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Vania, mujer rociada con ácido: "No hay ley en Bulgaria para luchar contra este fenómeno y quiero justicia"

Archivado en: violencia de género, igualdad, congreso violencia, miguel lorente, juan fernando lopez aguilar, ue, parlamento europeo, bulgaria, Martín Karbovski

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Después de diez años de relación y dos hijos en común, Vania decidió romper su matrimonio. Él la castigó quemando su belleza, su rostro. Perdió su ojo izquierdo, el cabello, y sus pechos se han deformado. Lo más duro es que el agresor sigue libre y en Bulgaria no existe ninguna ley que condene la violencia de género. Mientras tanto, mientras se gesta una estrategia común en la UE a través de la propuesta española, Vania vive encerrada en casa, aún amenazada.

Una de sus escasas salidas la ha hecho para viajar hasta Bruselas y participar en un Congreso sobre Violencia de Género y en la celebración oficial del Día Internacional de la Mujer. "Estoy buscando ayuda, porque soy una víctima de violencia de género. Mi ex marido me roció con ácido, no hay ley en Bulgaria para luchar contra este fenómeno y quiero justicia", me explica a las puertas del Hemiciclo.

Entre las secuelas que este ataque le ha dejado, destaca la pérdida de su ojo izquierdo -que cubre con un parche- y varias quemaduras en las manos, en la espalda y en otras zonas de su cuerpo. "No llevo una vida normal, vivo encerrada en mi casa, y la culpa es de quien ha cometido este acto. No tengo amigos, no puedo socializarme con otra gente. Es muy duro, pero pelearé", aclara a pesar de su estado físico.

Lo peor de todo es que el agresor sigue libre, le sigue persiguiendo, controlando, y pregunta a todo el mundo dónde vive. Continúan las amenazas y todavía le quiere hacer daño.

Otras 23 mujeres como Vania han sufrido este tipo de violencia en Bulgaria en la última década, pero ella sostiene "que es algo que ocurre más a menudo de lo que pensamos".

"Tengo esperanza todavía y después de venir aquí me he hecho más fuerte para continuar, sacar adelante a mis hijos y recuperar mi vida", me comenta esperanzada.

Miguel Lorente, delegado del Gobierno español para la Violencia de Género, y Juan Fernando López Aguilar, presidente de la Comisión de Libertades Civiles, Justicia y Asuntos de Interior en la UE, charlaron con ella el pasado lunes y le dijeron que "me ayudarán en todo lo que puedan para recuperarme físicamente y para buscar justicia", desvela.

"Me produce una reacción emocional de solidaridad, común a todas las víctimas de violencia de género, pero en este caso matizada por la gravedad e intensidad de la violencia. También impotencia al ver que existen todavía muchos obstáculos y limitaciones en algunos de los países miembros, o de los procedimientos, porque a veces no es tanto la ley como el procedimiento para obtener una respuesta justa", confiesa Lorente agarrándose con optimismo a las propuestas españolas recientemente aprobadas en Bruselas: "lo que hacen estos casos es reforzar la posición de la Presidencia, y ver que además las propuestas que se han hecho van en este sentido, partir de una definición de violencia de género y desarrollar tanto estrategias europeas para avanzar con una referencia común, como el compromiso de los estados miembros a que desarrollen políticas, entre ellas planes específicos para combatir esta lacra. Esto ya no va a evitar la agresión de Vania, pero con esta política común podremos evitar en el futuro que se produzcan estos casos. Lo que no quita para que desde ya estemos en contacto con ella para ayudarla en todo lo que necesite y que se pueda recuperar".

Con Lorente coincide López Aguilar: "el caso de Vania nos está recordando que la violencia es transversal. Desde el punto de vista social recorre todos los estratos de una sociedad desigual, y desde el punto de vista territorial recorre toda Europa. España ha puesto tanto acento en luchar contra el maltrato no porque la padezcamos más, sino porque nos hemos comprometido con valores y con un proyecto politico. El testimonio de Vania pone de manifiesto que en Europa hay todavía mucho terreno que cubrir, hay países en los que la violencia ni está identificada como un delito, como un comportamiento criminal en el Código Penal, no se ha enviado un mensaje de tolerancia cero. En países como Bulgaria o Hungría sigue siendo una modalidad de violencia pasional que ocurre entre las paredes de la vida doméstica, y en la que los poderes politicos no se meten. Es un planteamiento inaceptable a estas alturas. Hace falta una respuesta pública protectora, un mensaje público de tolerancia cero, una respuesta penal frente al agresor, por prevención y por castigo a un comportamiento socialmente inaceptable".

