De punta en blanco. Real Madrid

A simple vista, el diagnóstico es sencillo: ansiedad. Cristiano Ronaldo ha iniciado la temporada lejos de su mejor momento de forma. Está bien físicamente, no se le ve lento, por lo que su problema radica en el aspecto mental. Los aficionados hacen sus quinielas respecto al 'Balón de Oro' y él no aparece en ninguna de ellas. CR7 lo sabe e intenta cambiar esa dinámica a base de jugadas imposibles.

Es honesto por su parte que quiera liderar el nuevo proyecto. Mourinho le señaló como la piedra angular de este equipo y él quiere responder con goles y grandes jugadas, pero debe cambiar varias cosas. Lo primero es que no puede bajar los brazos en el campo. Ante el Ajax se quedó en el área lamentándose por una ocasión marrada cuando la jugada seguía. Pudo perjudicar al equipo puesto que estaba en fuera de juego. Algo similar pasaba cuando fallaba un regate. Era el único jugador que no participaba en la presión.

Esta situación recuerda a la que se vivió el año pasado por estas fechas cuando el luso trataba de demostrar el valor de su fichaje. Es hora de que entienda que esto es un deporte colectivo y que aporta tanto o más al equipo cuando es solidario sobre el césped. A mí no me gusta la versión de CR7 en partidos en los que él regatea a todos los contrarios. Me parece un futbolista excepcional cuando es vertical, cuando dribla sin miramientos y deja a rivales por el camino antes de buscar una asistencia o el disparo a portería. Recuperando esa versión volverá al top mundial, de eso no me queda ninguna duda.

Mourinho, que es muy listo, dijo en rueda de prensa que no había que hacer nada. Con estas declaraciones, el técnico madridista ha aliviado parte de la presión que soportaba su compatriota. Pero él sabe muy bien que tiene que trabajar con Ronaldo para que toda esa energía, ese ansia de agradar se transforme en una mentalidad ganadora que pueda trasladar al resto de sus compañeros. Ahí, Mourinho tiene mucho trabajo.

Publicado el 16 de septiembre de 2010 a las 14:00.