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Sonia Chirinos: "La Ley Integral contempla distintas medidas de protección, no sólo la pulsera"

Archivado en: sonia chirinos, violencia de género, pulsera GPS, maltratador, juzgado, justicia, alejamiento, madrid

Hace ya unas cuantas semanas, el delegado del Gobierno para la Violencia de Género, Miguel Lorente, abrió la caja de los truenos cargando sobre los jueces la responsabilidad de que sólo haya 369 mujeres con pulseras GPS -que se encargan de verificar el cumplimiento de las órdenes de alejamiento dictadas por los magistrados-, a pesar de existir 500 víctimas en situación de "riesgo alto o extremo".

A Sonia Chirinos, magistrada titular en el juzgado de violencia nº2 de Madrid, le llama la atención "el mensaje de que, o se recurre a este sistema, o no hay protección, y no es eso. Tenemos una Ley Integral que contempla medidas de distinta naturaleza, que pueden ayudar a reducir o a dejar a cero la violencia de género. Ahora disponemos de este sistema externo, pero las mujeres siguen muriendo. Independientemente de las pulseras, lo importante es que ellas denuncien, y que no se rindan. Los jueces actuaremos en consecuencia, estableciendo órdenes de protección y adoptando estos sistemas de control cuando sean necesarios, porque son muy prácticos para que no se sientan solas".

El juzgado de violencia nº2 de Madrid es uno de los 11 que existen en la capital, y de los más de 100 repartidos por todo el país (de los 17 especializados que nacieron hace 5 años). De estos 11, 2 están de guardia cada día en la ciudad, durante 12 horas y tres días consecutivos. Hoy, acompañamos a Sonia Chirinos en su guardia. Son las 10.45 de la mañana. A ella le rodeará durante las próximas horas una plantilla de más de 15 personas: fiscal, psicóloga, trabajadora social, diferentes funcionarios, agentes judiciales, médico forense... Excepcionalmente, sólo figuran tres asuntos sobre la mesa, "de momento, tras dos horas de guardia, pero no se sabe lo que puede llegar, siempre serán problemas mayúsculos a los que hay que dar respuesta legal y humana", explica.

¿Cuál es el denominador común de la víctima que te sueles encontrar entre estas cuatro paredes?

La Administración de Justicia no es lamentablemente tan cercana en su jerga lingüistica, en sus procedimientos. El denominador común de las víctimas es cierto despiste o cierta inseguridad que produce el enfrentarte a un escenario absolutamente desconocido. Se trata de mujeres que no saben qué hacer, si repetir o no la palabrota que le han dicho horas antes. No entienden ni tienen porqué entender palabras como diligencia, imputado o sobreseimiento. Por eso, me gusta utilizar un lenguaje un poco más próximo, que denote que no hablan con máquinas, y que sabemos que atraviesan un problema muy personal y muy íntimo.

Hay otro profesional muy importante, el abogado del turno de oficio, que puede llevar a cabo una labor más próxima, y eso se ve en el juzgado, como le pregunta por sus problemas, como le asesora a la hora de plantear la denuncia... Es el guía que va a tener la denunciante y en ocasiones se implica hasta tal punto que se convierte en casi un familiar. Los jueces, en cambio, debemos mantener cierta distancia con respecto a la víctima y al imputado. A veces cuesta y te da ganas de llorar cuando escuchas determinadas declaraciones, pero hay que ser profesional.

¿Y el perfil del enjuiciado?

Hay un perfil que preocupa, los chicos jóvenes, de una media de 20 años, que no hacen nada, que viven de sus padres o de sus novias, y a los que incluso hay que recordar que deben comportarse en una Sala de Vistas...

¿Algún testimonio le ha impactado especialmente en el tiempo que lleva en este juzgado?

Uno que me sobrecogió fue el de una niña de 9 años o menor, que tuvo que contar ante abogados -porque era un delito grave- cómo un individuo mató a su hermana delante de ella. Fue horrible para todos.

¿Cuántas denuncias reciben en una mañana cualquiera?

Diez asuntos diarios por juzgado. Es mucho si pensamos que cada denuncia va acompañada de un detenido y de un problema para una mujer.

¿Quién suele interponerlas?

La víctima y, cada vez más, desconocidos, ciudadanos, vecinos que escuchan un lamento, un grito...

¿El delito más común?

