Otro aval en el curriculum de Pablo Laso
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Su fichaje tres años atrás no despertó mucha ilusión en el madridismo. El reconocidísimo Ettore Messina había pasado con más pena que gloria por el banquillo blanco, sin títulos nuevos en las vitrinas y dejando tras de sí un vestuario en el que ciertos jugadores llamados a ser estrellas en el baloncesto europeo parecían quedarse en meras promesas. Todo eso ya es historia. En pocas temporadas el Real Madrid se ha convertido en un equipo con ADN 100% ganador, entre otras cosas, por la presencia de Pablo Laso en el mando de la nave merengue.
Por segunda vez en tres años, la pizarra de Laso acabó imponiéndose a la de Pascual en una final copera. El Barça logró llevar el partido a su terreno, con mucho contacto y pocas opciones para correr. Salvo Rudy y Mirotic, ninguna de las estrellas madridistas se movía con soltura entre las emboscadas defensivas de los azulgranas. Ni siquiera Sergio Rodríguez era capaz de descoser el encuentro con su magia habitual. Pero, aunque el escenario no era el más favorable, el Madrid demostró haber aprendido la lección respecto a situaciones pasadas y se mantuvo en el partido con buenas dosis de una intensidad defensiva que llevó a Navarro a firmar uno de los partidos más grises que se le recuerdan.
A pesar de tener el partido en el bolsillo a falta de dos minutos, entre errores propios y decisiones arbitrales más que discutibles, el Madrid veía la final perdida a ocho segundos para el final. Sin tiempos muertos disponibles, al equipo blanco le llegaba el momento de demostrar que cuenta con recursos suficientes como para superar situaciones límite. 'El Chacho' volvió a desafiar a la lógica, dando un pase en salto que encontró a Llull solo en la esquina. El balear volvió a callar a todos aquellos que decían que le falta templanza en los momentos decisivos. Canasta ganadora y otro título para las vitrinas.
Pero, haciendo bueno el dicho de que las finales son cosa de jugadores y no tanto de entrenadores, hay ciertos nombres que salen reforzados de la final de Málaga. En medio de una de las clases más importantes del curso, Rudy Fernández y Mirotic gritaron presente con más fuerza que nunca. Ambos demostraron que, más allá del acierto puntual de sus acciones, tienen madera de líderes. Mención especial merece el '12' blanco que se jugó en el último cuarto dos acciones de una responsabilidad enorme, con la posesión agotándose y la defensa azulgrana apretado hasta la extenuación. Hasta que él haga las maletas con destino a Chicago, la afición blanca puede soñar con las cotas más altas, siempre guiados por un técnico como Pablo Laso que, a base de trabajo y buen juego, ha ido cerrando bocas.
Publicado el 10 de febrero de 2014 a las 09:30.