Miranda July. Vino joven
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Nadie es más de aquí que tú, se lee en el título del libro de cuentos de la californiana Miranda July (EEUU, 1974), pero da la sensación de todo lo contrario, de que todos son más de ahí que los personajes de July. Esta autora "en proceso de publicación en diecisiete países" (Seix Barral dixit) es una excelente narradora en el uso de la primera persona, levanta cuentos con poca acción, donde predominan los devaneos mentales del personaje. No hay grandes gestas, sí situaciones ridículas, frustraciones íntimas, desengaños, quieros y no puedos... Y una tendencia predominante: deslizarse de la realidad por una tierra de nadie. La voz narradora dirá que cree soñar, o que le pareció imaginar para volver al tono realista y, después, colarse por un mundo de sentimientos fugados... La técnica de combinar los planos en tono de ficción y en tono de realidad (ficción, realidad: estas dos palabras merecerían comillas) ya cuajó, por ejemplo, de maravilla en los cuentos de Cortázar. A Cortázar le bastaba una mano agarrada en la barra del autobús para construir un cuento, y los viajes entre la "realidad" y la "ficción" (ya no me resisto a las comillas) sostenían cuentos completos. Recordad La noche boca arriba, o La continuidad de los parques.
La obra de July, permitidme la comparación, recuerda un vino joven de autor (sumad ahora toda la panoplia de las modernas etiquetas de botella de vino: fresco en boca, tonos afrutados, ¿frambuesa?...). Sus "uvas": realismo y cierta conciencia femenina.
Realismo
El desgarrado tono realista marca de la casa narrativa breve estadounidense, en la exploración de la pus de heridas abiertas. No se atreverán a decir, como decían con Lorrie Moore, la "sucesora de Carver". No encuentro el poso del bien para enfrentar el vacío que leo en Yiyun Li. Y así podría seguir comparando...
Cierta conciencia femenina
Escribo cierta con premeditación y alevosía, con acento francés: certain. El fluir de una conciencia femenina, con el predominio de un yo maniático y frustrado (maniática, frustrada). No se atreverán a decir, como con Homes, que explora las frustraciones de América; perdón, EEUU. Y aquí se abre otra cuestión. Creo que compararán a July con otras escritoras, no con otros escritores. Y si llegan a compararla con otros escritores, me temo, la compararán con otros escritores americanos; o sea, estadounidenses.
Como soy un bruto y como el todo no es simplemente la suma de las partes, reúno realismo y cierta conciencia femenina en este parrafillo que regalo para el cortapega de citas críticas:
"La felicidad en los cuentos de July es un horizonte cada vez más lejano, Nadie es más... hurga en la desilusión, en la frustración (generalmente femenina), el sexo aparece inopinadamente, raro, como si te metieran mano, pero con la barra de pan envuelta en el nailon, en la cola de la caja rápida del supermercado".
(Sí, esta imagen podría ser útil para varios cuentos de July).
Y fin
Así que tenemos un vino californiano, joven y de autora. ¿Pero cómo envejecen esos caldos? No me atrevo a decir que los cuentos de Nadie es más... soporten bien el paso del tiempo. Pero esa es sólo una apuesta personal. Y por eso he traído antes en la comparación a Cortázar, más que nada para que se entienda mejor mi apuesta: porque los relatos de Cortázar trascienden el género (masculino/femenino); porque era americano (de Argentina), pero universal. Porque sus cuentos tienen permanencia.
Añado para los sentenciosos, que estoy contento de haber leído esta cosecha narrativa de July y cito tres cuentos de los que me han gustado, para ver si leéis y coincidís.
1. "El patio común". Por su hábil manejo de la cita, con doble e incluso triple sentido, y la obsesión del personaje que da una coherencia feroz al relato.
2. "El equipo de natación". Imágenes muy visuales para una historia sándwich (la verdadera historia está en el arranque y el final del relato.
3. "Fue un gesto romántico". Hay algo bondadoso, entrañable en este cuento triste.
Creo que July es una excelente narradora. Ojalá escriba algo de crianza o reserva.
P.D.: En este verano boreal de 2009, el vino que más hemos disfrutado entre los amigos ha sido un Somontano, Viñas del Vero (2008). Tempranillo. Probamos el del 2007 y fue un fracaso.
P.D.2: Espero no haber puesto los relatos de Cortázar bajo la lupa sexista. ¡Glup!
Publicado el 6 de agosto de 2009 a las 13:00.