La UEFA, mal enemigo se ha buscado el Real Madrid
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La paranoia conspiratoria se ha instalado definitivamente en el Real Madrid. Después de unos años sospechando de la actitud arbitral respecto al Barcelona, la llegada de Mourinho a Chamartín ha sido la gota que ha colmado el vaso. Como dije el otro día, creo que es obvio que los colegiados han perjudicado a los blancos en esta eliminatoria, pero más allá de eso, hay unas razones deportivas por las que los merengues verán la final de Wembley por televisión y es ahí donde se debe poner el acento si no se quiere pasar otro año sin Liga ni Champions y con tensión y polémicas.
El Madrid ha abierto la caja de los truenos y lejos de cerrarla parece dispuesto a ir con ella hasta el fin del mundo. Cuando participas en una competición como la Champions League, donde todo se mueve al son que marca un hombre como Platini que ya ha criticado a tu club por la política de fichajes (será que los 40 millones por Villa son fair play financiero), te expones a estas cosas. Puede ser justo o no, gustarte o darte asco, pero son las reglas y si decides jugar en ese terreno, hay que amoldarse a ellas.
Por eso, ni a los jugadores, ni a Mourinho, ni siquiera a Florentino (quien la semana pasada echó una bronca de escándalo a un delegado de la UEFA quien no pudo hacer otra cosa más que agachar la cabeza, dándole la razón) les debe extrañar todo este escenario. El esperpento de Amsterdam y las continuas acusaciones de Mourinho han hecho que la escopeta de Platini se cargue en una sola dirección. Todos tienen miedo al francés, sólo así se entiende que cuando sancionaron al Atlético de Madrid por los actos de un impresentable como Santos Mirasierra (ultra del Olympique de Marsella) el fútbol español no alzara la voz y cerrara filas en torno a lo que fue un atropello sin precedentes.
No es que la UEFA actúe a favor del Barça, sólo trata de demostrar que el que juega con fuego acaba quemándose y que en este chiringuito ellos deciden lo que está bien y lo que está mal. Esos conatos de Florentino Pérez años atrás de intentar crear una Superliga europea a espaldas del gran jefe todavía permanecen en la memoria. Lo de ahora es sólo una receta que llevaba escrita mucho tiempo. Por todo esto, el Madrid sólo tiene dos caminos: agachar la cabeza y asumir que se ha equivocado o ir hasta el final. Lo primero puede suponer que baje el clima de crispación y que la Décima no sea una quimera. Lo segundo, que el Madrid se quede solo. Florentino, aún estás a tiempo.
Publicado el 6 de mayo de 2011 a las 09:00.