Noticias de Palencia

Tristeza y alegría. Son dos sentimientos enfrentados que se vivirán el próximo sábado 1 de mayo en el tercer aniversario de la explosión de gas ocurrida en la calle Gaspar Arroyo de la capital palentina. Celebramos el tercer aniversario de la explosión de gas que se llevo la vida de nueve personas, pero debemos hacerlo mirando hacía el futuro, sin olvidar a las víctimas de aquella tragedia eso sí, pero con la alegría de que los damnificados que perdieron sus viviendas están a punto de estrenar otras nuevas, mejores que aquéllas que se llevó el gas, adaptadas a los nuevos tiempos y como no, más cómodas y accesibles.

Sabemos con toda seguridad que los damnificados de Gaspar Arroyo nunca olvidarán la tragedia. Tampoco la olvidaremos el resto de palentinos, ni los responsables del Ayuntamiento, la Diputación y la Junta de Castilla y León que tuvieron que trabajar todos a una por devolver la normalidad en sus vidas a estas familias.

Tres años después, podemos decir que la normalidad a la calle Gaspar Arroyo volverá este mes de mayo. Sin duda será un momento emotivo, un paso en la vida de los afectados que nunca hubiesen querido dar. Pero para ellos, la vida debe de continuar, deben mirar al futuro con esperanza. Desde estas líneas queremos desearles lo mejor para esta nueva etapa.

Publicado el 30 de abril de 2010 a las 13:45.

               

Nueve muertos, cerca de un centenar de heridos y toda una ciudad conmocionada por uno de los desastres más catastróficos que se recuerdan, fue el balance de la explosión ocurrida el pasado 1 de mayo de 2007 en un inmueble ubicado en la calle Gaspar Arroyo de la capital palentina. El silencio, el humo y el desconcierto que siguieron al desplome de un edificio entero de viviendas en aquel trágico día forma parte ya de la historia de Palencia.

El viernes 6 de marzo, a las 12.00 horas en el solar donde se están levantando los inmuebles. Fue el día, la hora y el lugar elegido, como no podía ser de otra forma, por la Asociación de Víctimas y Afectados de Gaspar Arroyo para poner la primera piedra en la reconstrucción de los bloques 2,4 y 6 derruidos tras la explosión.

Un acto simbólico que da continuidad a la reconstrucción técnica iniciada el pasado mes de septiembre y que supuso un antes y un después de este triste suceso, aunque siempre resultará imposible que los palentinos olviden aquel primero de mayo, cuyas imágenes se han quedado grabadas en sus retinas para siempre y cuyas pérdidas humanas son irrecuperables.

Una primera piedra, que quiso pasar del simbolismo propio de la típica obra de envergadura, porque llevaba consigo un revestimiento de respeto, cariño y unidad ante la tragedia. Un acto a mitad de camino entre la alegría y la tristeza, entre lo emotivo y lo reivindicativo al que acudieron vecinos damnificados por la explosión, representantes de todos los signos políticos y entidades que en su día colaboraron en la tragedia.

Se terminó una etapa pero comenzó otra en la que se mira hacía el futuro, eso sí, con un continuo seguimiento, por parte de la Asociación de Afectados, del esclarecimiento de las causas que produjeron la explosión de gas y por otro de la reconstrucción de los bloques ya que como bien señalaron “las heridas solo cicatrizarán cuando las familias afectadas tengan en sus manos las llaves de sus nuevas viviendas”.

La unión de las distintas administraciones estuvo presente. Muestra de ello, es que las Instituciones local, provincial y regional suscribieron junto con la Asociación de Afectados, una declaración en la que expresaban su sensibilidad con la tragedia así como la voluntad por parte de todos los grupos políticos e instituciones para poner en marcha todas las medidas que estén en su mano para evitar que se produzca otra catástrofe de esta índole.

Un manifiesto que fue introducido en una urna junto a una memoria, un CD, varias monedas y los periódicos del día. Sin duda un día histórico, que hace pensar en el futuro pero sin olvidar el pasado. Una primera piedra, que esta llena de esperanza.

Publicado el 7 de marzo de 2009 a las 13:15.