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Blog de Marcos Blanco

Melómanos

Exitosa despedida de 'PortAmérica' en la reivindicación del exquisito producto nacional

Archivado en: PortAmérica, festival, Porto do Molle, Nigrán, Vetusta Morla, Fuel Fandango, Depedro, Corizonas, Zoé, Esmerarte, Marcos Blanco, Melómanos

Miles de personas cerraron ayer la primera y maravillosa edición de ‘PortAmérica', un festival cuyas sensaciones vividas le auguran un eterno futuro, gratificante para los miles de melómanos que por allí se pasaron durante estos tres días.

Si el jueves hubo una euforia autóctona con dos ídolos locales (Iván Ferreiro, Xoel López) y el viernes la historia tuvo un carácter universal (Kitty, Daisy & Lewis, Julieta Venegas, Love of Lesbian), lo de este sábado fue la representación del ‘tiki taca' español en el ámbito musical. Por mucho ‘indie' extranjero (en otros estilos pasa lo mismo) y grupo sobrevalorado que nos traigan de fuera con elogios gratuitos, la calidad del producto nacional nada tiene que envidiar a las propuestas foráneas. La simple contemplación de los ‘shows' realizados por Vetusta Morla, Corizonas, Depedro o Fuel Fandango sirvieron para reivindicar, sin pretensiones egocéntricas, esta condición a base de talento, infinito, y pasión, natural como la vida misma.

Obviando dos interesantes aperitivos como los coruñeses Combo Dinamo y los argentinos Onda Vaga, Jairo Zabala saludó al respetable, escaso sobre las nueve de la noche, para iniciar una hora de música sin fronteras, tan mediterránea como ‘tex mex' en su concepto, interpretando temas de los dos álbumes de Depedro. Bonito, bien bonito le quedó el concierto a la banda de este gran músico, culminado con un desatado ‘Comanche' en el que destacó la sorpresa del Indio (batería de Vetusta Morla) a la percusión. Tras el ‘show' de Jairo y compañía, esencia sonora de ‘PortAmérica' por este puente artístico entre los dos lados del Atlántico, llegó el turno de los mexicanos Zoé, artífices de un pop-rock espacial de atmósferas adecuadas para irse de viaje a la luna. Sonaron un poco saturados durante varios temas, pero dieron un recital potente, galáctico y directo a la yugular.

Pasadas las once y media de la noche, Porto do Molle era un hervidero de gente que tomaba posiciones para un tramo final vertiginoso. Con Javier Vielba excelso en su papel de ‘frontman' y  un sentido colectivo sensacional, tan aplicable a su comportamiento humano como artístico sobre el escenario de Nigrán, los Corizonas agrandaron esa leyenda que crece a pasos agigantados desde que sacaron  ‘The News Today', el principio de esa unión celebradísima entre Los Coronas y Arizona Baby. Rock, blues, country y folk de otro tiempo para olvidarse de toda las malas noticias que nos rodean. Únicos en su especie.  

Después de estos fenómenos, culpables de uno de los mejores directos del festival, surgió el momento que todos esperaban, la irrupción en Porto do Molle de los tremendos Vetusta Morla. Los acordes de ‘Mapas' anunciaron el arranque de un concierto inolvidable para los primerizos en su materia, aunque falto de esa sensación mágica que suelen transmitir allá arriba de principio a fin. Un sonido deficiente y la falta de chispa, léase en términos de improvisación instrumental y vocal, fueron la tónica dominante hasta el ecuador de la esperada sesión. Luego, todo cambió y ‘El hombre del saco', ‘Sharabbey Road, ‘La cuadratura del círculo' o ‘Los días raros' dejaron un poso sublime, a altura de su poderío y constatado por un público que siempre funciona como perfecto e inconsciente termómetro de lo que sucede.

Aquello no se había acabado. Fuel Fandango, el dúo formado por Nita y Ale Acosta (acompañado en la batería de Carlos Sosa), continúo la fiesta con su personalísima mezcla de funk, soul, electrónica y flamenco. La camaleónica voz de esta bellísima cantante, un ángel vestido de azul, le otorgaba a la intensísima sección rítmica del proyecto una autenticidad ejemplificada con ‘Shiny Soul', el ‘hit' de su primer y único álbum homónimo. Finalizada la orgía sonora de los Fuel Fandango, los DJ's de la Fábrica de Chocolate alargaron hasta la extenuación un placer que ya se echa de menos, como a las cosas que más quieres. Una apuesta valiente. Un éxito rotundo.

