Asuntos pendientes

La píldora 'del día después' se dispensa sin receta en farmacias desde septiembre, pero los folletos informativos que deberían entregarse junto con el medicamento no figuran. Tampoco queda claro si el farmacéutico puede negarse o no a venderla. Un médico de Planificación Familiar, una ginecóloga, un farmacéutico y tres usuarias, debaten sobre los pros y los contras de esta liberalización.

Entro en una farmacia del centro de Madrid. Pido la píldora poscoital, pero Adela me dice que no la tiene, y que no ha notado en absoluto una mayor demanda de la misma desde que se dispensa sin receta.

En la calle de al lado, en otras tres boticas -una de ellas con servicio 24 horas-, sí me la dan y reconocen que las ventas de este medicamento han aumentado en los últimos días, especialmente durante el fin de semana.

Adela explica que no sabe si venderla o no, que "dependerá de las circunstancias", porque "nos han contado todo con demasiada prisa y corriendo. Además, se supone que tenemos que dar unos folletos informativos que no han llegado. Por lo menos a mí. Y luego nos han contado que existe un estudio sobre la posibilidad de objeción de conciencia, pero de momento tampoco sé nada concreto. Nos han dicho que nos mantendrán informados", afirma.

Patricia tiene 17 años y tomó la píldora con 15; María, de 22, hizo uso de ella con 17 años; y Noelia, de 25, acaba de recurrir a ella por segunda vez. La primera fue con sólo 16, en el instituto.

En el grupo de amigas de Noelia "varias amigas se han tomado ya alguna vez esta pastilla, y a ninguna le ha salido un tercer ojo ni han sufrido efectos secundarios graves", confiesa. Todas coinciden en la dificultad a la hora de adquirirla, "todas hemos pasado nervios durante uno o dos días, más cortos o más largos, hasta conseguirla".

En cambio, en el entorno de María, similar al de Noelia, "todas han accedido perfectamente, no se han encontrado con ningún tipo de problema", mientras que Patricia asegura que ninguna de sus amigas se ha visto obligada a recurrir a este método de urgencia.

Luis Enrique Sánchez es médico coordinador del programa de Planificación Familiar del Centro Municipal de Salud de San Fernando de Henares, en Madrid; y también miembro de la directiva en la Federación de Planificación Familiar de España. "Los aspectos positivos de la píldora poscoital son muchísimos y los negativos prácticamente ninguno, porque es un medicamento que tiene escasos efectos secundarios, y por eso se ha liberalizado y se prescribe en farmacias sin necesidad de receta médica. Es esencial para la Organización Mundial de la Salud, y es anticonceptivo, lo cual quiere decir que no es abortivo".

María no está de acuerdo con esta liberalización, "porque a mí me dijeron que no era bueno tomarla normalmente, y una niña de 16 años puede no ser consciente de las consecuencias hormonales y comprarla más a menudo de lo que debería".

Patricia discrepa. "La verdad es que yo no tuve ningún problema para conseguir la píldora. Lo que pasa ahora es que muchas chicas no mantienen confianza suficiente con sus padres para decirles que tienen cualquier problema, y entonces me parece una medida bastante lógica, el hecho de que se venda sin receta".

Noelia asiente. "Me parece una ayuda bastante buena para la gente joven, sobre todo para los menores de edad, que están en el instituto, que experimentan sus primeras relaciones, que puede que algo les salga mal... Acudir a tus padres o a un centro te da vergüenza, y si te la venden en la farmacia y te explican cómo es la cosa, no tiene porqué ser nada malo".

Fernando Caro es farmacéutico y miembro de la Red de Farmacia Responsable. "Es una incongruencia que necesites receta para un antibiótico, para muchos antigripales, analgésicos, para la píldora normal, y no para esto que es quince veces más fuerte. Al farmacéutico le han puesto en un callejón sin salida de decir esto lo tienes que hacer y punto. Yo no le veo ningún beneficio. El único, que es la accesibilidad, no se ve compensado con los problemas de falta de información, de falta de prescripción por un médico...".

¿Se puede negar un farmacétuco a vender la píldora? "Un 10% de los farmacéticos tendrán objeción de conciencia, un derecho que tienen recogido en la Constitución", informa Caro.

Esther de la Viuda es ginecóloga, trabaja en el Hospital Universitario de Guadalajara y preside la Sociedad Española de Contracepción. "La liberalización nos parece positiva, teniendo en cuenta que todos los problemas de la mala información o malos hábitos sexuales, no se van a solucionar. Se trata de sólo un paso más que existe para que aquellas parejas que viven en una comunidad autónoma, en la que no existe organizada la dispensación a través del sistema sanitario público durante el fin de semana, no tengan que esperar a que pasen los días para obtener la receta, con la pérdida de eficacia que supone".

A pesar de todo, María cree que esta iniciativa puede ser peligrosa: "creo que se convertirá en un nuevo método anticonceptivo, más caro de lo normal, pero uno más". Noelia apunta que "puede mal informar a las chicas y que se lo tomen a la ligera". Patricia, por su parte, defiende que "un fallo lo puede tener cualquiera, y no suelen ser habituales. La gente cuando lo hace sin precaución lo hace con todas sus consecuencias. No creo que quien no utilice ningún tipo de método vaya a utilizar esto con normalidad".

Las respuestas de estas chicas son bastante más maduras de lo que cualquiera pueda pensar. Ocurre que a veces olvidamos lo que Luis nos recuerda: "Las mujeres jóvenes tienen mucho sentido común y son muy conscientes. No podemos considerar que las chicas de 16 son inmaduras, atolondradas y no saben lo que quieren. Hay que recordar que el 80% de las mujeres utilizan preservativo. El problema muchas veces es de los varones, que no se lo colocan bien, que no lo quieren utilizar...".

¿Cómo terminará todo esto? Caro: "Los verdaderos efectos los vamos a ver en unos años, comprobaremos si ha bajado el número de abortos como se pretende justificar, y el número de enfermedades de transmisión sexual, porque va suponer una banalización de las relaciones que ya veremos si se consigue o no".

En la cara opuesta se sitúan Luis y Esther, que ponen sobre la mesa las consecuencias que la liberalización ha tenido en otros lugares: "En países como EEUU, Francia o Alemania se prescribe desde hace muchos años en farmacia y, en principio, son más las ventajas que los inconvenientes. La situación que teníamos hasta ahora en España era desigual, con CCAA que la daban en los centros de salud sin problemas, y otras en las que conseguirla era un peregrinaje de centro en centro, o de ir a los servicios de Urgencia para que luego no se la recetasen a las mujeres, y en algunos casos pasando el plazo de 72 horas con riesgo de embarazo".

Esther: "La ventaja de ser uno de los últimos países en autorizar la libre dispensación, es que hay muchos datos, todos los trabajos publicados, que hay muchos... Nos dicen que no ha habido cambios en las costumbres sexuales, los jóvenes no abandonan el método anticonceptivo habitual, ni aumenta el número de compañeros sexuales, ni el número de infecciones... No van a cambiar sus conductas para convertirse en conductas de riesgo", sostiene.

"Me hubiese gustado que en ese momento me hubiesen atendido en una farmacia de guardia, y me hubiesen tranquilizado. Tómate esto, no pasa nada. Te puede dar estos efectos. Y no llantos de me voy a quedar embarada, dónde tengo que buscarla, es fin de semana y Planificación no abre... Sí que me hubiese gustado haber tenido esa opción que se presenta ahora...". Noelia.

Publicado el 22 de octubre de 2009 a las 14:45.