El ascenso del Castilla, un paso necesario para el Madrid
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Han pasado cinco años desde que aquella brillante generación de jugadores que integraba la plantilla del Real Madrid Castilla consumó el descenso a Segunda División B. Diego López, Callejón, Negredo, Miguel Torres, Borja Valero, Javi García, De la Red, Granero, Mata...Aún hoy cuesta entender cómo ese equipo con tanto potencial no logró mantener la categoría. Desde entonces, la trayectoria del filial blanco ha sido un quiero y no puedo, con tres fracasos consecutivos en la liga regular, ya que los jóvenes jugadores madridistas jugaron su primera fase de ascenso el año pasado.
Tras el fracaso del curso anterior ante el Alcoyano, el Castilla va camino de volver a la división de plata. Si el año pasado a los jugadores de Toril les pudo el excepcional ambiente que se respiraba en el Bernabéu ante un equipo de tanto oficio como el Alcoyano, en éste parecen haber dado un paso importante en su madurez futbolística para encarrilar la eliminatoria en un campo tan complicado como el Ramón de Carranza. Enfrente estaba un Cádiz que no sabía lo que era perder en su campo en la presente temporada y que cuenta con una plantilla con jugadores sobrados de experiencia. Ninguno de los dos factores impidieron que el Castilla diera el golpe de gracia a la serie.
Se puede destacar la elegancia de Joselu (autor de dos tantos y asistente de lujo en el tercero), la adaptación de Morata como falso extremo zurdo o el descaro de Jesé Rodríguez, pero ante todo hay que hablar de la labor de Alberto Toril. El año pasado rescató al equipo de la mediocridad para llevarlo a la fase de ascenso en tiempo récord y en este curso ha dotado al Castilla de una personalidad propia. Sin olvidar el buen trato del balón y las incorporaciones por banda de los laterales, el técnico cordobés ha copiado una de las máximas del primer equipo: la velocidad en el contragolpe. Con esto, el Castilla no sólo gana en registros, sino que además prepara a sus jugadores para estar a las órdenes de Mourinho.
Sólo queda rematar el trabajo este domingo en el Alfredo Di Stéfano. Esta generación ha hecho méritos para subir a Segunda División, lo que supondrá un buen escaparate para las joyas blancas y un máster acelerado en competitividad. Con el ascenso del Castilla ganan todos, desde jugadores como Carvajal o Jesé que se merecen jugar al menos en Segunda, hasta Mourinho que ya tiene al filial en la mayor categoría a la que puede aspirar.
Publicado el 22 de mayo de 2012 a las 11:00.
