El Madrid también sabe bajar al barro
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Diez años después, el Real Madrid visitaba el estadio de Vallecas para vivir un derbi en el que sí aparecen fielmente reflejadas las diferencias entre el equipo grande y el vecino humilde. Mucho han cambiado las cosas desde aquel 9 de noviembre de 2002. Florentino Pérez volvió a apostar por las estrellas mundiales en su regreso a la presidencia, pero además de las 'vedettes', este equipo también tiene margen para los guerreros.
Porque hablar de un Rayo-Madrid con el guión de la película de ayer era sinónimo de derrota hace justo una década. Mourinho concienció al equipo de que se iba a encontrar un partido feo, con pocas concesiones para la galería y para el virtuosismo. Y la plantilla le creyó y asumió el papel. Algunos, como Cristiano Ronaldo o Khedira para bien; otros como Sergio Ramos o Arbeloa para mal. Ante un equipo pegajoso, que aprieta hasta la extenuación y que no permite al rival jugar a más de dos toques, la calidad no sirve para marcar diferencias si no se juega con la misma intensidad. Ese concepto fue confundido con agresividad por parte de la pareja de centrales merengue, que se tiró todo el partido en una especie de cruzada personal con Diego Costa, alimentando un poco más la fama de dura y pandillera que persigue a la zaga blanca.
De lo estrictamente futbolístico, poco o nada. Si los espectadores que se dejaron un dinero importante en la taquilla o los que se sentaron frente al televisor hubieran visto un espectáculo similar en un partido de Segunda habrían dado la espantada. El partido fue como los de antaño, de choque, de disputa y por ende de escasa calidad. Con este decorado, las ocasiones escaseaban, así que sólo algo fuera de lo común podía rescatar al partido del insulso 0-0. Ese detalle llegó en un taconazo de Cristiano Ronaldo que sirve para definir la diferencia entre los equipos grandes y los pequeños: por mucho trabajo táctico que haya detrás al final estos jugadores son los que marcan las diferencias y eso, para desdicha de los humildes, cuesta muchos ceros en el mercado de fichajes.
Por todo esto, los tres puntos es lo mejor que se llevó el Madrid de Vallecas. A cambio, el equipo de Mourinho dejó sensaciones para el análisis en algunos puntos de su defensa y algunos jugadores en el punto de mira como Kaká, Marcelo e Higuaín que se fueron a la ducha con mucha frustración y un escaso bagaje en su haber. Los blancos caminan hacia la Liga, pero a Mourinho aún le queda mucho trabajo por delante.
Publicado el 27 de febrero de 2012 a las 10:30.