"Hay muchísimo trabajo por hacer.  Europa es un espacio de libre circulación, y al final he escuchado que Vania quiere venir a España. Le daremos la bienvenida porque es ciudadana de UE y puede establecerse en nuestro país, donde cualquier agresor recibirá la respuesta penal y desencadenará una respuesta de protección hacia la víctima que ella merece y que no ha conseguido en Bulgaria".

Martín Karbovski, periodista búlgaro con más de diez años de experiencia en estos temas aclara a uno y a otro que “nuestros estados miembros son diferentes. En mi país se habla de supervivencia, no de campañas (…) La violencia en Bulgaria es completamente diferente, y es uno de los países con peores prácticas. Es algo que no pueden entender los ciudadanos que viven en la Europa más rica y estable. En Bulgaria hay una epidemia que crece con los años y que afecta no sólo a las minorías, sino también a estudiantes, enfermeras, médicos, cajeras de supermercado...".

"En los últimos diez años, 24 mujeres han sido atacadas con ácido en la cara. Después de estos ataques, la mujer sobrevive pero no vive plenamente. También ocurre en otros países como Pakistán, Reino Unido o Rumanía, e incluso se han registrado hombres que han sido víctimas. Se trata de una especie de venganza inaceptable, en ocasiones ordenada por alguien. Es increíble que no haya más eficacia para luchar contra todo esto. Se trata del legado comunista que tenemos. La sociedad lo ve como un problema doméstico, y algo que debe resolverse en el ámbito familiar. No sé hasta qué punto nuestro Estado puede intervenir (...) Se ha hablado incluso de cadena perpetua, pero todo va muy lento. Las instituciones son negligentes", concluye, repitiendo una y otra vez la palabra. Queda claro, Europa nos necesita.

*Información relacionada. Viviane Reding: "No hay justificación, es un crimen".

*Escucha el caso de Vania en el programa Tolerancia Cero, de RNE.

Publicado el 17 de marzo de 2010 a las 13:45.

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Viviane Reding: "No hay justificación, es un crimen"

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Una quinta o una cuarta parte de las mujeres en la UE han sido víctimas de violencia de género en algún momento de su vida. De ellas, 500.000 han sufrido la ablación o mutilación genital, "un crimen horrible que no podemos aceptar en ningún lugar del mundo". Así de firme se mostró este martes Viviane Reding, vicepresidenta responsable de Justicia, Derechos Fundamentales y Ciudadanía en la Comisión Europea, durante la celebración oficial del Día Internacional de la Mujer, en el Parlamento Europeo.

"Según los sondeos del Eurobarómetro, todas las mujeres de la UE creen que la violencia de género es la cuestión número uno a resolver", añadió, para anunciar más tarde la puesta en marcha de dos estudios. Uno de ellos analizará la legislación en materia de violencia de género existente en todos los estados miembros, y verá la luz en otoño. Otro girará en torno a las prácticas tradicionales, dañinas y dolorosas relacionadas con el maltrato, unas prácticas a las que ella se niega a llamar cultura."No hay justificación, es un crimen", aclaró.

Bibiana Aído, ministra de Igualdad, repasó las propuestas españolas aprobadas la pasada semana para conseguir la unidad de Europa en esta lucha, "la lucha contra la cultura de la violencia que nos lleva tantos siglos de ventaja". Habló de prevención, asistencia, la creación del Observatorio Europeo, el desarrollo de una campaña de sensibilización, un teléfono común y gratuito de atención (116), y también hizo referencia a la orden de protección europea que pretende proteger a las víctimas allá a donde vayan. En la mesa se sentaron luego Inés Alberdi, directora ejecutiva de UNIFEM (el fondo de las Naciones Unidas para la mujer, dedicado al avance de los derechos de la mujer y la igualdad de género), y Morten Kjaerum, director de la Agencia de Derechos Fundamentales de la UE.

Más tarde llegó el turno para los diferentes parlamentarios nacionales y representantes de los diferentes estados. Al igual que ayer, pudimos reflexionar y profundizar en las diferentes situaciones y problemáticas específicas que afectan a cada territorio, como la mala aplicación de la legislación existente en Suecia, la disminución del nivel educativo en Portugal y sus consecuencias, o la escasa representación femenina en el Parlamento rumano (un 10%), un país que cuenta con un 52% de mujeres.

Sin embargo, el testimonio más impactante fue el de Sinclair, una diputada del Parlamento que intervino para contarnos que el 12 de enero de 2005 seis hombres la tiraron al suelo y la arrastraron dejándole lesiones importantes. Ocurrió en su lugar de trabajo, en Estrasburgo. "Aquí no prediquemos contra otros", reivindicó.