 

Publicado el 22 de julio de 2012 a las 17:00.

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Cuando todos fuimos uno en el viernes universal de 'PortAmérica'

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Si la primera jornada de ‘PortAmérica' fue un ejercicio de euforia autóctona con los magníficos conciertos de Xoel López e Iván Ferreiro, el segundo día del festival que concluye hoy en Porto do Molle (Nigrán) supo a gloria con Love of Lesbian, Julieta Venegas y Kitty, Daisy & Lewis como sensacionales agitadores de masas. Un cóctel sonoro riquísimo en buena compañía.

Martynez, Disco Las Palmeras! y el precioso experimento de Eladios y Los Seres Queridos con la Orquesta de Saxos de Redondela (había 39 sobre el escenario) demostraron el talento, así como la variedad estilística, de un territorio gallego muy presente en los primeros integrantes del festival durante su jornada del viernes. En torno a las 10 de la noche, hora prevista para Kitty, Daisy & Lewis, el aparcamiento del recinto ya era un presagio de lo que iba a suceder de seguido en el interior de ‘PortAmérica'. Allí, una muchedumbre excitada por la llegada del fin de semana y tres proyectos tan populares como artesanos en su elaboración se disponía a perder la voz, la cabeza e incluso la noción del tiempo.

La familia Durham fue el caviar internacional de ‘PortAmérica' con una portentosa exhibición instrumental y técnica que incluyó piezas de sus dos álbumes (el homónimo de 2008 y ‘Smoking in heaven' de 2011), confeccionados a base de rockabilly, blues, swing y country. Un set revival, ‘oldie' tanto en su sonido como en las formas, agradecido por la gente con infinitos momentos pélvicos, palmas y miradas de incredulidad. La armonía sonora resultante de este quinteto evidenció que llevan la música en los genes.

La formación londinense dio paso a la mexicana Julieta Venegas, un relevo propio de los sonidos del mundo presentes en ‘PortAmérica'. Hablamos de una de las artistas latinas más conocidas en nuestro país durante la última década, circunstancia proclive al entusiasmo colectivo y a los afinados coros del respetable durante los numerosos ‘hits' de esta dulzura personificada. Seduce por lo que dice y por cómo transmite un pop para todos los públicos, impregnado por un alucinante poderío vocal.

Íntima (protagonizó el momento más romántico del festival con la interpretación de ‘Lento') y festiva (rompió nuestras caderas con el ‘Sin Documentos' de Los Rodríguez) al unísono, combinó temas de ‘Otra cosa', su trabajo más reciente, con una larga lista de clásicos entre los que no faltaron ‘Limón y sal', ‘Me voy' o ‘Andar conmigo'. Un ‘show' memorable.

Pasada la una de la madrugada, el ambiente ya estaba caldeado para recibir a Love of Lesbian, cuyo magnetismo hizo que la masa se ensanchase hasta la parte de la barra más próxima a la mesa de sonido. Al igual que en el caso de Venegas (triunfó aquí con su tercer largo ‘Sí' de 2003), los catalanes encabezados por Santi Balmes acumulan otros quince años dando guerra con un pop-rock muy especial, distinto a lo habitual.

La autenticidad es una forma de ser que siempre compensa a largo plazo y, aupados por esas letras con las que uno siente una adictiva identificación, los LOL se vaciaron con un espectáculo soberbio, potente, divertido, elevándonos a esa dimensión donde fuimos todos uno, rememorando temazos de ‘1999' (‘Allí donde solíamos gritar', ‘El club de fans de John Boy', ‘Algunas plantas') o composiciones más recientes como ‘Si tú me dices Ben, yo digo Affleck' de ‘La noche eterna. Los días no vividos' (2012). Grandes, muy grandes.

