La ‘Súper-Caja’, de susto en susto
La fusión de Caja España y Caja Duero parece que llegará a buen puerto, pero todavía sin un día concreto. Falta el visto bueno definitivo de la Junta para que la nueva Caja pueda inscribirse en el Banco de España. No está claro que esta ‘tregua’ sirva para recuperar el camino del consenso. El primer Consejo de Administración de la nueva Caja, ya con 34 miembros -17, de cada una de las Cajas fusionadas- estaba previsto para el 9 de julio, pero se ha retrasado ‘sine die’ intentando evitar que sea otro campo de batalla político. Tras meses de negociaciones en busca del “músculo financiero” que pedía la Junta y cuatro cajas que se ‘cayeron’ por el camino -Caja de Burgos, Caja Círculo de Burgos, Caja de Ávila y Caja de Segovia- se llegó en Tordesillas a un pacto de fusión. Fueron semanas de duras negociaciones donde varias veces se estuvo al borde de la ruptura, pero al final se llegó al acuerdo y los consejos y las asambleas dieron su visto bueno definitivo.
En el reparto fijado en el ‘Pacto de Tordesillas’ todo parecía estar claro: Caja España proponía al presidente, Caja Duero al director general y se creaban tres direcciones generales adjuntas -dos para Caja España y una para Caja Duero-. La sede institucional estaría en León y la ejecutiva -el director general- en Salamanca. El equipo directivo de 16 personas está pactado y sus nombres y apellidos han salido en todos los medios, pero su nombramiento sólo podrá llegar en el citado primer Consejo de la nueva Caja. Sin embargo, todos han dado por buenas a estas 16 personas -la Junta cambió la Ley de Cajas para que Lucas Hernández pudiera ser director general, ya que con la antigua ley tenía que jubilarse- y todos admitían también que era Caja España la que tenía que proponer el nombre del nuevo presidente. El jueves 1 de julio, Caja España celebró su último Consejo de Admininistración y ya no había más tiempo para poder elegir a su candidato a la presidencia. Sólo se presentó Santos Llamas y salió elegido por 9 votos a favor, 7 en contra y una abstención. Dicen los contrarios que salió por 9-8 y gracias a su voto. Cierto, pero es mitan más uno de los votos y ni se utilizó elvoto de calidad de presidente. Evidentemente, lo ideal hubiera sido que fuera un candidato de consenso y era lo lógico, ya que lo contrario es poner una moción de censura en toda regla a Santos Llamas, un presidente que llegó por consenso, con un mandato de 4 años prácticamente de unanimidad, ha sido el abanderado de la fusión y cuenta con el respaldo de los empresarios de Castilla y León. ¿A qué viene ahora esta oposición tan brutal cuando es un cargo para un máximo de dos años, para el arranque de la nueva Caja, y cuando el nuevo Consejo le puede retirar la confianza si no responde a las expectativas o cuando cambien los consejeros tras las elecciones de mayo de 2011? A ver si esta ‘tregua’ sirve para pacificar los ánimos y los 34 consejeros lleguen vacunados de celos domésticos. De lo contrario sería un mal arranque. No están los tiempos para bromas y caprichos.
Publicado el 9 de julio de 2010 a las 09:15.