Las Cajas, volver a empezar
Juan Vicente Herrera, presidente de la Junta de Castilla y León, sorprendió al comienzo de esta legislatura cuando al mantener tanto a Tomás Villanueva como consejero de Economía y a Pilar del Olmo como consejera de Hacienda pasó de la segunda al primero las competencias en materia financiera. Era un claro presagio de que la Junta iba a ir a por todas en busca de una fusión de las seis Cajas de la Comunidad. Curiosamente, no se hizo nada desde la Junta cuando la Caja Rural del Duero se integró en Cajamar y ahora se buscaba controlar un pastel tan apetecible que podría suponer gestionar un beneficio de 1.000 millones de euros. Pero la Junta no contó lo suficiente ni con el enraizamiento de las Cajas en sus territorios ni tampoco con los dirigentes de las propias entidades financieras. No hay dato alguno que haga pensar que alguna de las seis Cajas esté en una situación difícil. Hace unos díás Ángel Villalba, que fue presidente de Caja España y ahora lo es de Feve, recordaba que cuando se creó Caja España había entidades de las que se fusionaron con una morosidad del 10%. Y se salió adelante dada la fortaleza de Caja León. Ahora se ha duplicado la morosidad, pero apenas se supera el 4%. La destrucción de empleo de una fusión sería inasumible en estos momentos de crisis y parece descartable. Ahora hay poco que gestionar porque los beneficios se esconden en provisiones. Claro, que llegará el momento de la mejoría y las provisiones no consumidas volverán a beneficios y el pastel volverá a ser muy apetecible. Sin embargo, ya nada será igual. Caja Círculo ha dicho con rotundidad que no acepta ni fusionarse con Caja de Burgos y las demás parece que sus miras están en seguir en solitario o en buscar alianzas con Cajas de otras comunidades para sumar mercado. Es decir, estamos en el punto de partida tras meses de estériles debates. Otra vez se ha visto que más que una Comunidad hay nueve provincias con intereses opuestos.
Publicado el 23 de febrero de 2009 a las 12:00.