El corazón pedía más marcha, pero el cuerpo dijo basta y, tras observar cómo Peter Hook (New Order, Joy Division) inyectaba un ritmo infernal en Porto do Molle con el ‘Hung up' de Madonna sobre la base del ilustre ‘Blue Monday', hubo que retirarse, recordando a cada paso entre el recinto y el coche que todo esto no fue una fantasía.

Publicado el 21 de julio de 2012 a las 15:00.

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Euforia autóctona con los magníficos directos de Iván Ferreiro y Xoel López para estrenar 'PortAmérica'

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‘PortAmérica', probablemente el mejor festival que haya ahora mismo en España si analizamos la relación entre su precio y la calidad artística del multitudinario cartel, arrancó ayer a lo grande con los impactantes directos de Iván Ferreiro y Xoel López, grandes atracciones de una jornada en la que también estuvieron Colectivo Oruga, Eme DJ, Sras Sr Sra y la Orquesta Metamovida.

Bravo por Esmerarte, por ‘Kin' y por todas esas personas que hicieron realidad desde el pasado jueves la posibilidad de tener una cita musical importante en el sur de Galicia, después de que el Vigo Transforma se quedase sin apoyos. El reto era mayúsculo (ni un duro de las instituciones públicas) y, pese a los clásicos problemas en las primeras ediciones de toda congregación humana que se tercie (fallos a la hora de señalizar la ubicación del recinto), el estreno de ‘PortAmérica' en el Porto do Molle (Nigrán) debería provocar una sonrisa de oreja a oreja entre sus creadores y aquellas personas que asumimos semejante fortuna cultural en el corazón de nuestra tierra.

Dos motivos contundentes serían suficientes para argumentar esta felicidad, que crecerá de forma excepcional hasta que ‘PortAmérica' concluya en la vorágine nocturna del próximo sábado. El primero, los estupendos conciertos de Iván Ferreiro y Xoel López en la sesión inaugural. Además, la entrega de cientos de personas entregadas al talento de los últimos referentes musicales en Galicia después de Siniesto Total.

Tras Sra Sr Sra y la Orquesta Metamovida, que entretuvieron a los primeros en llegar, Xoel López  firmó un directo redondo durante poco más de una hora. El coruñés, que dijó adiós a Deluxe con ‘Atlántico' como demostración discográfica, presentó junto a su banda los temas de este último álbum, aunque no rehuyó clásicos de los dos anteriores trabajos previos a la nueva identidad musical (‘Fin de un viaje infinito, Reconstrucción). Incluso, se animó con ‘Parando el tráfico' de Lovely Luna, su dúo con Félix Arias. El pop-rock folclórico actual le sienta divinamente a este músico prodigioso y sorprendente.

Ya pudimos verle cuando salió a cantar ‘Tierra' con Xoel, pero después del señor López (constantemente vitoreado por una audiencia sumamente joven) llegó el momento de Iván Ferreiro, que jugaba en casa al ser natural de Nigrán. El que fuera cantante de Los Piratas, tan terriblemente infravalorados en Vigo como adorados lejos de la ciudad olívica, elevó todavía más el listón con una actuación inolvidable superior a la hora y media. Además, sonó mejor que Xoel, ligeramente saturado.

Arropado por unos músicos bestiales, eligió un menú repleto de ‘hits' que procedían de sus cuatro discos de estudios e hizo guiños a aquella época pirata. En su mayoría, todos fueron cortos e intensos para que la energía, siempre álgida, se correspondiese con la euforia del ambiente. Las apariciones de Santi Balmes (Love of Lesbian) para hacer ‘El equilibrio es imposible)' y de Xoel López en ‘Turnedo' completaron una noche mágica e irrepetible.

 

Publicado el 20 de julio de 2012 a las 12:00.

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Erykah Badu, un encanto fugaz

Archivado en: Erykah Badu, concierto, Teatro Circo Price, Madrid, Veranos de la Villa, Marcos Blanco, Melómanos

Apenas 24 horas después de gozar con el mítico Jimmy Cliff en el Circe de Price de Madrid, el emblemático escenario madrileño acogió otra noche (18 de julio) precedida por grandes expectativas debido a la presencia de Erykah Badu, esa artista estadounidense de 41 años que desde ‘Baduizm' (1997) encabeza las referencias femeninas en la música negra contemporánea.