Personalmente, me vuelvo a quedar con la llamada de atención formulada por Martín Karbovski, periodista búlgaro que expuso en el Hemiciclo el caso de Vania, víctima de violencia de género rociada con ácido de la que ya os hablé ayer en este blog y con la que hemos podido hablar unos minutos (que este miércoles compartiré con todos vosotros).

"Se ha hablado incluso de cadena perpetua, pero todo va muy lento", explicó Karbovski refiriéndose a la condena de estos agresores, porque "las instituciones son negligentes", afirmó solicitando a los intérpretes de los 23 idiomas europeos que realizasen la traducción correcta de la palabra. Se puede decir más alto, pero no más claro.

 

Publicado el 16 de marzo de 2010 a las 22:15.

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"Todo lo dicho en este Congreso está muy alejado de la realidad. Mi pesadilla no ha acabado"

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Varios periodistas de todos los países miembros nos reunimos este lunes en el Parlamento Europeo para debatir acerca de la lucha contra la violencia de género, la propuesta española aprobada la pasada semana en Bruselas, y el papel de los medios en la erradicación de esta lacra social.

Hablaron, entre otros, Silvana Koch-Mehrin, vicepresidenta del Parlamento Europeo y presidenta del Grupo de Alto Nivel para la Igualdad de Género y la Diversidad. También Miguel Lorente, delegado del Gobierno para la Violencia de Género; Juan Fernando López Aguilar, como presidente de la Comisión LIBE, que se encarga de los asuntos relacionados con las libertades civiles; y Bibiana Aído, ministra de Igualdad. Sin embargo, y a pesar de toda la información ofrecida acerca de la batalla europea que pretende poner fin al maltrato hacia la mujer, los protagonistas fueron otros.

BULGARIA: EL CASO DE VANIA, ROCIADA CON ÁCIDO

En primer lugar, un periodista búlgaro con una década de experiencia en esta área. Fue el primero en levantar el brazo al llegar el turno de preguntas, y el que nos puso al día acerca de la situación en Bulgaria. Nos expuso el caso de Vania, un caso extremo de ataque machista. Esta mujer fue rociada con ácido por su ex marido, al que sólo le ha tocado pagar una simple multa de 250 euros, por haber cometido un delito menor. Ella, que vive en un pequeño pueblo búlgaro, pide justicia desde hace cinco años, mientras su agresor sigue en libertad. Su Gobierno cree que este ‘problema' sólo atañe a ambas familias. Punto y final. Este lunes, Vania acudió al Parlamento para dar a conocer su experiencia y pedir ayuda, aunque pocas palabras pudimos escuchar de su boca. La emoción le pudo. "Todo lo dicho en este Congreso está muy alejado de la realidad y mi pesadilla no ha acabado", dijo. Como ella, muchas mujeres en Bulgaria son atacadas con ácido, una agresión muy frecuente también en otros países como Afganistán. El objetivo no es otro que dejar a la víctima y a su familia fuera de la sociedad. "Mi vida ahora es muy dura", concluyó.

HUNGRÍA: MATAR A UNA MUJER NO ES DELITO

Otra periodista y trabajadora en un teléfono de atención a maltratadas, en este caso de Hungría, también quiso acercarnos la realidad de su país, que no dispone de un concepto jurídico de violencia de género, es decir, no se considera un delito.

ALEMANIA Y FRANCIA: REFLEXIÓN Y AYUDA AL MALTRATADOR

Pero, sin duda, la ponencia más interesante nos la ofreció Chantal Louis, editora de EMMA, una publicación alemana especialista en temas de mujer. Sobre la mesa colocó la necesidad de que los maltratadores reflexionen y analicen el porqué de sus actos. Lo hizo con varios ejemplos, como el de una casa de acogida francesa para hombres expulsados de sus hogares por haber agredido a sus parejas, individuos que se someten a terapias y a los que se le ayuda en su reinserción. Otro ejemplo fue el de una asesoría, también gala, dirigida a estos individuos.

Más tarde mencionó el ataque ocurrido en una escuela alemana en el que un chico mató a doce estudiantes. Once eran chicas, y no se trata de una casualidad. En su ordenador encontraron material pornográfico violento, pero el fiscal dice que no existe razón alguna para instruir a nadie. Chantal se pregunta entonces, ¿qué ocurriría si en lugar de once mujeres hubiesen asesinado a once turcos? ¿hablaríamos entonces de un ataque xenófobo? ¿por qué no sé introducen estos conceptos en los códigos penales? Por último, la periodista germana habló acerca de un rapero compatriota, ídolo de masas y autor de letras absolutamente sexistas, y pidió el análisis de la cultura juvenil y una categoría política para el sexismo y la misoginia.

