la ‘verdad’ del jurado
El juicio del ‘caso Carrasco’ llega a su recta final. Tras varias semanas de de informes, contrainformes, declaraciones, peritajes, verdades, mentiras, medias verdades, engaños y demás... ahora la ‘patata caliente’ ha pasado a los nueve leoneses (5 hombres y 4 mujeres) que forman el jurado seleccionado para emitir el veredicto de culpabilidad o no de las tres acusadas en el asesinato de Isabel Carrasco el 12 de mayo de 2014 cuando era presidenta de la Diputación y del PP de León.
Sólo hay una cosa clara, probada, demostrada y reconocida: Montserrat González se obsesionó con Carrasco por ‘segar’ el futuro profesional y político de su hija Triana e hizo ‘su justicia’ acabando con la vida de la ‘todopoderosa’ presidenta con 3 tiros; primero por la espalda y luego rematada en el suelo de la pasarela. “Era mi hija o ella. No me arrepiento de haberla matado”, dijo en el juicio. Reconocida la autoría, la condena es clara por asesinato, atentado y tenencia ilícita de armas. 22 años pide el fiscal y las acusaciones particulares tras rebajar un año por afrontar la indemnización para reparar el daño. Esta condena sólo puede ser rebajada notablemente si el jurado acepta el informe siquiátrico presentado por su defensa alegando locura y paranoia (sólo 4 años y 4 meses).
Más difícil será discernir la culpabilidad o no de las otras dos acusadas, la hija de la asesina confesa, Triana Martínez; y la amiga de ésta, la policía local Raquel Gago, que encontró el arma del crimen en su coche 30 horas después del crimen. Está claro que Montserrat llamó a su hija -después del crimen según unos; antes, según su defensa-, y que fue a buscar a su madre para deshacerse del revólver, según acusación y fiscal; o para ver qué había hecho y al ver que arrojó un bolso a un garage lo recogió por miedo a que fuese la pistola de su padre, según su defensa-. Luego Triana metió el revólver en el coche de Raquel -dentro de un plan perfectamente organizado, según fiscal y acusación; o de manera casual al encontrarse por sorpresa y escondiendo el arma mientras iba en busca de su madre, según la defensa-. De apreciar un plan preconcebido por las tres tendrían también 22 años cada una, según han pedido el fiscal y las acusaciones. Las defensas de Triana y Raquel piden la absolución. Pero el fiscal no quiere que Triana y Raquel se queden sin ‘pena’ y propone otras opciones como ‘rebajar’ a 15 años la condena para Triana y Raquel por cómplices de asesinato o ‘sólo’ 6 años para Raquel por encubrimiento y tenencia de armas.
El jurado tiene la palabra. Demasiadas dudas. Las acusaciones no han logrado probar la culpabilidad real de Triana y Raquel. En caso de duda no se puede condenar. Habrá vencedores y vencidos con la decisión final y el ‘caso’ podría terminar con un recurso en el Supremo de los ‘perdedores’.
Publicado el 19 de febrero de 2016 a las 09:15.