Había una buena entrada, que distaba mucho del lleno, en el recinto para disfrutar con una mujer tan bella (físicamente) y brillante (desde el punto de vista musical) como impuntual. Badu salió al escenario con más de 20 minutos de retraso sobre el horario previsto. Mientras tanto, sus alucinantes coristas, ángeles caídos del cielo, entonaron ‘Amerykahn Promise' y hubo un grata percusión para calentar el ambiente.

Como si de una diva se tratase, Erykah Badu apareció envuelta en una gabardina, un sombrero y unas alas doradas monísimas. Miro al público, entregado sin que hubiese abierto la boca, con sus ojos color miel y se dispuso a iniciar un ‘show' precioso en intensidad y eclecticismo sonoro (funk, disco, electrónica, hip-hop, soul), que tuvo su momento álgido cuando, en pleno ‘Bad Lady', se lanzó sobre la gente. Desgraciadamente, andaba muy lejos para poder acariciar su cuerpo.

Badu puede presumir de ser una de las artistas más originales e innovadoras por la música que ha hecho en sus quince años de trayectoria, caracterizada por una voz única y un talento inconmensurable sobre las tablas. Sin embargo, los escasos 75 minutos del espectáculo fueron inadmisibles. No puedes marcharte tan pronto, querida. Por muy diva y única que seas.

Publicado el 18 de julio de 2012 a las 12:00.

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El BBK Live 2012, un éxito de público con ciertas sombras organizativas sobre el cartel y los servicios

Archivado en: BBK Live 2012, Kobetamendi, The Cure, Radiohead, Keane, Garbage, cartel, organización, accesos, perspectivas, Marcos Blanco, Melómanos

El BBK Live recibió a 109.178 personas en su séptima edición, todo un récord de asistencia para un festival que tuvo 103.083 espectadores durante el pasado año. Sin lugar a dudas, la presencia de The Cure y Radiohead en el cartel supusieron un atractivo masivo para alcanzar esta cifra. Eso sí, el éxito también se debió a la mayor presencia británica por el giro en la selección musical hacia aquel territorio.

Cartel: Las bandas de Robert Smith y Thom Yorke (sobre todo esta última con casi 40.000 almas) fueron los dos focos de atracción para reventar Kobetamendi. Keane y Garbage estuvieron bien, pero el sábado merecía un nombre mayor. Pese a la importante oferta, la variedad y la calidad no fue tan alta como la del año pasado. El producto británico pesó demasiado. España merece más espacio. Además, la coincidencia de tantos artistas en los diferentes escenarios redujo el disfrute del respetable.

Organización del recinto: Se habla de un posible cambio de ubicación para el festival, aunque todo lo que sea bajar del monte o darle un toque poligonero puede matar su crecimiento. Más que esto, la gente de Last Tour International debería reorganizar los servicios existentes en Kobetamendi para que haya más zonas (y mejor distribuidas) de tickets, sanitarios o recipientes de basura en su interior. Ya sé que el público pierde el civismo con dos copas, pero al menos no podrán alegar escasez. En cuanto a la comida y a la bebida, nada que objetar. Precios razonables y buena calidad.

Accesos: En líneas generales, la subida a Kobetamendi desde San Mamés se realizó con fluidez durante las dos primeras jornadas. Obviamente, si todo el mundo sube en hora punta se tardará más en ascender la montaña. De todos modos, esperar 20 minutos para luego bajarse en 10 y que te dejen a 15 caminando del recinto no tiene mucho sentido. Por cierto, el bus urbano número 58, que se pilla frente a la Ribera, también va para arriba. Otra opción es subir o bajar caminando. Se tarda media hora como mucho de la entrada a Termibus.

Perspectivas: Esperemos que el BBK Live no pierda la cabeza como ha sucedido en el caso del FIB, donde prima más el turista extranjero que el nacional y la fiesta oculta el déficit de bienestar durante cuatro días. Tras siete ediciones, llega el momento del análisis y de marcar las pautas a seguir. Con la subida del IVA para los espectáculos hasta el 21 por ciento, habrá una gran incertidumbre por el precio de los abonos y la oferta propuesta para el próximo año. 

