Rajoy es el problema...
El 26-J dictó su sentencia esperada en el fondo, pero sorprendente en la forma. Era de esperar el triunfo del PP... y llegó, pero por encima de las expectativas al sumar 137 diputados, 14 más que el 20-D. Se anunciaba una debacle socialista, pero el PSOE aguantó el tipo aunque cosechó un nuevo mínimo histórico con ‘sólo’ 85 diputados. Se daba por sentado que la coalición Unidos Podemos mejoraría notablemente los resultados, ya que así lo hacía presagiar la suma de sufragios del 20-S de IU y Podemos (en torno a los 6 millones); pero sumaron juntos igual que separados (69+2=71) tras dejar en el camino más de 1.200.000 de votos. El anunciado sorpasso al PSOE no sólo no llegó sino que sirve a Pedro Sánchez para reprochar con dureza que Pablo Iglesias y Podemos no permitieran su investidura en marzo, reforzando así a Rajoy.... Y Ciudadanos también cayó de forma estrepitosa al bajar 8 escaños (de 40 a 32).
Triunfo del PP y de Rajoy, pero similares problemas para formar Gobierno. Rajoy tiene ahora más legitimidad, pero el mismo inconveniente de ‘antaño’. Nadie quiere pactar con él. Ni Ciudadanos ni PSOE están por la labor de formar Gobierno con Rajoy, ni siquiera de abstenerse para permitir su investidura. Alguien tendrá que ceder para evitar un nuevo ridículo y que vayamos a unas terceras elecciones en un año. El PP tiene claro que su candidato es Rajoy, y más tras el notable aumento del respaldo en ls urnas, pero PSOE y Ciudadanos ven en Rajoy el problema, ya que, a su juicio, representa como nadie el ‘estado de corrupción’ que vive el país en general y el PP en particular. Quizá Rajoy termine siendo presidente en minoría, pero quizá también se adivina una legislatura corta. La aritmética parlamentaria en el Congreso permitirá a la oposición ‘imponer’ un giro a la política económica y social a un PP que no siempre podrá ‘cortar’ o ralentizar en el Senado. Será tiempo de ‘cargar baterías’ para la próxima batalla electoral, quizá con más de un líder renovado.
A pesar de la marea azul del 26-J, seguir en La Mocloa no va a ser un camino de rosas para Rajoy, acosado por decenas de historias de corrupción y ‘marcado’ por los recortes. El PP tiene pendiente el habitual congreso de después de cada generales, aplazado por tener que ‘repetir’ las elecciones. Rajoy ya tiene que empezar a dar señales de relevo y abrir el partido a la nueva generación popular que pide el cambio generacional. El PP tiene que buscar al sucesor de Rajoy para que desde el partido y el Gobierno se convierta en la imagen de una renovada marca del PP.
Y a ver también cómo salva Sánchez el mínimo histórico del PSOE... También suenan tambores de guerra.
Publicado el 1 de julio de 2016 a las 09:30.