ITALIA: CRÍMENES DE HONOR

El día a día en el territorio ‘Berlusconi' nos los presentó Teresa Jiménez-Becerril, miembro de la FEMM, española residente en Italia que sufrió en sus propias carnes el terrorismo de ETA. La banda asesinó a su hermano y a su cuñada hace años. "En este país las mujeres son asesinadas por querer vivir a la Europea", señaló. En Turín, en una familia islamista, un padre mató a su hija por ello y, lo que es peor, su esposa y madre de la víctima defendió al patriarca ante la Justicia, alegando que la fallecida le provocaba".

Definitivamente, tal y como Lorente indicó al comienzo de su exposición, "se ha hecho mucho en la UE, pero no es suficiente". Ahora queda la esperanza de que las propuestas españolas aprobadas la pasada semana en Bruselas lleguen a buen puerto. Europa lo necesita.

Publicado el 15 de marzo de 2010 a las 23:15.

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‘Cómo terminar con la violencia de género’, una perspectiva europea

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Hace sólo unos días, la UE aprobaba la propuesta española para poner fin a esta lacra social. Se comprometía así a poner en marcha un Observatorio Europeo sobre Violencia de Género, activar un número de teléfono único y gratuito para atender a las víctimas, iniciar una campaña común de sensibilización, y contemplar la necesidad de una asistencia social integral de ellas y de los menores expuestos a estas situaciones, entre otras medidas.

Sin lugar a dudas, la coordinación entre los 27 se presenta como una de las claves para erradicar el maltrato hacia la mujer, y la adopción del modelo español parece la estrategia a seguir. Al aprobar las propuestas de nuestro país, la UE ha dado un paso más que importante, pues se trata de la primera vez que se establece una vía común para combatir la violencia de género, una vía, además, que cuenta con la experiencia de nuestro modelo, ya aplicado.

Este lunes y martes, el Parlamento Europeo acoge un Congreso bajo el título ‘How to end violence against women' (‘Cómo terminar con la violencia hacia las mujeres'), una pregunta sin respuesta pero sobre la que queda trabajar muy duro.

Miguel Lorente, delegado del Gobierno para la Violencia de Género, y Juan Fernando López Aguilar, ex ministro de Justicia, participarán esta tarde en el Congreso al lado de las eurodiputadas Carmen Romero y Teresa Jiménez-Becerril, y de la ministra de Igualdad, Bibiana Aído, entre otros.

Algunas de las preguntas que figurarán sobre la mesa serán: ¿Qué medidas se pueden tomar a nivel europeo para castigar y prevenir la violencia y proteger a las víctimas?
¿Deberían centrarse en modelos ya llevados a la práctica en diferentes países de la UE? Y la que más me interesa: ¿Pueden los medios poner su grano de arena, usar su fuerza para alcanzar este reto?

 

Publicado el 15 de marzo de 2010 a las 10:45.

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Patricia Costa

Patricia Costa

Asuntos Pendientes. ¿Cuántos tienes tú? En este blog recogeré mi punto de vista y breves reportajes sobre temas sociales y todo tipo de desigualdades, centrándome especialmente en la mujer.

Nací en Redondela (Pontevedra), en 1981. Soy doctora por la Universidad de Vigo (con la tesis 'El tratamiento de la violencia machista y la lucha por la igualdad en la radio pública. Análisis del programa 'Tolerancia Cero' de Radio 5. Propuesta de modelo'), Master en Radio por la Universidad Complutense de Madrid y licenciada en Publicidad y RR.PP (UVIGO). 

Comencé en Radio Galega, en Deportes, y desde 2007 soy colaboradora de Radio Nacional de España. Actualmente trabajo en los espacios 'Abierto hasta las 2' (Radio 1), 'Tolerancia Cero' y 'Tendencias', ambos en Radio 5. Además, soy redactora del semanario Gente en Madrid desde 2006, en este momento cubriendo la información relativa a la capital.

En 2009 gané el premio Carmen Goes de Periodismo en la modalidad de Radio por un reportaje sobre la ablación que podéis escuchar en este programa de Tolerancia Cero.

Y en junio de 2013 el XV Premio Tiflos de Periodismo de la ONCE en la modalidad de radio por un reportaje sobre los recortes en la universidad.

Por otro lado, la Academia de la Radio otorgó a 'Tolerancia Cero' el premio Teresa de Escoriaza en febrero de 2014.

 

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