Publicado el 17 de julio de 2012 a las 10:45.

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Jimmy Cliff, ese reggae revitalizante que nunca decae

Archivado en: Jimmy Cliff, concierto, Teatro Circo Price, Madrid, Los veranos de la villa, Marcos Blanco, Melómanos

Tras el maravilloso y agotador viaje a Bilbao para disfrutar del BBK Live, el lunes parecía una fecha idónea en la que, obviando las inexcusables horas laborales, entregarse al descanso con la llegada de la noche porque ‘PortAmérica' anda cerca (entonces faltaban tres días). Todo podía haber sucedido así, pero resulta que, ojeando la agenda de eventos, Jimmy Cliff tenía previsto salir al escenario del Circo Price a las 21:30 horas dentro de la programación de ‘Los Veranos de la Villa'.

Se presentaba una oportunidad única, la de ver en directo a uno de los mitos universales del reggae e intérprete de tantos ‘hits' como ‘Many Rivers to cross', ‘I can see clearly now' o ‘Reggae night', integrantes de una lista interminable. Ya dentro del Price y a escasos minutos para que todo comenzase, sorprendía ver tan poco público (700 personas) en un recinto que se había llenado, por ejemplo, para ver a All McKay y su gente con las canciones de Earth, Wind & Fire. Quizá muchos creyeron que estarían ante una versión reducida de quien ha iluminado la historia musical de Jamaica durante medio siglo.

Su equivocación fue máxima si pensaron en semejante teoríaa porque, sin necesidad de echarle flores a un tipo que no precisa aires reivindicativos, Jimmy Cliff estuvo más joven que nunca a sus 64 años. Pletórico desde el punto de vista físico, enorme en sus acciones vocales y conductor de una banda sensacional sobre el escenario, el artista jamaicano ejemplificó en Madrid su condición de mito viviente.

Desde los primeros acordes de ‘You cant get it if you really want', Cliff se metió a la gente en el bolsillo por su espontaneidad, cercanía y calidad artística. Durante casi dos horas, convirtió el Price en una cálida playa, un espacio natural donde hizo reflexionar a su hermandad sobre lo que estamos haciendo con nuestro planeta (medio ambientes, guerras) y miró siempre hacia delante con mensajes cargados de esperanza e ilusión.

Cliff parecía encontrarse en otra dimensión, esa en la que fue metiendo a fans de todo tipo (quienes estaban en las gradas acabaron levantándose o bajando a la pista) entre sudores y píldoras musicales embriagadoras, sobre todo las pertenecientes a un último tramo donde los clásicos y la veneración a este Dios del reggae, del ska, así como todo lo que le de la gana, ratificaron la eterna adolescencia de un genio en esa asignatura casi imposible que se imparte alegrando los corazones.

Publicado el 16 de julio de 2012 a las 20:45.

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'PortAmérica', un paraíso con la música por bandera

Archivado en: PortAmerica, Porto do Molle, Nigrán, EsmerArte, Marcos Blanco, Melómanos

La felicidad también cansa, pero muy poco. El agotamiento físico tras el BBK Live, evidenciado durante una sobria jornada dominical, ya va camino de ser historia porque el calendario tiene marcados otros tres días en rojo chillón para una cita espectacular en el espacio natural de Porto de Molle (Nigrán - Pontevedra): ‘PortAmérica'.

El novedoso festival cuya primera edición cubrirá los días 19, 20 y 21 de julio con la organización de EsmerArte tiene todos los ingredientes para lograr un éxito total de público debido al nivelazo del cartel, su ubicación en un entorno privilegiado, las posibilidades socio-culturales y un concepto inicial que permite conectar Galicia, España y Europa con América a todos los niveles. Además, incluso más importante que todo lo anterior, disfrutarlo sólo te costará 45 euros o 55 (con una acampada prevista de todo tipo de servicios para los tres días) si pillas la entrada anticipada y diez euros a mayores para ambas opciones si lo haces allí mismo. También puedes optar por días sueltos. Resulta imposible encontrar tanto placer con menos dinero, ¿no?

