Dios salve a Kaká... y a Esteban Granero
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Dispuso Pellegrini el sábado pasado un once pensando en los viajes de los jugadores internacionales y por ello reservó a Lass y a Cristiano, pero decidió que dejar a Kaká en el banquillo era un lujo que podía salir caro.
El brasileño dio un auténtico recital de conducción en carrera y de controles imposibles. Siempre con la cabeza alta, oteando el horizonte, elegante con el balón...todo eso ya lo sabíamos, pero quiero destacar una cualidad que parece haber quedado en el olvido: Kaká fue objeto de muchas faltas en Cornellá, pero nunca dejó de pedir el balón. Qué falta hacía un jugador así en este equipo.
Ante la posible presión del Espanyol Pellegrini decidió poblar el centro del campo, pero contrariamente a lo que sucedía la temporada pasada, con jugadores de toque. Con Xabi Alonso como escudero de lujo, Guti y Granero formaron una sociedad muy interesante de cara a partidos venideros. El 'Pirata' se ha ganado a pulso la confianza del técnico con esfuerzo y con gestos técnicos como el control orientado en el origen del primer gol.
Con todo, lo mejor fueron los tres puntos. Aún quedan cosas por pulir y como ya he dicho en otras ocasiones, es bueno sumar de tres en tres hasta que el equipo esté plenamente acoplado.
Publicado el 14 de septiembre de 2009 a las 20:30.