Lo que antes no era delito, el maltrato (art.153 del CP), las amenazas y las coacciones. Hay gente capaz de enviar cien mensajes en un solo día a un mismo número de teléfono.

¿La denunciante se echa atrás frecuentemente?

La verdad es que sí, quizás son demasiadas, porque precisamente ello forma parte de su perfil, de su psicología. Tenemos delante a mujeres que han amado o que aman todavía a esos hombres, y en 72 horas se ven separadas de ellos, lo ven detenidos, esposados, en prisión. Por otra parte, los hijos no entienden nada, a veces exigen a las madres cosas que no deberían exigir. También influyen los principios religiosos, sociales, la presión de la familia... Esto puede producir mella en la persona.

¿Cómo vuelves a casa después de una guardia?

Son demasiados problemas los que uno escucha, digamos que no estoy en mis cabales como persona humana. Mi marido y mis hijos tienen que escucharme, pero luego hago el proceso de catarsis y trato de convertirme en una persona normal y equiibrada.

Entramos en la Sala de Vistas. La médico forense muestra a Sonia imágenes de una de las víctimas, de sus golpes, de sus arañazos, de sus lesiones. Parece un día de juicio, pero se trata de diligencias urgentes. La disposición figura idéntica, aunque la jueza no lleve toga. Comienza la sesión y nos encontramos con casos como el de María.

Tiene 26 años y lleva 4 en España. "He sufrido agresiones y quiero denunciar, pero no sé qué hacer". Está asustada. Se hunde. María acaba de renunciar en la sala a la orden de alejamiento que había solicitado en un primer momento, por miedo a perder a sus hijos, porque su suegra cuida a uno de ellos. "Me he sentido un poco perdida porque no sé ni qué me preguntan y no sé qué responder". Tiene la cara llena de arañazos, fruto de la última agresión, aunque lleva años soportando malos tratos. "Quiero separarme de él -cuenta entre sollozos-, y que se haga cargo de mis hijos y, cuando estemos separados, no creo que ya pase nada malo". Eso es lo que esperamos todos.

Me bajo con Marina Núñez a calabozos, en el mismo edificio. Nos acercamos a la Guardia Civil, que custodia el espacio. Ponen en libertad al marido de María. "¿Así, sin multa y sin nada?", pregunta. "Sí", responde la agente judicial que me acompaña, "se archiva el procedimiento". Así las cosas, María no dispondrá de momento ni de orden de alejamiento, ni de pulsera GPS que la proteja. Ahora sólo queda que siga denunciando su situación si los malos tratos continúan, que pierda su miedo y que confíe plenamente en que la Justicia sabrá aplicar las medidas oportunas de entre todas las disponibles.

P.D.: Tolerancia cero a la violencia de género.

Publicado el 6 de septiembre de 2010 a las 19:45.

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Patricia Costa

Patricia Costa

Asuntos Pendientes. ¿Cuántos tienes tú? En este blog recogeré mi punto de vista y breves reportajes sobre temas sociales y todo tipo de desigualdades, centrándome especialmente en la mujer.

Nací en Redondela (Pontevedra), en 1981. Soy doctora por la Universidad de Vigo (con la tesis 'El tratamiento de la violencia machista y la lucha por la igualdad en la radio pública. Análisis del programa 'Tolerancia Cero' de Radio 5. Propuesta de modelo'), Master en Radio por la Universidad Complutense de Madrid y licenciada en Publicidad y RR.PP (UVIGO). 

Comencé en Radio Galega, en Deportes, y desde 2007 soy colaboradora de Radio Nacional de España. Actualmente trabajo en los espacios 'Abierto hasta las 2' (Radio 1), 'Tolerancia Cero' y 'Tendencias', ambos en Radio 5. Además, soy redactora del semanario Gente en Madrid desde 2006, en este momento cubriendo la información relativa a la capital.

En 2009 gané el premio Carmen Goes de Periodismo en la modalidad de Radio por un reportaje sobre la ablación que podéis escuchar en este programa de Tolerancia Cero.

Y en junio de 2013 el XV Premio Tiflos de Periodismo de la ONCE en la modalidad de radio por un reportaje sobre los recortes en la universidad.

Por otro lado, la Academia de la Radio otorgó a 'Tolerancia Cero' el premio Teresa de Escoriaza en febrero de 2014.

 

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