Habrá hasta 22 propuestas musicales en 'PortAmérica', que conjugarán ese enorme talento gallego, tierra de músicos por excelencia, cuya visibilidad no alcanza la consideración merecida (Colectivo Oruga, Combo Dinamo, Disco Las Palmeras!, Martynez, Orquesta Metamovida, Srasrsra), potentes referentes regionales que cruzan nuestras fronteras (Iván Ferreiro, Xoel López, Eladio y los seres queridos), emblemas nacionales (Vetusta Morla, Love of Lesbian, Depedro, Corizonas, Fuel Fandango), sabores latinoamericanos (Julieta Venegas, Zoé, Onda Vaga) y hasta un acercamiento a territorio británico con los inmensos Kity, Daisy & Lewis. Además, 'pincharán' contrastados Dj's (Peter Hook, Eme Dj, La Fábrica de Chocolate, Buffetlibre) para que casi se haga de día después de comenzar todo a media tarde.

A todo esto, ‘PortAmérica' no nace simplemente como un evento musical, teniendo en cuenta el valor cultural que implica la amalgama de estilos y procedencias incluídas en el cartel. También quiere convertirse en un escaparate de ideas innovadoras con ‘Mercadoinnova' (una feria que estará allí dentro) albergará un espacio fílmico, impulsará el evento ‘Galicia Coworking', incluirá un área gastronómica (‘Gastro') diferente a lo de siempre y ha pensado en los más pequeños con actividades infantiles que les tendrán muy entretenidos. También busca facilitar la posible práctica de deportes y aventura mediante los descuentos que manifiesta su página web.

Ya decidas quedarte en su preparadísima zona de acampada o cerca en cualquier alojamiento de la zona (un gran aparcamiento permite llegar con el coche al recinto), la paradisíaca situación de Porto do Molle funciona como un enclave geográfico perfecto para aprovechar las bellísimas playas próximas (Playa América, Patos, Panxón), municipios como Nigrán y Baiona o la gran ciudad de Vigo. Dependiendo de las condiciones meteorológicas, uno puede combinar playa y montaña (por ejemplo, la subida a Monteferro) durante el día antes del festival, un concepto completísimo con la música por bandera.

Publicado el 16 de julio de 2012 a las 20:30.

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Keane y Garbage, nostalgia festiva para cerrar el BBK

Archivado en: BBK Live 2012, Kobetamendi, Garbage, Keane, Corizonas, Eli Paperboy Reed, Marcos Blanco, Melómanos

Aunque para muchos era el día más flojo en cuanto al cartel del festival, casi 33.000 personas (32.280) festejaron, en buen número hasta altas horas de la madrugada, el cierre del BBK Live en su séptima edición. Keane y Garbage focalizaron la atención con dos ‘shows' tan notables como complementarios en su propuesta estilística. Además, Corizonas y Eli ‘Paperboy' Reed pusieron el nivel muy alto y muy pronto para las medianías posteriores en un sábado discreto.

Con una temperatura más que agradable durante el día y muy fresca por la noche, Kobetamendi acogió la última jornada de un festival que para numerosos melómanos ya había compensado por las dos jornadas anteriores con The Cure y Radiohead. Probablemente, quienes optaron por permanecer hasta el final, argumento que permite comprender la buena afluencia del sábado, para aprovechar el bono músico-social decidieron exprimir las últimas energías que les quedaban.

Si estuvieron arriba desde el principio, abrirían la boca de admiración tras los pasos de Corizonas (primeros en subir al escenario 1) y Eli ‘Paperboy' Reed (idéntica situación en el 2). Los primeros, fusión de Los Coronas con Arizona Baby, rentabilizaron su escaso tiempo (casi una hora) con rock, folk, surf y blues de calidad, mucha calidad. Lo mismo le sucedió al ‘soulman' de Boston, grandioso junto a su band ‘The True Loves' en el único y escaso guiño de la programación a la música negra. Lo suyo parece un don divino por sus desgarradores agudos y una actitud incansable hasta el aplauso definitivo.

