Incertidumbre política tras las elecciones 20D
Los ciudadanos dictaron su sentencia el 20 de diciembre dejando si cabe un panorama más incierto del que se preveía. Al final, el PP ganó las elecciones, pero sus 123 escaños -aunque tenga la mayoría en el Senado- dejan demasiado margen para llegar -o acercarse- a los 176 diputados que da la mayoría absoluta y la estabilidad a un Gobierno. Y es que ‘falló’ Ciudadanos, ya que se quedó en unos raquíticos 40 diputados, muy lejos tanto de sus previsiones como de ser la llave para un Gobierno ‘renovado’ de centro derecha. El partido de Albert Rivera quedó en cuarto lugar, pero muy lejos del ‘apretado’ resultado que anunciaban las encuestas entre el PSOE, Podemos y Ciudadanos. Al final, PSOE y Podemos lograron un estirón final con 90 y 69, escaños respectivamente, cuya suma también queda lejos de la mayoría absoluta y tendría que ir a ‘pactos múltiples’ para lograr una mayoría que desbanque del poder a Rajoy y al PP.
Lo lógico sería que se reconociera la victoria del Partido Popular y, bien Mariano Rajoy, bien Soraya Sáenz de Santamaría o bien un tercer candidato del PP, formara gobierno y diera cumplida cuenta tanto de la decisión de los españoles en el reparto de escaños como del mandato de cambio y de regeneración democrática. Tiempo habría para formar una alternativa vía moción de censura si el PP no era capaz de articular una nueva mayoría que fuera capaz de llevar a cabo ese mandato de cambio y de diálogo para lograr acuerdos en beneficio de los españoles, cansados ya de tanto paro y tanta corrupción. Esa alternativa de izquierdas tendría más sentido dentro de unos meses cuando las heridas de la agresiva campaña electoral hayan cicatrizado.
Mariano Rajoy ha sido el abanderado de los ajustes y recortes en una economía que dice encontró destrozada y que con su gestión ha logrado unos pilares sólidos que harán que en cuatro años se creen 2 millones de empleos, a la vez que se mejorará la calidad y los sueldos de los ya existente. Aunque fuera verdad, Rajoy ha sufrido tal desgaste que quizá no tenga ya la credibilidad suficiente ni en una parte importante de los suyos. El problema es que Rajoy es un hombre duro y habituado a resistir, ya que no se amilanó ni con las dos derrotas consecutivas ante Zapatero (2004 y 2008).
Se avecina una Navidad movida en lo político. Todo es posible en la legislatura ‘más movida’.
Publicado el 23 de diciembre de 2015 a las 09:30.