Archivado en: Festividad de los Santos
Los cementerios de la capital y provincia palentina registraron, por el Día de los Difuntos, una gran afluencia de público con la intención de honrar a sus muertos y adornar sus tumbas con flores y velas, un rito que muchos españoles completaron después con el consumo de los huesos de Santo y de los ricos buñuelos. Los cementerios palentinos volvieron así a llenarse de flores con colores que contrastaban con el gris de las lápidas. Por desgracia, quien más y quien menos ha perdido a familiares, amigos, compañeros o vecinos y ha aprovechado estos días para visitar sus tumbas. Todo ello en una época de crisis económica pero también en la que la tradición manda que las tumbas de nuestros difuntos luzcan en todo su esplendor .
Aunque otros, como yo, prefiramos más recordar los momentos compartidos con esas personas. No me gustan los cementerios, ni el Día de los Santos, ni las riadas multitudinarias de gente que nos llevan estos días hacía el Campo Santo como si solo hubiera que rendirles tributo afectivo un día señalado. Los echo de menos demasiadas veces y los siento próximos siempre como para llevarlos flores solo en este día y obligada por esta festividad. Y aunque siempre respetaré a todos aquellos que si lo hacen, también siempre seré de la opinión de que el amor, la amistad o el cariño debe de mostrarse en vida.
Publicado el 5 de noviembre de 2010 a las 11:00.