Luego, con todos mis respetos y la ignorancia de quien seleccionó sin exhaustividad por el hecho de ser una rubia de bote aclamada por las masas, el nivel descendió a niveles marginales con nombres como The View o Glassvegas, principales actuaciones antes de los cabezas de cartel. El sonido machacón de unos y otros, escoceses en ambos casos, afectaba incluso a la jovialidad de las conversaciones. Afortunadamente, el comienzo de un ‘prime time' festivalero que alcanzó las cuatro horas inutilizaría casi dos y media de incomodidades sonoras.

Dentro de su pop-rock elegante y armónico, muy definido y caracterizado en las estructuras con la espectacular voz de Tom Chaplin, Keane firmó un recital estupendo con un repertorio que repasó sus ocho años de vida desde ‘Hopes and Fears', el bombazo inicial, hasta ‘Strangeland', última y bonita creación discográfica de los británicos. Obviamente, ‘Somewhere only know' o ‘Everybody's changing', piezas de aquel álbum, fueron dos puntos álgidos en carne y hueso.

Para completar la fiesta, hubo un trasvase de la melancolía actual proporcionada por Keane a la generacional de unos Garbage cuya popularidad en España durante la década de los 90 con su pop-rock electrónico cautivó a quienes nacieron entre finales de los 70 y principios de los 80. El grupo de Shirley Manson cumplió con creces y, sobre todo, elevó los ánimos del respetable con clásicos como ‘Stupid girl' o ‘I think I' m paranoid'.

Con poco que rascar tras la conclusión de Garbage, los más ‘bailongos' y ávidos de cachondeo hasta el agotamiento corporal se acercaron a la carpa para disfrutar con los ‘hits' de Independance y Nasty Monday's. A las siete todavía quedaba gente allá arriba. Una lluvia final y escasos rayos solares advertían la llegada de un nuevo día. ¿Nos veremos en 2013?

 

Publicado el 15 de julio de 2012 a las 12:00.

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Radiohead, una seducción masiva en Bilbao

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La música sigue sonando en el BBK Live 2012, donde este sábado se celebrará la tercera y última jornada de un festival que ayer batió su récord de asistencia en un solo día. El motivo era bien sencillo. Actuaban los Radiohead, la banda más transgresora de las últimas dos décadas. Su sobresaliente directo minimizó un programa descafeinado y mojado por una lluvia refrescante.

La expectación para ver a la banda encabezada por Thom Yorke fue tal que una marea humana se había posicionado frente el escenario principal casi una hora antes de que las grandes estrellas de la noche tomasen el relevo del ‘minimalismo' electrónico de Four Tet, inapropiado como preámbulo de los artistas más esperados del día. Si el jueves todo estuvo cargado de propuestas cualitativas, obviando el sumun de The Cure, desde el principio hasta entrada la madrugada, no sucedió lo mismo a golpe de viernes.

Las chicas de Warpaint agradaron muchísimo con  con su liviano art-rock norteamericano y Mumford & Sons puso la nota folclórica con una ceremonia masiva de ‘chumbafolk' menos conmovedora que su sonido de estudio. Repeticiones melódicas y una voz menos personal, la de Marcus Mamford, de lo requerido para crear giros interpretativos deslucieron una puesta en escena que, pese a su imperfección, hizo saltar, cantar y bailar a todos. Bendita comercialidad.

Coincidían estos ingleses con los neoyorquinos Here we go Magic en uno de los grandes errores de la organización para este año. El funcionamiento de los diferentes servicios del recinto merecen un notable alto (también el transporte hasta arriba), pero solapar artistas no viene a cuento. Fue un signo distintivo hasta el pasado año que ya se ha perdido. Con Luke Temple al frente, los de Brooklyn brillaron con su capacidad técnica para variar ritmos y sonidos. Incluso, tenían una muñeca como teclista.

The Kooks, Bigott, Awolnation y Four Tet, además de unos We Are Augustines a los que servidor no pudo llegar por la imposibilidad física de estar en todas partes, pasaron por Kobetamendi sin dejar apenas huella. Eso sí, la larga espera y el vacío artístico finalizaron cuando Radiohead comenzó a sonar.

