De punta en blanco. Real Madrid

Enero de 2009. Robben anotaba el gol del triunfo del Madrid ante el Villarreal y rápidamente la prensa disparó las comparaciones con el argentino Leo Messi. Los blancos se aferraban al buen momento del extremo zurdo holandés para iniciar una persecución al Barcelona que finalmente ha resultado estéril.

Pero los debates pueden provocar que se caiga en los extremismos y una vuelta después Arjen es más noticia por su posible salida el próximo verano que por su rendimiento en el campo. Ha sido acusado de chupón, de estar regañado con su compatriota Huntelaar y de ser un jugador de cristal.

Son muchos los que se inclinan por la posiblidad de hacer caja con el ex del Chelsea. Mi opinión es muy clara: Robben debe seguir. En esta plantilla lo que menos sobra es calidad y desborde y si el Madrid le vende, apaga y vámonos. Cierto es que se podría sacar una jugosa cantidad con la que poder afrontar otro fichaje, pero con el puesto de extremo en peligro de extinción, vender a Robben sería un sacrilegio.

Cualquier director técnico que vaya a planificar la parcela deportiva tendrá muy claro que el Madrid adolece de jugadores de banda. Robben es, a día de hoy, una de las mejores opciones para ocupar cualquiera de los dos flancos de ataque. Con un plan específico de alimentación y entrenamiento sus lesiones se reducirán notablemente y por tanto, su aportación crecerá.

Hay jugadores que mejoran con otros a su alrededor. Estoy convencido de que si Cesc o Xabi Alonso acaban vistiendo de blanco, el juego del Madrid mejoraría notablemente y Robben sería un jugador letal. ¿Por qué? muy sencillo, con un creador de juego en condiciones el holandés podría dedicarse a lo que mejor hace: correr balones al espacio para tener que driblar sólo a su par, no a una zaga entera. Entonces veríamos al mejor Robben, al del primer año en el Chelsea, un jugador imparable que asiste y golea. Un crack. Y de esos, desafortunademente, no los hay en el Bernabéu.

Publicado el 11 de mayo de 2009 a las 20:00.