Esustache, entre la Nouvelle Vague y el ascetismo

Nadiuska, un juguete roto

Thea von Harbou

Jesús Franco

David Cronenberg

Sharon Tate, como en un cuento de Sheridan Le Fanu

Un guionista sediento

La reina del fantaterror patrio

Dalton Trumbo y los diez de Hollywood

La primera chica que arrojó una tarta 

El desdichado Hércules contemporáneo

En la tradición familiar

El músico del realismo poético

Otro tributo a la gran Patty Shepard

Elmer Modlin y su extraña familia

Las coproducciones internacionales rodadas en España

Marilyn Monrore y su desesperado último gesto

Un amor más poderosos que la vida

El actor atrapado en sus personajes

Entre el fantasma de su madre y el final del musical

Barbet Schroeder

Amparo Muñoz

Samuel Bronston más alla de Las Rozas

Chantal Akerman

Françoise Hardy 

Un antiguo dogmático

Jane Birkin

Anna Karina, su turbulento amor y el Madison

Sandie Shaw, ya con calzado

El gran Serge Gainsbourg

Entre la niña prodigio y la mujer concienciada

La intérprete de Shakespeare que inspiró a The Rolling Stones

La maleta del capitán Wajda

Val Lewton y su dramatización de la psicología del miedo

La alimaña de Whitechapel

Cristina Galbó

La caravana Donner

Eddie Constantine

Un nuevo curso del tiempo

Rosenda Monteros

Una criatura de la noche

Una carta a Nicolás I

Edison y el 35 mm

Barbara Steele

El felón Esquieu de Floyran acaba con los templarios

Entre Lovecraft y Hitchcock

Tchang Tchong Yen recuerda a Hergé

La musa del ciberpunk

Néstor Majnó

Una leyenda del Madrid finisecular

El rey de la serie B

La primera cosmonauta soviética

Cuando la injuria sucede a la fatalidad

Bajo Ulloa y sus cuentos crueles

La cicerone de los Stones en el infierno 

Nace Toulouse-Lautrec

El París del Charlestón se rinde a Josephine Baker

Nastassja Kinski, la dulce hija del ogro

Un tributo a Sam Peckinpah

La leyenda del London Calling

Fiódor Dostoievski frente al pelotón de fusilamiento

Mi alucinada favorita

El hombre de las mil caras

El 7º de Caballería pierde la gloria

Un recuerdo de Silke

El genocidio camboyano

Peter Bogdanovich

Guy Debord y la sociedad del espectáculo

Un héroe de Iwo Jima 

Lupe Vélez tras el último tequila sunrise

El general Lee

Roman Polanski

Un hampón italoamericano

Jane Fonda en su juventud

Kraken en la Cuesta de Moyano

Josef von Sternberg

The Beatles en The Carvern y en el show de Ed Sullivan

Que la tierra le sea leve a Douglas Trumbull

El último superviviente del hampa de Chicago

Inma de Santis

El Álamo

Una musa insumisa

El malvado Zaroff y un elogio a las revistas pulp

Miles Davis

Un polaco y el amour fou

La Legión extranjera como género literario

Conchita Montenegro

Peter Lorre y su cara de villano

El juez de la horca

Syd Barrett

Kathleen Turner

Una caricatura de la hombría

Eric Clapton

Helga Liné

Butch Cassidy

Carlos Arévalo, un cineasta español

Nace el último bohemio

Pascual García Arano

María Perschy

El Combray de Ingmar Bergman

Carlos Castaneda

Una canción de Neil Young

Un suicida dandi

Hedy Lamarr

Philip K. Dick y sus realidades bastardas

La última mujer fatal

Andréi Tarkovski, otro maldito por la censura soviética

Nace la música de la New Age

"Wie einst" Lili Marleen

Una lectura de Byron en Villa Diodati

Un apostol de la sedición juvenil

Ava en mi ciudad

Rider Haggard

Una entrada para la "Historia universal de la infamia"

La Marguerite Duras cineasta

Gallardo y calavera

El hombre que vendió su alma a Elizabeth Taylor

El crímen de Charlotte Corday

Un elogio entusiasta de la urbe

Un ángel caído

Mary Bradbury teme por su vida

Pierre Étaix y su triste gracia

El mejor verano de los Rolling

María Rosa Salgado y su conmovedora discrección

La valentía de Ramón Acín

Sylvie Vartan

La cruz de Malta de Wim Wenders

La epifanía de Louis Daguerre

Carroll Baker

Marie Laforêt y mi amigo Eloy

Eliseo Reclus atisba su quimera

Patty Pravo

Richard Pryor contra sí mismo

Miroslava, una actriz marcada por la fatalidad

France Gall y el doble sentido

Robert Bresson y el cine puro

La gesta de Alekséi Stajánov

Nace el Rimbaud del Rock & Roll seminal

Dominique Dunne, una filmografía que se quedó en el aire

Un actor vampirizado por un personaje

Tolkien publica El Hobbit

La segunda musa de Godard

John Dos Passos entra en la eternidad

Alain Resnais, el cine de la memoria

Una musa del filme noir

El cadáver de Nancy Spungen en el Chelsea Hotel

La historia de Bobby Driscoll

Un icono del feminismo

Recordando a Tina Aumont

Colgaron a Gilles de Rais

Dario Argento

Nico en el cine

Dylan Thomas en su último trance

Brigitte Helm

Un punkie en la Disney 

Nace Billy el Niño

The Wall

Tennessee Williams

Vivien Leigh

Kazuo Sakamaki salva la vida en Pearl Harbor

El proscrito de la Escuela de Barcelona 

47 hombres de honor

Charlotte Rampling

La incomunicabilità del gran MIchelangelo Antonioni

F. Scott Fitzgerald

Un pilar del cómic estadounidense

Juliet Berto

Erik, el fantasma de la Ópera

Una comedia francesa

Un pesimista alegre

Una mirada indolente a la derrota 

Sender en Casas Viejas

Kipling en su último momento

Los hermanos Marx

Puente sobre aguas turbulentas

Anouk Aimée

Mary Shelley

Quentin Tarantino

Neal Cassady 

Natalie Wood

La heterodoxia de Ermanno Olmi

Fu-Manchú

Stefan Zweig pone fin a sus días

 

 

 

 

 

 

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