MADO 2014: Teoría 'queer'. Hombres, mujeres... y personas libres
Colectivos como Patio Trasero apuestan en la capital por eliminar las etiquetas macho/hembra u homo/hetero · Defienden la libertad de todos los individuos a la hora de vivir su identidad
Puede que, biológicamente, no sólo existan hombres y mujeres. Puede, también, que haya puntos intermedios que nos cueste normalizar, como es el caso de aquellas personas que nacen con alteración de la diferenciación sexual y que representan al 1% de la población, según algunos estudios recientes. Personas como el psicólogo Gabriel J. Martín. "Nací con genitales externos de apariencia femenina. Los testículos estaban alojados en las ingles, no había escroto, tenía un micropene y me criaron y educaron como a una niña", confiesa. Su diagnóstico llegaría cumplidos los 18: seudohermafroditismo masculino.
Ésta y otras realidades dan sentido a la llamada teoría 'queer', en ocasiones bautizada como una especie de movimiento social o cultural de moda. "Uno no puede decir soy o no soy 'queer'. Se trata de una postura crítica hacia ciertas normas simplistas, como la que dice que si naces con pene y testículos debes sentirte un hombre, y ser macho y heterosexual, durante toda tu vida", explica Alejandro Bernáldez, activista 'trans', que ha militado en Patio Trasero, colectivo 'les-gay-trans-bisex-queer' integrado en el espacio autogestionado Patio Maravillas. Esta es la idea que cuestiona la citada teoría, apostando por eliminar todo etiquetaje que limite la libertad de los individuos y "reventando la obsesión por binarizarlo todo (hombre/mujer, homo/hetero), por pensar que, si hay dos, uno es siempre el dominante y el otro es el dominado", añade. Se defiende, por lo tanto, la libertad de las personas a la hora de vivir su identidad, su orientación y su sexualidad.
¿Movimiento social?
Pero para Josué González, activista, también en Patio Trasero, y co coordinador del área LGTB de Izquierda Unida, lo 'queer' sí es "un movimiento social" que cuestiona "el carácter de naturaleza de las identidades hombre/mujer, macho/hembra... Esas identidades son constructos sociales vinculados a momentos históricos y que pueden ser desmontados". Rompe, de este modo, todas esas normas que guardamos completamente interiorizadas, y da respuesta a determinadas situaciones. "Para mí supone apertura a cuestiones que anteriormente el feminismo no había resuelto, como los casos de los intersexuales. Es algo que se escapa a cualquier modelo", subraya Marian Yélamos, creadora del microproyecto feminista Drama Free Madrid.
Porque lo 'queer', además de significar la erupción de numerosos colectivos en la capital como Transmaricabollo, Patio Trasero, La EsKalera KaraKola, La Quimera de Lavapiés o La Hoguera de Malasaña, también ha dejado en la ciudad ciertas huellas culturales. Existen, por ejemplo, clases de tango 'queer', o grupos de lectura en torno a esta teoría, como el que desarollan desde Drama Free, leyendo textos que han marcado hitos importantes en la historia 'queer'. Una historia todavía por escribir y comprender.
De insulto a "herramienta" política
'Queer' comenzó siendo un insulto homófobo y servía, según la filósofa feminista Beatriz Preciado, "para nombrar a aquellos cuerpos que escapaban a la institución heterosexual y a sus normas". Eran 'queer' "el maricón y la lesbiana, el travesti, el fetichista, el sadomasoquista y el zoófilo". Pero el movimiento 'queer' atiende también a la marginalización de transexuales, inmigrantes o trabajadoras sexuales. En la década de los 80, una serie de microgrupos se adueñaron del término para hacer política desde el mismo y mostrar su resistencia a la normalización.
Fotografía: Chema Martínez.
Publicado el 3 de julio de 2014 a las 16:00.