La gente estaba entregadísima ante ellos y, tras unos primeros temas con deficiencias sonoras por las dificultades para escuchar nítidamente a Yorke, sus ídolos demostraron durante una hora y tres cuartos esa ganadísima condición de grupo más innnovador del panorama musical desde principios de los 90. Juegan con el pop, el rock y la electrónica de un modo sensacional, firmando un rompecabezas sonoro donde, sobre todo, prima la creatividad. ‘Paranoid Android' o ‘Karma Police' fueron dos de los temas más aclamados de un conciertazo, demasiado corto y poco personal en la despedida.

Fans de Radiohead y notablemente influencias por su música, sobre todo en el primer álbum, Vetusta Morla cerró la noche con un potente directo, probablemente el mejor en cuanto al pop-rock-electrónico nacional, que duró una hora larga y cuyo único error fue ese ‘Hola Donosti' vociferado por Pucho cuando estaba en Bilbao. Por nivel y trayectoria debieron actuar en el escenario más grande, pero, ya sabe, todo lo que viene de fuera siempre parece mejor o vende más. Una pena.

Publicado el 14 de julio de 2012 a las 13:30.

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The Cure impresiona en Kobetamendi

Archivado en: BBK Live 2011, Kobetamendi, Marcos Blanco, Melómanos, The Cure, Snow Patrol, The Maccabees, Jon Spencer Blues Explosion, Pat Mahoney, James Murphy

Mediodía de viernes. Brilla el sol y hace calor sobre Bilbao, una ciudad transformada en hostal de peregrinaje para miles de personas que viven por y para el BBK Live. Casi 37.000 personas asistieron ayer a la primera jornada del festival en Kobetamendi, donde Robert Smith y los suyos, The Cure, compensaron un incómodo retraso con una exhibición descomunal, propia de su leyenda.

El lunes analizaremos todo con mucho más detalle, pero el arranque del BBK tuvo diversos momentos para la posterioridad. Cuentan que The Maccabees estuvieron magníficos, el pop dulzón de Snow Patrol resultó bastante anodino (salvo el ejercicio coral de ‘Chasing Cars') y John Spencer Blues Explosion reventó Kobetamendi con un inagotable mezcla de rock, blues y punk.

Envueltos en una atmósfera privilegada, los melómanos que se acercaron hasta aquí esperaban después a los cabezas de cartel, retrasados por un problema técnico. Profesional supremo, Robert Smith decidió salir al escenario para marcarse un set acústico de tres temas (ver vídeo) tras 45 minutos de incertidumbre.

Resulta brutal apreciar cómo mantiene la extraordinaria voz de antaño, buque insignia de una posterior actuación colectiva al alcance de muy pocos en este globo terráqueo. Sí, la voz sonaba más alta (un poco estridente) que el resto de los instrumentos, pero para ‘Just like heaven' ya estaba todo solucionado.

Quizá no hacía falta alargar tanto el espectáculo (hubo un tramo demasiado pausado en cuanto al repertorio), pero la autenticidad sonora y plasticidad instrumental de The Cure superó cualquier expectativa. ‘Boys don't cry' supuso el final de un verdadero conciertazo. Los chicos de Bloc Party ya llevaban un rato incendiando al personal el segundo escenario y la conjunción electrónica de James Murphy con Pat Mahoney (LCD Soundsystem) funcionó como una sutil banda sonora de regreso a casa.

Publicado el 13 de julio de 2012 a las 12:00.

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Marcos Blanco

Marcos Blanco

Vigués. Gallego. Periodista 'todoterreno'. Entusiasta de la vida. Melómano. Loco del deporte. Celtista. Enérgico. Radiofónico. Así es Marcos Blanco, periodista que actualmente colabora en el Grupo de Comunicación Gente  con este blog, que nació un 19 de noviembre de 2008 con un 'post' sobre Jamie Cullum.

 

Esta web ha funcionado durante todo este tiempo como una banda sonora diaria, repleta de canciones que nos hacen amar la vida. Recuerdos, descubrimientos, opiniones, novedades, entrevistas o crónicas de conciertos han formado parte de 'Melómanos' y seguimos en la brecha:

 

marcosblancohermida@gmail.com

 

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