De punta en blanco. Real Madrid

Después de haber visto varios partidos de este Real Madrid llego a la conclusión de que siempre me queda una sensación extraña: es cierto que los blancos ganan los partidos con holgura, pero no tienen una superioridad aplastante.

Ya pasó ante el Deportivo, Espanyol, Xerez y ayer ante el Villarreal, volvió a suceder. Este Madrid tiene mucha dinamita de medio campo hacia adelante, pero todavía faltan ajustar algunos automatismos en el aspecto defensivo (sin duda, el apartado que más tiempo lleva a un entrenador). En ataque, la calidad de los jugadores marca las diferencias, en cambio en la retaguardia hay que conjuntar muchas piezas y coordinar muchos movimientos. Por ejemplo, el Barça de la temporada pasada comenzaba en la presión de Eto'o y todos los jugadores (o casi todos) tenían una responsabilidad determinada para recuperar el balón cuanto antes.

Haciendo una analogía con el boxeo, podemos hablar que este Madrid plantea los partidos como si fueran el mítico combate entre Muhammad Ali y George Foreman. Para los neofitos en ese deporte hay que decir que el mítico Ali venció en Zaire en 1974 a su oponente en una lucha que ha sido calificado por muchos como el combate del siglo. Pues bien, el Real Madrid actúa como Ali en ese combate: permite a su rival que le golpee pero, consciente de su pegada, espera al momento oportuno para noquearle.

Los hombres de Pellegrini conceden muchas ocasiones (tal vez demasiadas, en Villarreal Marcelo fue un auténtico coladero en la primera parte) pero se saben ganadores en el intercambio de golpes. Ojo, esto es válido cuando Cristiano marca muy pronto, o cuando Kaká está muy inspirado. Pero habrá días en lo que esto necesitará ser acompañado por algo más. Llegarán esas noches Europeas en las que la portería a cero será el primer paso para sacar adelante una eliminatoria, entonces esperemos que el aspecto defensivo haya mejorado, si no, la Décima deberá esperar.

Publicado el 24 de septiembre de 2009 a las 12:15.