Archivado en: Real Madrid, fichajes, Dani Parejo
Hace un año, todos los lunes por la mañana, hacía un repaso para este periódico de los equipos madrileños en la Segunda B. Recuerdo que la trayectoria del Castilla en la primera vuelta era prácticamente intachable y las crónicas siempre destacaban al motor de este equipo, Dani Parejo.
Llegó el verano y tras disputar el europeo sub-19 con la selección española, Schuster decidió que el joven de Coslada se fuera con el primer equipo a realizar la pretemporada. Unas semanas después se hacía oficial se cesión al Queen´s Park Rangers de la Championship inglesa (equivalente a la Segunda División española). "Se va para terminar de formarse como jugador". "Esa canción ya la he oído antes", pensé. Muchos canteranos han tenido que hacer las maletas para después triunfar lejos del Bernabéu.
Lo peor era que de Parejo sólo tenía buenas impresiones y la sensación que me quedaba era de que unos años después pagaríamos una pasta para repescarlo. Los miembros del cuerpo técnico del Castilla alucinaban con su juego, Míchel le subió del juvenil porque veía en él un jugador excepcional, Wenger se lo quiso llevar para su Arsenal e incluso Di Stéfano hablaba maravillas del chaval. Entonces, ¿por qué le cedían? Estaba convencido de que su nuevo destino no era el más adecuado, lo mejor era quedarse en España en un equipo de Primera y no ir a una liga en la que el músculo y la garra priman más que el toque de balón.
Unos meses después Parejo vuelve con la vitola de salvador. 'El nuevo Guti' dicen algunos. No estoy de acuerdo. Parejo es más constante en el juego, le gusta sacar el balón desde atrás y su golpeó a balón parado es más preciso que el del '14'. Voy a decir una barbaridad, pero por si acaso recuerden esto: el Madrid tiene a un Pirlo de 19 años. Como siempre, tiempo al tiempo, sólo le hace falta un poco de suerte y que el cuerpo técnico tenga algo de paciencia. Cualidades le sobran, creánme.
Publicado el 18 de diciembre de 2008 a las 19:15.
